Señores de la ANI y la Anla, oigan la sabia voz de las comunidades y discutan de manera abierta las recomendaciones de la ingeniería antioqueña
La Concesión Pacífico 1-Covipacífco, que va desde el Ancón Sur hasta Bolombolo, es el primer tramo de la anhelada conexión vial en doble calzada del Valle de Aburrá con el suroeste antioqueño, el Eje Cafetero y el Puerto de Buenaventura; de las Autopistas de la Prosperidad es el proyecto de mayor interés para el Departamento de Antioquia.
Desde hace ocho años cuando se conocieron los primeros diseños del proyecto vial, la Veeduría Cívica de la Sociedad Antioqueña de Ingenieros-SAI advirtió sobre los riesgos ambientales, hidrogeológicos, así como sobre los conflictos con las comunidades impactadas por la futura obra. Nuestras observaciones no se limitaron a señalar los riesgos y conflictos, sino que avanzaron hasta proponer soluciones alternativas para mitigar las manifiestas afectaciones. Todo eso así como los reclamos de la Comunidad está documentado en la Audiencia Ambiental del 27 de febrero de 2016, convocado por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales-Anla.
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Nada de lo advertido y denunciado en la referida audiencia fue tenido en cuenta por Anla y así fue como concedió la licencia ambiental a Covipacífico, lo que ha creado un malestar generalizado por ahora centrado en la comunidad de Amagá, municipio éste el más afectado por la futura obra, pero extensible a los demás municipios de la Cuenca del Sinifaná. Como si esto fuera poco, por solicitud del Alcalde de Amagá, el pasado 23 de los corrientes la Anla convocó una nueva audiencia de modificación de la licencia ambiental de Covipacífo, para informar algunos cambios menores en los diseños, cambios que en absoluto atienden los reclamos de la Comunidad.
Aunque aquí no hay espacio para detallar las afectaciones principales de orden social y económico que va a generar el proyecto en particular al municipio de Amagá, tal como lo indica un excelente y completo documento presentado por el Alcalde de Amagá en la referida audiencia modificatoria, afectaciones que harán inviable esta nuestra localidad, al aislarla de sus veredas principales y de la futura doble calzada, a lo que se suma la imposibilidad de desarrollar el Plan de Ordenamiento Básico Municipal en preparación, que entre otros, contempla un futuro acceso al caso urbano por el sitio de Paso Nivel y un futuro parque industrial aledaño, ya en marcha, que aloje empresas que, por razones ambientales y de costos necesariamente saldrán del Valle de Aburrá. Estas afectaciones, como nos lo enseñó el gran jurista Elkin Valderrama, ya fallecido, configuran un clásico caso de daño anti jurídico, que amerita una demanda judicial, de tipo Acción Popular.
Parece que la Agencia Nacional de Infraestructura-ANI y Anla desconocieran principios fundamentales de nuestra legislación, que obligan a concertar con las comunidades las obras de infraestructura que impacten su territorio, pero más que eso nos están tratando como irracionales, con engaños y dilaciones. Es que la más elemental lógica indica que cualquier licencia ambiental exige disponer de planos de construcción definitivos de la obra, lo que hasta ahora no ha ocurrido con la información actualizada entregada por Covipacífico al Comité Cívico de Amigos de Amagá, con la advertencia de que se trata de planos con diseños no definitivos. Como si esto fuera poco, se nos dice que hacia el futuro va ser posible reparar los perjuicios a la comunidad amagaseña con un intercambio vial en Paso Nivel, solución ésta imposible de construir con el diseño vial que hoy se tiene, como lo sabe hasta un estudiante de los primeros años de ingeniería. ¡Por aquí somos pueblerinos y campesinos, pero no tontos¡
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Señores Gobierno Nacional, lo que pretende hacer ANI y Anla con Covipacífico es provocar una protesta social, que sabemos cómo empieza pero no como termina, centrada en Amagá pero que se extenderá por todo el suroeste antioqueño, lo que con seguridad generará retrasos y sobrecostos al proyecto vial que inexorablemente pagará La Nación y, lo más grave, mayor desprestigio institucional en estos momentos que, como nos lo pidió con insistencia el Papa Francisco, es necesario recuperar La Esperanza. ¡Mira Pedro como estamos y tú cortando orejas!
Señores de la ANI y Anla oigan la sabia voz de las comunidades y discutan de manera abierta las recomendaciones de la ingeniería antioqueña, que si conoce el territorio impactado por el proyecto y que, sobre todo, ha presentado propuestas con soluciones adecuadas para resolver las afectaciones y conflictos plenamente diagnosticados.