El llamado es actuar con sensatez, con responsabilidad, respetando el derecho que tienen unos y otros de salir o no a la vía pública.
Hoy 21 de noviembre un grueso importante de colombianos sale a las calles a pronunciarse contra supuestas propuestas gubernamentales que van en contra de los derechos adquiridos de los trabajadores, intenciones no provenientes del gobierno, sino de varias agremiaciones empresariales, que son respetables, pero que quien esto escribe tampoco comparte.
Preocupa como Fecode invita a través de la publicidad a una marcha contra esas iniciativas como si fuesen de origen gubernamental. El gremio de los profesores es el llamado, por las mismas características de sus integrantes, a la revolución intelectual con base en hechos y datos verídicos, pero, no se escucha por parte de ellos protestar contra los desadaptados que se toman las universidades públicas, causan daños en la infraestructura educativa, como se ha visto en varias instituciones de educación superior como laboratorios pagan los platos rotos, como tampoco invitan a una manifestación pacífica y a proteger los bienes públicos. Es cierto que, en nuestra sociedad en contrario de otras, la profesión docente en vez de estar en el curubito está a dos centímetros de la base de la pirámide del prestigio profesional.
Cómo educadores de las nuevas generaciones del país se tiene la obligación moral de formar conciencia ciudadana en el marco de la convivencia pacífica, formar ciudadanos capaces de discernir con análisis crítico las realidades del país en un mundo “policognitivo”, sin sesgos doctrinantes de derecha o de izquierda. Lo bonito y atractivo de ser docente es contribuir para que los estudiantes desarrollen la capacidad de ser críticos, librepensadores y autónomos en sus decisiones, más allá de ser academicistas.
En el otro lado de la moneda, dos entidades que han sido bastante beligerantes en sus luchas por los derechos de sus agremiados, como Sintrainagro y la Asociación Colombiana de Camioneros- Acc-, cada uno por su lado expidieron comunicados expresando su intención, como entidades, de no participar en el paro, porque el actual gobierno está cumpliendo con los acuerdos.
En el comunicado de Sintrainagro, fechado el 16 de noviembre dice: “… le estamos solicitando garantías al gobierno nacional, departamentales y regionales, para que nuestros afiliados pueden realizar sus labores normales en el marco del desarrollo de este paro nacional…”. Sentencia que debe ser para todos aquellos que deciden aportarle al país desde sus puestos de trabajo, proteger el comercio, quienes son los qué más sufren en las jornadas de protestas, no solo por el bajón en las ventas, sino cuando sus locales son atacados.
Los modelos que algunos vándalos quieren importar de nuestros vecinos ecuatorianos, bolivianos y chilenos, lo único que traen es más sangre rodando por nuestras calles, dolor en familias, pero, sobre todo, pueden tener el efecto contrario, en vez de ganar adeptos a sus pretensiones, los espantarán haciéndolos cambiar de bando y se podrán pegar al ala de la mano dura, escenario que tampoco es favorable para el ejercicio democrático en el país.
El llamado es actuar con sensatez, con responsabilidad, respetando el derecho que tienen unos y otros de salir o no a la vía pública, pero, sobre todo tenga el criterio y el discernimiento propio de optar por una u otra alternativa, pero no lo haga porque sí, no aplique el adagio popular “Para donde va Vicente, para dónde va la gente”, sin saber por qué.