La Gobernación de Antioquia puso a disposición de los alcaldes los lineamientos para el desarrollo de Zonas Industriales Mineras –Zimas-, una herramienta de planeación que busca favorecer a quienes practican la minería mediana, pequeña y de subsistencia.
Pese a los atributos geológicos y mineros de Antioquia, las actividades de explotación de recursos como el oro, el carbón o los materiales de construcción han sido asociadas por décadas a prácticas poco amigables con el entorno, el ambiente y la sociedad. La estigmatización es mayor si se tiene en cuenta que las regiones más ricas en minerales son también aquellas en las cuales los problemas de orden público se han hecho más complejos.
Buena parte de los problemas asociados a la práctica minera tienen su origen en la falta de parámetros claros en cuanto al ordenamiento territorial de los municipios, en aspectos tales como la definición de áreas de protección o áreas de actividad industrial.
Para apoyar a los alcaldes en la organización territorial, la secretaría de Minas de Antioquia, que ostenta la delegación del Ministerio de Minas y Energía para fiscalizar y hacer seguimiento y control a los títulos mineros en los aspectos técnico, jurídico y económico, presentó los lineamientos generales para el desarrollo de Zonas Industriales Mineras –Zimas-, mediante las cuáles cada entidad territorial podrá aprovechar de manera óptima los recursos minerales de su territorio a partir de estrategias de sostenibilidad social, cultural, económica, ecosistémica y de voluntad política.
El instrumento fue presentado a los alcaldes del departamento en diciembre pasado tras un trabajo realizado de manera conjunta por la Universidad de Antioquia, la Secretaría de Minas y las corporaciones autónomas regionales del departamento.
Se trata de “una herramienta de planificación para los municipios, que permite la ubicación de las actividades de beneficio y complementarias de la minería en una zona geográfica en la cual se realicen estas actividades con tecnologías limpias y con un manejo integral de residuos sólidos y tratamiento de aguas”, según reza la presentación del estudio.
“Este documento es un primer paso para concertar la actividad minera con las demás actividades económicas de los municipios, con el recurso hídrico y con sus ecosistemas estratégicos”, señala en el prólogo del mismo, el gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez.
Según Mauricio Andrés Correa Ochoa, jefe del Centro de Extensión Académica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia, a la institución universitaria le correspondió la recolección de información para la elaboración de los lineamientos metodológicos que permitan la creación de zonas industriales en distintas regiones de Antioquia, tal como está establecido en el Plan de Desarrollo “Antioquia piensa en grande”.
“El estudio aborda todo el departamento, lógicamente hay unos criterios de inclusión para cada uno de los municipios con vocación minera, digamos que fueron aquellos seleccionados para profundizar en el estudio”, explicó el ingeniero Correa Ochoa, quien añadió que en 31 municipios con vocación minera se aplicaron las herramientas de análisis de la metodología para concluir que, por ahora, solamente en siete de ellos existe “capacidad de acogida” para una Zima, es decir que son territorios idóneos con respecto a la minería puesto que hay una relación del entorno con la actividad en términos de vocación.
“Nosotros somos aliados estratégicos, estamos para trabajar con la Gobernación y con los municipios hasta donde ellos nos quieran convocar; si un municipio está interesado en profundizar, en mirar, evaluar la herramienta de una forma más detallada, se tendrá la oportunidad de dialogar con ellos y hacer una tarea conjunta con la secretaría de Minas, que es la que finalmente aprueba y aporta los recursos para hacer posible la Zona Industrial Minera”, puntualizó.
Para la secretaria de Minas de Antioquia, Dora Elena Balvín Agudelo, los lineamientos para la creación de las Zonas Industriales Mineras –Zimas- son una herramienta para combatir la informalidad y que los pequeños mineros puedan beneficiarse.
“Nosotros les damos esta herramienta a los alcaldes para que dentro de sus Planes de Ordenamiento Territorial tengan la visión de que pueden tener Zonas Industriales Mineras como se tienen textileras o se tienen de otras actividades en Antioquia”, afirmó y explicó que la iniciativa nace del hecho de que en el departamento persiste mucha minería informal, pero también muchos títulos mineros en zonas muy específicas.
“Es una oportunidad para que los pequeños mineros formalizados puedan llevar su producto. Como no son grandes empresas, como las que tienen sus propios laboratorios y centros de beneficio, la zona industrial va a ofrecer estos elementos para que el minero lleve el material y se lo procesen”, añadió.
Según la funcionaria, la idea es que las alcaldías lideren el desarrollo de las Zima junto con las Corporaciones Autónomas Regionales y que sean rentables para los municipios.
“Estamos haciendo un piloto en Segovia para las chatarreras, para tener una planta comunitaria para las mujeres, para que se formalicen con unos requisitos, como por ejemplo que estén en el Rucon y que no vendan más de 35 gramos al mes, entre otros. Ya tenemos el primer ejercicio práctico, lo estamos organizando, lo que se entrega para los demás municipios es teórico, pero la idea es llevarlo a la práctica para aportar a la formalización minera”, sostuvo.
Vale anotar que la metodología no es exclusiva para la minería de oro, sino que dentro de los municipios seleccionados, también se incluyeron los productores de carbón, materiales de construcción y materiales calcáreos.
La Gobernación de Antioquia hace énfasis en la herramienta como un insumo para los Planes de Ordenamiento Territorial, puesto que de los 31 municipios preseleccionados para aplicar la metodología, se encontró que al menos 24 de ellos está en mora de actualizar su POT y de los pocos que lo han hecho, no han definido dentro de las categorías de suelo rural, las áreas de protección referidas a los suelos para la explotación de recursos naturales no renovables o las áreas de actividad industrial en suelo industrial no suburbano, dentro de los cuales se inscriben las Zima.
“La idea es que los municipios definan el uso del suelo industrial por fuera del casco urbano y decirles a las personas del sector minero que aprovechen el encadenamiento productivo que se pueden desarrollar allí, como un clúster minero; para eso está pensado”, concluyó la secretaria Balvín Agudelo.