Según el mapa de corrupción realizado por Transparencia Internacional, solo dos países suramericanos, Chile y Uruguay están en zona de riesgo moderado a bajo, en Centroamérica y El Caribe, Costa Rica es el único que no está en rojo o anaranjado.

En el ranking y durante los últimos catorce años, Colombia va creciendo como las colas de las vacas, de “pa’ bajo”, al pasar del puesto 57 al 90, treinta y tres puestos ha descendido nuestro país en el ranking en poco menos de tres lustros.

En ocho años del gobierno Uribe, cuyos miembros están convocando una marcha anticorrupción, el fenómeno hizo que el país pasara del puesto 57 al 78,  (36.84% de descenso) ¡Tan solo 21 puestos de caída libre en 8 años!, en promedio el país cayó 2.68 puestos por año, claro que ese gobierno solo estuvo hasta agosto 7 de 2010.

El gobierno Santos no se queda atrás, de 2010 a 2016, el país pasó del peldaño 78 al 90, doce puestos más abajo (15.38% más lo ha descendido Santos). Si se mantiene la tendencia, al finalizar el presente mandato Colombia podría bajar cuatro puestos más, lo que significa que el santismo le aportó diez y seis escalones a la caída colombiana, en promedio 2 escalones por año.

Según lo anterior ¿cuál de los dos es más corrupto? No escupamos “pa’arriba”, dice el adagio popular.

El criticado Andrés Pastrana, que recibió un país en hilachos y lo entregó despedazado, ha sido el único que logró mejorar la posición en el ranking de Transparencia Internacional; él inició su gobierno en el puesto 79 y lo subió al 57 (22 puestos en cuatro años, 27.85% mejor).

Pero lo más curioso es que César Gaviria lideró la reforma a la Constitución en 1991, que tuvo entre uno de sus objetivos cambiar las costumbres políticas. En datos que están en www.datosmacro.com desde 1995, el país pasó del puesto 31 en 1995 al 90 en 2016, en consecuencia el 190.32% más de corrupción en veintiún años. De nada ha servido en este aspecto la pomposa Carta Magna actual, ni su marco normativo; como también ha sido ineficaz la oficina del “zar anticorrupción” en el país.

Dejando a Colombia y pasando a Brasil, lo situación es más oscura que clara, un país con 207 millones de habitantes, con una inflación anual a febrero de 4.76%, con un PIB negativo (4to trimestre de 2016) de 3.6% y con una tasa de desempleo alrededor del 12%, tienen en calzas prietas al gobierno de Michael Temer, quién no ha podido ponerle un norte a la economía del coloso sudamericano. Infortunadamente, la corrupción también hace parte del día a día de ese país. En 1995 estaba en el puesto 37 y cerró el 2016 en el 79

Brasil se convirtió en un país exportador de corrupción, al caso de Odrebrecht, que salpicó gran parte de los sistemas políticos latinoamericanos, se le suma el escándalo de la venta de carne “maquillada”, entre las que se encuentran dos de las empresas más importantes del sector: JBS y BRF. El destape de la olla putrefacta de la exportación de carne bovina y aviar en pésimo estado, por parte de las autoridades federales estadounidense, es un duro golpe a las finanzas y también a la credibilidad a futuro de sus autoridades sanitarias. Estima la BBC noticias, que el mercado de carne de res exportada por los brasileros asciende al año a usd$5.500 millones, y usd$6.500 millones de pollo, llegando a 150 países, representando un 7.2% de sus exportaciones, siendo el tercer renglón exportador. Según los expertos, este nuevo escándalo puede llevar a que ese país salga de le recesión solo en el 2018.

Miremos este listado de algunos países de la región entre 1995 y 2016:

En resumen, el problema no es de gobierno de izquierda o derecha, simplemente de educación y equidad.

Comentarios:

Luz Maria
2017-03-30 11:34:50

Excelente esta columna. Pone el dedo en la llaga de Latinoamérica.

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