Tanto las denuncias como los casos de maltrato han aumentado, una de las explicaciones que señalan los expertos está relacionada con el incremento de la violencia y el conflicto armado en la ciudad y el país.
“Las mujeres tienen menos miedo de denunciar los abusos, pero esto no ha hecho que las violencias contra ellas se reduzcan”. Ese es uno de los apuntes principales que hace la investigadora del Observatorio de Seguridad Humana, Lina Zuluaga, frente al tema del incremento del maltrato hacia la mujer en el país.
Y es que recientemente, según Medicina legal, un total de 5.242 mujeres fueron maltratadas de alguna forma en los primeros cinco meses del año. Siendo el homicidio, el delito sexual y la violencia intrafamiliar los tipos de violencia que más se incrementaron; ubicando a la agresión sexual como la más grave de todas con 1.414 casos más que en el mismo periodo del año pasado.
En el informe, la entidad indica que entre enero y mayo hubo 396 homicidios a mujeres, 37 casos más que equivalen a un incremento de 10,31% en comparación con los 359 de los mimos meses del 2017, mientras que en violencia intrafamiliar se presentaron 520 casos más de los 6.449 que se dieron el año anterior, incremento de 8,06%.
Para Zuluaga, la agudización de este tipo de violencia tiene una relación directa con el aumento del conflicto armado en el país. “La mujer se vuelve vulnerable y recibe la descarga de una sociedad con miedo y que está constantemente a la defensiva; los sujetos “inferiores” como mujeres y niños están sufriendo mucho en este momento”, dice.
Para la investigadora se presentan las dos situaciones: aumento del maltrato y aumento de denuncias, y asegura que, aunque la situación se está visibilizando mucho más por diferentes iniciativas, tanto estatales como de organizaciones sociales, falta efectividad a la hora de la atender los casos.
“Hoy hay más acceso a la información porque hay un aumento en las redes de apoyo, pero hace falta solidaridad cuando las mujeres hacen las denuncias ante las instituciones, porque casi siempre se subestima el caso y no se hace efectiva la ruta de atención”, señala Zuluaga.
Lea también: Autoridades rescatan niños sometidos a explotación sexual en Medellín.
Frente al tema, cifras del Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc) revelan que de los 16 homicidios cometidos sobre mujeres hasta el 5 de julio del presente año, la mitad fueron por violencia de género.
La Personería indica que ese 50% de los casos reafirma el contexto de violencia contra la mujer en la ciudad, quienes continúan siendo asesinadas en lo privado, por la familia y por sus parejas o ex parejas.
El tipo de violencia intrafamiliar es uno de los que más preocupa en la ciudad, hasta el 14 de abril de este año, se registran 1.701 mujeres víctimas de este delito que tiene más índice en comunas como Robledo, con 220 casos; San Javier, con 178 casos y Belén con 163 casos, lugares, que al mismo tiempo, han sufrido una escalada violenta de conflicto durante este primer semestre del año.
“Las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar siguen superando en veces los registros de victimas hombres; hecho que reitera este fenómeno como un asunto de género, demostrando los lineamientos de poder del hombre sobre la mujer, lo que se evidencia en las formas de violencia. 529 casos de violencia física sobre las mujeres, 360 de violencia verbal, y en otras cifras también se refuerza esa exteriorización de violencia, como las amenazas, ofensas, maltrato y violencia psicológica”, asegura Juan Fernando Gómez, personero delegado para los Derechos Humanos de Medellín.
El reflejo de las estadísticas de la ciudad donde se concentran los distintos casos de fenómenos que atentan contra la mujer son indicativos también de la crisis de seguridad que vive Medellín.
Para la psicóloga de la Corporación Vamos Mujer, Ángela Jaramillo, la situación se torna más preocupante si se tiene en cuenta que en muchos de los casos las agresiones ocurren en los contextos más cercanos a las mujeres, donde se supone deben brindarles protección. “Los más altos porcentajes de agresores se encuentran en el entorno familiar más cercano, por ejemplo, presuntos agresores sexuales están conformados por padres, padrastros, tíos, abuelos y hermanos”, anota Jaramillo.
Le puede interesar: Medellín busca hombres para prevenir las violencias de género.
Para la investigadora del Observatorio de Seguridad es importante aclarar que el tema podrís considerarse como un asunto sintomático de enfermedad de la sociedad, la historia del conflicto también ha tocado durante mucho tiempo a las mujeres, y ahora es cuando apenas estamos empezando a evidenciar las consecuencias.
“Es una cadena que tenemos como sociedad marcada por la violencia, donde las mujeres han aprendido a denunciar, pero muchas siguen dejándose maltratar, es un ciclo muy difícil de acabar, dice Zuluaga.
El personero delegado agrega que la consolidación de los programas preventivos tienen que ser una prioridad de seguridad, “evitar es más que lamentar; permitir que las nuevas generaciones crezcan aisladas de esta cultura de violencia asegurará mitigar estas situaciones que cobran la vida de las mujeres de la ciudad, y que en otros contextos también simbolizan atroces formas de violencia como los actos de hostigamiento, maltrato, la violencia psicológica, económica y en cualquier otra forma que impida que nuestras mujeres tengan una vida libre y con un desarrollo de su plena autonomía e integridad”, enfatiza Gómez.