Llamado por los líderes sociales y políticos

Autor: Dirección
13 julio de 2019 - 09:06 PM

Así como aterran las organizaciones que amenazan, desplazan o asesinan a personeros de sus comunidades que trabajan por los derechos humanos, inquieta el aprovechamiento propagandístico de la tragedia.

Medellín

Como era de temer, dadas las decisiones de impunidad para los responsables de crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad, así como la renuencia a exigir a las Farc el desmantelamiento de su participación en la economía criminal, el período de posacuerdo ha sido de resurgimiento de conflictos políticos y de violencias promovidas por organizaciones criminales que aspiran a ejercer dominio territorial, aniquilando a organizaciones cívicas, civiles y políticas que trabajan por los derechos humanos y las garantías de participación en la democracia. Son estos hechos los que explican el inquietante crecimiento de la violencia contra líderes sociales y políticos tras la firma del acuerdo final, en noviembre de 2016.

Lea también: Y el narcoterrorismo ahí

La criminalidad contra líderes sociales y políticos es un enorme reto, con múltiples responsabilidades, para el Estado y los organismos internacionales que se han anunciado interesados en apoyar a Colombia en su empeño por avanzar hacia la prometida, y aún lejana, “paz estable y duradera”.

Además:  De la insurgencia a las bacrim

El país necesita claridad sobre los crímenes contra líderes sociales y políticos. Por tanto, se requiere afinar la definición de quién es un líder social o político, partiendo para ello de la idea generalmente aceptada de que es un ciudadano que ha logrado reconocimiento en su comunidad como defensor de los derechos humanos o trabajador por la democracia. Estas definiciones deben sustentar un sistema de información y una metodología de investigación que permitan aclarar también cuántos son los líderes asesinados, amenazados o desplazados, por su acción pública, así como cuáles son las organizaciones, o personas en caso de tratarse de agresiones particulares, culpables de tales crímenes. Dar claridad, sin exageraciones, equívocos o injustas y ofensivas minimizaciones, es deber de las instituciones judiciales y responsables de la política de derechos humanos. Para ellas es esencial el apoyo que ofrezcan organismos multilaterales, como Naciones Unidas, que se precian de haber desarrollado metodologías confiables en situaciones semejantes. Mientras existan cifras tan distintas como las que en Colombia tienen la Fiscalía General, la ONU, la Defensoría del Pueblo u ONG lideradas por militantes políticos, será muy difícil dar a esta tragedia su justa medida y actuar para prevenir la ocurrencia de estos crímenes, contener a los criminales y hacer justicia a quienes ya han sido víctimas.

Lo invitamos a leer: Responsabilidad de las Farc por crímenes de sus disidencias

Crímenes selectivos en Colombia

Contexto y seriedad de los crímenes contra líderes sociales

La Fiscalía General de la Nación ha insistido en que en el 58% de los asesinatos de líderes sociales ha logrado avances importantes en el esclarecimiento de los hechos y judicialización de los responsables de los crímenes. Sus investigaciones le han permitido reconocer que cerca del 40% de los delitos obedecen a situaciones particulares, mientras que las restantes responsabilidades son de las bacrim, las disidencias de las Farc -en número sorprendentemente alto-, el clan del Golfo y el Eln. Los móviles, según las investigaciones judiciales, están asociados a la contención de los líderes que se enfrentan a las economías criminales (cultivos ilícitos y minería ilegal), bien denunciándolas o bien trabajando en las alternativas para sustituirlas; también es una causa frecuente de victimización el trabajo por la restitución de tierras o las actividades en juntas de acción comunal, organizaciones que se han declarado revitalizadas tras la firma del acuerdo final.

De su interés: Alerta temprana

Los crímenes de líderes causan graves daños a las sociedades donde ocurren y deterioran la vida en sociedad. Por ello es imperativo para la justicia de identificar y judicializar a los máximos responsables de las organizaciones perpetradoras, así como es preciso que el Estado aumente su presencia integral en el territorio, mejorando las capacidades de las Fuerzas Armadas para combatir a las organizaciones criminales junto a las economías que las sustentan. Igualmente, las instituciones de justicia habrán de ser fortalecidas en sus capacidades de juzgar y condenar a autores materiales u determinadores de crímenes que destruyen el tejido social y los avances de la democracia local.

Además: El mayor de todos los males

Así como aterran las organizaciones que amenazan, desplazan o asesinan a personeros de sus comunidades que trabajan por los derechos humanos, inquieta el aprovechamiento propagandístico de la tragedia, a fin de promover la idea de que el Estado y el gobierno cohonestan, o al menos dejan intencionadamente de contener. Quienes así actúan pretenden conquistar espacios políticos internos, y, sobre todo, convencer de ella a organismos de la comunidad internacional interesados en imponerle a Colombia enfoques de solución a sus problemas que en no pocas oportunidades son incoherentes con la impunidad regalada a los guerrilleros y la prevalencia de las economías criminales, causas estas sí ciertas de la creciente criminalidad que nos agobia.

Además: El combustible de la violencia

 

Compartir Imprimir

Comentarios:

Edgar
Edgar
2019-07-14 12:30:33
Es muy cierto que ciertos políticos, generalmente enquistados en la izquierda opositora, están haciendo proselitismo a costa de los atentados a los líderes de marras, haciendo creer que esos atentados son obra del gobierno , así sea porque no logra atrapar a los causantes de las tragedias.

Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Artículos relacionados

Regiones en conflicto
Editorial

Los conflictos que Colombia no supera

La voz clamante de los tarazeños pasó casi desapercibida en los centralistas escenarios nacionales que por ahora permanecen ajenos al dolor y el miedo
Las huellas del gobierno Santos
Editorial

Las huellas del gobierno Santos

El Gobierno minimizó, hasta olvidarlos, compromisos fundamentales por los cuales la sociedad tuvo confianza en una negociación que no hacía parte de las promesas de...
El desequilibrado informe de la ONU sobre los avances en paz
Editorial

El desequilibrado informe de la ONU sobre los avances en paz

El informe profundiza el desequilibrio que el pacto creó entre un Estado obligado a brindar a los desmovilizados beneficios que ni siquiera logra ofrecer a los...

Lo más leído

1
Columnistas /

¿Dulcecito o dulcesito?

El elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo… Este sufijo...
2
Columnistas /

¿Glorieta, rompoi o romboi?

@ortografiajuanv explica las interrelaciones de culturas y la formación de nuevas palabras
3
Columnistas /

Cinco cosas a favor y cinco en contra sobre el comunismo extinto

Los comunistas son tan enfáticos en su convicción que con la mayoría resulta imposible hacer un diálogo
4
Cazamentiras /

Nicolás Maduro, ¿colombiano?

Recientemente, usuarios en las redes sociales reavivaron la polémica en torno a la nacionalidad del...
5
Palabra & Obra /

Aprendiz de brujo en Luciano de Samosata, Goethe, Dukas y Walt Disney

Recorrido por la historia del personaje Aprendiz de brujo en la literatura, la música y el cine.
6
Cazamentiras /

¿Puede causar un incendio usar el celular en la cocina?

“No use celular en la cocina”, advierte un mensaje que circula por WhatsApp. En el Cazamentiras le...