-En el bellísimo libro de El Profeta, de Jalil Gibran, que por cierto sería maravilloso tema de lectura en esta cuarentena, Almitra le pregunta sobre la muerte y él responde: “Si en verdad deseáis contemplar el espíritu de la muerte, abrid de par en par las puertas de vuestro corazón al cuerpo de la vida. Porque la vida y la muerte son una sola cosa”.

¿Y qué es morir sino quedar desnudo en el viento y disuelto en el sol?

-Miles de miles de muertos se cuentan ya en los países de Oriente, en Europa, en Estados Unidos, en nuestra América y en nuestro país desde que la noticia del virus covid-19 apareció en la ciudad de Wuhan. Duele ver por todos los medios de comunicación la multiplicación de la muerte. El miedo invade, los pensamientos enloquecen dependiendo del lugar en donde nos encontremos, dependiendo de las costumbres, de los rituales de cultura que la muerte imprime.

-Superar la muerte de un ser querido no es nada fácil en los momentos normales antes del confinamiento y ahora es mucho más difícil de sobrellevar por las circunstancias de no poder ver, hablar y despedir a ese ser que está hospitalizado en una clínica sin permiso de visitas. La experiencia de un duelo es una experiencia intransferible, nadie lo vive de la misma manera, ni durante el mismo tiempo, así sean familiares cercanos de la misma línea del difunto. Los estados de ánimo se disparan en un sentimiento de tristeza, dolor, vacío, soledad, recuerdos vividos con esa persona. Es el no aceptar esa despedida. Hoy más que nunca todos esos sentimientos se multiplican al saber que no se les puede dar la acostumbrada compañía en un simple ritual.

-¿Y qué hacer, qué aprender, cómo ayudar en estos momentos?

-Por todo lo que se vive en Europa, consultamos lo que la psicóloga española Montserrat Lacalle, de la Universidad Oberta de Cataluña, dice: “Es importante no poner un límite de tiempo, no luchar contra lo que se está sintiendo, porque a la pérdida emocional se pueden sumar muchos cambios del día a día que también se han de gestionar. Hay que compartir lo que se piensa y lo que se siente ante los demás. Esto valida lo que se está sintiendo y ayuda a situarse y a ver la posición que se tiene frente a los demás".

Ella dice que no es tan importante el paso del tiempo por sí mismo como una cura de todo, que es más importante hacer algo para afrontar el duelo durante este tiempo.

-Otra recomendación de ayuda es saber explicar lo que se ha perdido, es tomar conciencia de por qué lloramos, es el ir más allá de la pérdida de la persona y poder describir concretamente qué sentimos, es el trabajo de la aceptación.

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Afrontar este proceso de duelo hace que las emociones y los comportamientos vayan evolucionando en el tiempo, más deprisa o más despacio. Hoy con esta vivencia al lado de toda la familia reunida puede ser más compartido ese dolor, ese duelo.

-¿Y qué acciones tomar ante la noticia de ese ser querido que muere si todos estamos en casa, sin poder salir?

La orden del Gobierno es que las personas que mueren a causa del covid-19 sean cremadas. El hospital o la clínica hacen el llamado a la familia y ellos entregan el certificado de defunción. En Medellín un gran número de personas están afiliadas a los servicios de las diferentes funerarias de la ciudad que en estos momentos trabajan las 24 horas. Según el tipo de afiliación tiene los rituales de velación, oficio del servicio religioso y entierro. Si la persona muere por otra causa ajena al virus, puede tener el servicio religioso de cuerpo presente. Hoy día las parroquias de Medellín tienen la orden de solo admitir en los servicio religiosos funerales a diez personas con su debida protección de tapabocas y guantes. El valor de un servicio religioso-católico tiene un costo de 100 mil pesos. Los cementerios de la ciudad: San Pedro, Campos de Paz, La Candelaria y La América tienen permanente servicio.

-En ciertos países de Europa en donde el virus ha hecho que los servicios funerarios se hayan colapsado, han tenido que recurrir a construir zonas especiales o hacer en los cementerios determinados espacios para poder enterrar a sus muertos. Países en donde hemos visto inmensas tierras como fosas comunes. Hay un miedo por los cuerpos infectados, de aquí la prohibición de muchos gobiernos de las tradicionales ceremonias a sus difuntos.

-Pero aquí hay otro dolor. El dolor de un niño, de una familia, de un abuelo o de un ser amoroso que solo vive con su mascota. Duele en el alma el ver desaparecer y enterrar a ese perrito o a ese gatito.

Medellín cuenta con funeraria para estas circunstancias y más en estos momentos en donde puede pasar. Solo deben llamar al 4064010, puede que les pidan el certificado del veterinario, es mejor tenerlo. El servicio puede ser básico, lo que quiere decir que le recogen a su querido animalito, hacen la cremación y le entregan la cajita con dos fotos de recordatorio. Si el servicio es premium, lo recogen, le hacen cremación, le entregan la cajita con un arbolito bonsái para que entierre las cenizas, cuatro recordatorios con sus fotos, unas esencias y una cita a un psicólogo.

-La muerte no encierra, la muerte libera.