Entre diciembre y enero llega la subienda, época de bonanza para los pescadores ribereños del Magdalena Medio, o al menos así era tradicionalmente. En esta ocasión han subido peces, pero no como esperaban los lugareños. Ellos confían que en las próximas semanas la situación mejore.
Desde que el río Magdalena inició a crecer por la segunda temporada de lluvias del 2016, entre los pescadores de los pueblos ribereños se extendió el rumor de que esta subienda sería la mejor en años.
Pero no todos estaban tan confiados. José Granados, expescador y dueño de la pesquera José Gallo, en Puerto Triunfo, sabe que a veces los pescadores se equivocan. Tiene 40 años de experiencia en este negocio y ha visto cómo en las últimas décadas cada subienda es menor que la anterior.
“La gente esperaba una buena subienda porque el río creció, entonces se supone que debe venir buen pescado. Sólo hace algunas semanas subió una puntica de barbudo, ahora está cayendo bocachico, pero es demasiado pequeño. Dicen que en lo que falta de enero va a mejorar la situación. Los pescadores siempre confiamos en que las cosas van a mejorar”, señaló.
Héctor Reyes, pescador en Puerto Nare desde los 17 años, afirmó que desde finales de noviembre están diciendo que vienen puntas de nicuro (especie de pez que lidera las subiendas) por Puerto Berrío, pero aún no se ha sentido la subienda como en años anteriores. “Los tiempos cambian, estos son tiempos malos para los pescadores”, dijo.
En los pueblos ribereños se ha pescado durante las últimas semanas, “subieron nicuritos hace poco. Llevamos ocho días cogiendo bocachico, son muy pequeños, pero es mejor que nada. Se puede decir que la subienda apenas está comenzando”, comentó Eloy Virgüez, lanchero y pescador ocasional de Puerto Triunfo.
Carlos Belver, pescador de Puerto Berrío, indicó que la llegada de los peces es un ciclo, “lo primero que subió es barbudo y bocachico, luego llega el blanquillo, el bagre y otras especies que ahora están más bien escasas”.
Jairo Gómez, pescador de Puerto Triunfo, explicó que la subienda es entre diciembre y enero; luego viene la bajanda, en febrero y en agosto es el veranillo. Al resto del año lo llaman vidrio, una época en la que conseguir peces es casi un milagro. Los pescadores temen que las temporadas desparezcan y sea vidrio de manera permanente.
Cuando no es subienda “mucha gente se pone a trabajar en otra cosa, pescar en vidrio es botarle tiempo al río, se gastan dos galones de gasolina y no se coge nada a cambio”, dijo Jairo Gómez.
En Puerto Triunfo, la principal comercializadora de pescado es José Gallo, le compra a los pescadores directamente y luego los revende a la gente del pueblo. “Del Magdalena se vende blanquillo, barbudo, capaz, bagre y bocachico, hay otras especies pero son muy escasas”, especificó.
Cuando no hay peces en el río, gran parte de la oferta que hay en los municipios es transportada desde Bogotá al Magdalena Medio, “aquí se vende pescado de Argentina, de Vietnam, de Uruguay. Los pescados que hoy día rigen el comercio son de afuera”, afirmó José Granados.
Él recuerda que hace 40 años las puntas de nicuro duraban semanas y los peces subían día y noche. Cuando inició con la pesquera, iba hasta donde estaban los pescadores y les compraba las canoas llenas para abastecer los camiones que salían hacia Bogotá diariamente.
José Granados aseguró que la disminución de la afluencia de peces tiene múltiples causas, entre las que destacó el uso de métodos de pesca prohibidos, como dinamita, aparatos, redes en las bocas de las ciénagas y los ríos claros. Además, no se respetan las tallas mínimas, “si un pescador se va ahorita y no coge nada, si coge uno fuera de medida se lo trae, esa es la comida”.
Al respecto, Cornare y Corantioquia, de la mano de las administraciones locales, han tomado algunas medidas, proyectos para la conservación de los humedales, lugares donde se reproducen los peces, y han soltado alevinos en Río Claro y otros afluentes del Magdalena. Entre los proyectos que tiene Corantioquia para 2017 es declarar la ciénaga de Barbacoas en Yondó como zona protegida.
“Pero hacer control para que no pesquen en los humedales es difícil”, aseguró Madeline Arias, alcaldesa de Puerto Triunfo. Sumado a esto, la situación para los pescadores no pareciera mejorar en el futuro, “tras el dragado del río por el proyecto de navegabilidad del Magdalena, habrá una gran crisis para la pesca”, concluyó la alcaldesa.