“Si hacemos presión en los puntos de mayor tensión, está se libera como si la ciudad fuera un cuerpo al que tratamos con acupuntura. La acupuntura urbana es la forma más idónea de planear las ciudades” era lo que nos decía el gran Jaime Lerner, fue el alcalde de la ciudad de Curitiba, y además escribió Acupuntura Urbana, una guía de urbanismo táctico imperdible y lo cito por que durante esta semana estuve visitando las ciudades que constituyen el área metropolitana de Guadalajara y también me pasé por la espectacular ciudad de Morelia, en el tan mencionado estado de Michoacan.

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Guadalajara, ha dedicado su proceso de crecimiento a crear un nombre con contenido social y ligado íntimamente a los temas culturales y académicos. Escuchan al que quiere aportar, y aprenden de todo, incluso de los que van con sus aires de arrogancia a resaltar que le falta mucho en un asunto u otro, sin mirar todo lo que se ha logrado. En eso se me parece mucho a Medellín, además de contar con la Universidad de Guadalajara, que define el rumbo, con objeto y método. Morelia, la capital del estado de Michoacan, con un movimiento ciudadano, muy activo, un ambiente muy enrarecido, de muchas carencias, pero donde invertir millones de dólares en la restauración de un restaurante se ve normal. Me recordó a la Medellín de los 90´s. Me reuní con mucha gente en Morelia, como nunca me había pasado en México, unos me atacaron por ser colombiano, porque los colombianos habían llegado a su país a robar, a prostituirse, que habíamos exportado el narcotráfico y envenenado a todos sus jóvenes y en fin, que no tenía México por que mirar a los latinoamericanos, que no tenían nada que enseñar y sí mucho que aprender, en fin. Otros muy optimistas con que si se empieza ya a construir la ciudad que todos sueñan, les tocaría ver algo y eso les llena de ilusión. Enuncio los dos casos porque me lleno de esperanza todo los que la Universidad de Guadalajara hace por la ciudad, por aplicar la teoría de Lerner. Ahora, hace lo que las ciudades que se propusieron crecer de manera organizada hacen, generar actividad cultural e intelectual, centros de eventos, escalonadamente hacer centros de comercio y luego de eso, crear unidades de vivienda para habitar el entorno. Igual que en Morelia, un sin número de colectivos urbanos reclamando por su esfuerzo de profesionalizarse, por sus movimientos intelectuales que le gritan al mundo que no juzguen toda la ciudad por una pequeña parte que vive del negocio de las drogas. Gracias al varias veces reconocido Arquitecto Héctor García Curiel, hace de Guadalajara un proyecto próspero. Gracias a la Arquitecta Verónica Loaiza Sevín , una gran influenciadora de los colectivos urbanos en Morelia, es esperanzador lo que vi que hace en la ciudad.

La reflexión final es definitivamente la posibilidad de recibir aprendizaje de todo el que se pare al frente. Una Ciudad siempre tiene algo que enseñar, y sin duda, siempre algo que aprender. Los seres humanos somos complejos y los conglomerados sociales implican recibir y sobre todo dar, de eso depende el éxito.