A punto de despedir a quienes nos han brindado un espectáculo sin precedentes, no nos queda más que felicitar sinceramente a la Federación Colombiana de Ciclismo por haber puesto a Colombia en el meridiano del ciclismo internacional.
Con el ascenso al Alto de Las Palmas culmina hoy la segunda edición del Tour Colombia 2.1, competencia que tuvo como escenario las calles de Medellín y las carreteras del Oriente antioqueño durante seis días. La escalada que domingo tras domingo frecuentan cientos de aficionados al deporte de las bielas, será coronada este medio día por las mayores figuras del pedalismo nacional en la actualidad y por algunos de los mejores ruteros del mundo, quienes han venido a refrendar la categoría que el ciclismo colombiano se ha ganado a pedalazo limpio en las principales carreras europeas.
Si bien Colombia lleva varias décadas dando de qué hablar en las grandes vueltas, y ya en épocas pasadas nos habían visitado varios de los más ilustres exponentes de esta disciplina, lo que estamos viviendo desde que el año pasado se celebrara la carrera Colombia Oro y Paz 2.1 en el Eje Cafetero, es una nueva era, como quiera que el ciclismo de élite en la actualidad se rige por un calendario mucho más exigente que ni siquiera nos había permitido ver a los ídolos colombianos en nuestras propias competencias.
De ahí que el Tour Colombia 2.1 sea un triunfo de la dirigencia del ciclismo colombiano con varios puntos a destacar: primero, que logró meter al país en el calendario mundial de los ciclistas de élite; segundo, que le permite a los pedalistas colombianos de primer nivel venir a correr ante su gente, en su clima y en sus paisajes; tercero, que al ser a comienzo de temporada posiciona a Colombia como campo de entrenamiento para las grandes escuadras del mundo, tal como ya lo hicieron desde el año anterior equipos como el Team Sky, el Astana o el Movistar, y cuarto, que se le abre a los nuevos prospectos del ciclismo nacional la posibilidad de codearse con los mejores del mundo, lo que garantizará el relevo generacional que no tuvimos en la época posterior a “Lucho” Herrera y Fabio Parra, y la presencia de más ciclistas nacionales en las grandes escuadras internacionales.
De allí que, a nuestro juicio, el Tour Colombia debe mantenerse por un periodo razonable de tiempo en la categoría 2.1, puesto que de este modo, a la vez que nos pueden visitar los equipos ProTour, quienes tienen su presencia garantizada en el Giro de Italia, el Tour de Francia y la Vuelta a España, los equipos locales puedan también mejorar su categoría con miras a participar por fuera del país en competencias de similar o superior nivel.
A punto de despedir a quienes nos han brindado un espectáculo sin precedentes, no nos queda más que felicitar sinceramente a la Federación Colombiana de Ciclismo por haber puesto a Colombia en el meridiano del ciclismo internacional. Estamos complacidos de que haya sido Antioquia la sede para esta segunda versión de la prueba y esperamos que en los años venideros las regiones a las cuales visitará aprovechen tanto o más que nosotros los días de fiesta deportiva que el Tour Colombia nos trajo y que acojan con la misma hospitalidad a los ilustres visitantes que han de recibir. Sea el momento para desear que, en las próximas ediciones, se revisen con detenimiento los parámetros para la televisación de la prueba, pues debemos admitir que fue este el único lunar, bastante vistoso por cierto, como quiera que la carrera no llegó, como debió llegar, masivamente a los colombianos y al resto del mundo.
Para nosotros en EL MUNDO el ciclismo ha sido, es y seguirá siendo el deporte nacional por excelencia. El que representa muchos de nuestros valores e idiosincrasia, el que conjuga al trabajador del campo y de la ciudad, al estudiante y al deportista y que permite apreciar y valorar nuestros pueblos y nuestras ciudades. No en vano varios de los mayores ídolos de nuestro deporte están en las distintas modalidades del ciclismo. En concordancia con esto, hemos materializado esta convicción en el Clásico Nacional de Ciclismo Infantil, que este año llega a su trigésima versión siendo semillero de futuros campeones.
Nos motiva profundamente el Tour Colombia para seguir poniendo nuestro granito de arena en la formación de los futuros campeones, y nos alienta saber que este año comienza con grandes expectativas sobre lo que será el desempeño de los nuestros durante la temporada. Ya Winner Anacona se coronó campeón de la Vuelta a San Juan, en Argentina, lo que anticipa que, como ha ocurrido desde 2013, cuando un colombiano ha estado siempre en el podio de todas las grandes vueltas, este año también nos harán erizar la piel de la emoción con sus actuaciones en Europa. Larga vida al Tour Colombia y al ciclismo colombiano.