Con una goleada 4-1 sobre el Stoke City, Liverpool sigue al acecho del liderato de la Premier. En el último día del año, los Reds enfrentarán al City de Pep Guardiola.
En la jornada más tradicional del fútbol inglés, un gigante como Liverpool no podía quedarse por fuera de la fiesta; en su estadio y en el juego de cierre del Boxing Day, los Reds regalaron una demostración de fútbol ofensivo y táctica, fiel al estilo del excéntrico técnico Jurgen Klopp.
Además de ofrecer espectáculo a sus miles de aficionados en Anfield Road, que desafiaron las bajas temperaturas decembrinas, Liverpool tenía la urgencia de la victoria para no perderle pisada al Chelsea que, con doce victorias consecutivas, va encaminado hacia el título liguero.
Y así lo hizo; aunque en los primeros momentos del juego, Liverpool descuidó su zona defensiva y se llevó un susto a los doce minutos con un gol de Jonathan Walters que ponía en ventaja al Stoke City.
La dicha al visitante le duró hasta los 34 minutos cuando Adam Lallana puso el empate y diez minutos después Roberto Firmino pondría las cosas en orden para reivindicarse con su equipo, luego de protagonizar un bochornoso incidente cuando la policia local lo detuvo por conducir en estado de embriaguez en la Nochebuena.
El segundo tiempo fue todavía mejor; una oda del Liverpool al fútbol directo y de precisión. Un autogol de Imbulla y otro tanto de Daniel Sturridge configuraron la goleada 4-1 para el local, que el próximo sábado despedirá el año recibiendo al Manchester City, ¡partidazo!.
Nuevamente con record de asistencia y espectáculo de primer nivel como el partido realizado por Liverpool, finalizó una edición más del Boxing Day. Pero el fútbol en Inglaterra no se detiene, hasta el 4 de enero habrán juegos de forma ininterrumpida.
Por algo la Premier es considerada la mejor liga del mundo y recibe 3.500 millones de euros sólo por derechos televisivos.