Las reclamaciones no se hacen por redes, sino en los escrutinios

Autor: Nacho
31 mayo de 2018 - 03:51 PM

En el mundo no existen sistemas electorales perfectos, ni los de papel y tampoco los electrónicos.

Medellín

Los profesores de la Universidad George Washington, en los Estados Unidos, aseguran con mucho énfasis que no hay ningún sistema electoral perfecto en el mundo, ni en papel ni tampoco electrónico.

Entre tanto, el especialista en temas electorales en Colombia, el exmagistrado y expresidente del Consejo Nacional Electoral, el abogado antioqueño Guillermo Mejía Mejía, volvió a recalcar que en el país es imposible que se puede registrar un fraude masivo electoral y sobre todo para unos comicios presidenciales, en torno a los cuales están puestas las miradas de miles de ojos vigilantes.

Las anteriores apreciaciones volvieron a formularse, como consecuencia, otra vez, de las reiteradas acusaciones, bastante temerarias, de militantes o dirigentes de la izquierda petrista que sacaron a relucir su paranoia sobre nuevos y supuesto fraudes electorales en contra de la aspiración presidencial del contestatario exguerrillero y candidato Gustavo Petro Urrego.

La semana previa a la primera vuelta del pasado 27 de mayo los petritas pegaron el grito en el cielo porque según ellos se estaba fraguando un robo contra sus intereses, en una campaña dirigida por el temor a un posible repunte electoral del candidato Germán Vargas Lleras, que podría sacar del segundo lugar a Gustavo Petro y de la posibilidad de competir en la segunda vuelta de junio.

Pero transcurrió la jornada electoral y Petro no solo mantuvo su segundo lugar como vaticinaban las encuestas, sino que el mismo sistema electoral que enjuician a cada rato, muchas veces por molestar, armar escándalos y causar crisis y caos, les mantuvo una estrecha diferencia con el tercer resultado que fue para Sergio Fajardo, mientras que Vargas Lleras quedó muy lejos, en una actuación de la Registraduría Nacional del Estado Civil que fue aplaudida, por la rápida entrega del preconteo que no es el escrutinio legal y definitivo de la votación.

Y ahora que el país se enfila para la segunda vuelta, los intensos petristas, que ven problemas en todas partes, volvieron con la cantaleta de que hubo fraudes electorales el domingo pasado, para advertir que el sistema electoral colombiano es muy vulnerable, frágil o fácil de alterar, y de esa forma crear dudas en caso que pierdan el 17 de junio, como hasta ahora lo indican los resultados y el juegos de las alianzas partidistas, aunque los electores en Colombia ya no siguen las órdenes y ni las orientaciones de esas alicaídas estructuras, ni de los congresistas y tampoco de gamonales regionales.

Ante todo este barullo, Mejía Mejía comentó que puede que en un pueblo, como ocurrió en Frontino, aparezcan algunos formularios E-14 (conteo de los votos de mesa de votación) con borrones, lo que puede suceder pues en el país funcionaron más de 100.000 mesas.

“Que se dañe un formulario en 100.000 mesas, es normal y lo demás es joder la vida”, dijo muy gráficamente este perito electoral.

Lea: De Samper y Pastrana a Duque y Petro

Puede haber errores

Insistió en que errores si pueden existir, pero no fraudes electorales, toda vez que explicó que las votaciones de índole nacional, como son la de Senado y la de la Presidencia de la República están sometidas a cuatro escrutinios, así:

1. El de mesa por los jurados

2. El de los jueces y magistrados designados por los tribunales

3. El realizado por los delegados del CNE

4. Y el del mismo CNE.

“Que se encuentre que una suma no fue igual entre los formularios E-14 y E-24 puede suceder, lo cual es perfectamente enmendable”.

Precisó que en el Código Electoral existe una norma muy clara que dice que los escrutadores, que son jueces y notarios para el caso de los municipales, o los delegados del CNE en lo departamental que tienen que ser exmagistrados de las altas cortes, y los propios miembros del CNE tienen una amplia posibilidad de examinar los hechos que surjan de un proceso electoral.

También ilustró que en cumplimiento de la función electoral, la Registraduría Nacional del Estado Civil es la organizadora de las elecciones, por lo cual el papel del registrador termina a las cuatro de la tarde.

A partir de esa hora, cuando se inician los escrutinios, todo el proceso de entrega y legalización de los resultados queda en manos o bajo la responsabilidad del Consejo Nacional Electoral y el registrador no tiene que ver nada en ello, excepto ser un apoyo logístico en los escrutinios.

Los escrutinios se realizan en el ámbito municipal y una vez terminan, sus conclusiones electorales son enviadas a los escrutinios departamentales que se instalan el martes siguiente al domingo de elecciones, para terminar con los escrutinios nacionales, en el caso de los comicios de Senado y los presidenciales.

Las declaraciones de elección de los alcaldes y concejales la hacen las comisiones municipales. Y la de gobernadores, diputados y representantes a la Cámara la comisión escrutadora departamental.

En caso que en esas anteriores instancias no se pueda declarar la elección, se traslada la decisión final a los escrutinios generales en Bogotá, que están a cargo de los magistrados del CNE.

Las reclamaciones sobre la votación se deben sustentar y probar con base en las causales que para tales efectos contiene el Código Electora colombiano. En esta fase del proceso es donde los abogados hacen el oso, pues presentan impugnaciones o reclamos muy generales sin aportar las pruebas que conducen, en la mayoría de los casos, a la negación del reclamo electoral. Son muy escasos los profesionales del Derecho que están debidamente preparados para enfrentar con éxito demandas electorales.

Así las cosas, las reclamaciones sobre posibles o eventuales fraudes, como los de los inquietos alumnos del petrismo, no se presentan en las redes sociales para causar un efecto de escándalo, sino en las diferentes etapas del escrutinio, que arranca desde el mismo momento del cierre de las votaciones y el conteo en las mesas, donde el papel del testigo electoral es clave para la vigilancia de los resultados de la votación por un candidato.

Una vez se declare la elección de un corporado o de un cargo ejecutivo, se agota la vía gubernativa y comienza la posibilidad de formular demandas electorales por la vía judicial. En el ámbito regional ante los tribunales administrativos seccionales y en lo nacional ante la Sección Quinta Electoral del Consejo de Estado.

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Comentarios:

francisco
francisco
2018-06-02 12:34:11
En el mundo no existen sistemas electorales perfectos, lo que si existe son idiotas, que a la larga los enredan por ser descerebrados.

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