Jorge Mejía Martínez, director de Planeación de Medellín, habló sin tapujos del plan de desarrollo y admitió que necesita una revisión profunda.
Con la madurez alcanzada por su experiencia de tantos años en la política y en el servicio público en Medellín y Antioquia, Jorge Mejía Martínez, analizó y explicó la actual situación del Plan de Desarrollo de la capital antioqueña.
En su nueva condición de titular de la oficina de Planeación aceptó las críticas que recibió el anteproyecto de dicha hoja de ruta, hasta al punto de estar de acuerdo en que requiere de una revisión profunda.
Pero la reflexión más interesante que formuló fue que dijo que la actual pandemia viral se encargó de precisar el plan de desarrollo, que debe estar orientado hacia la reconstrucción del tejido social y económico de Medellín.
En el momento en que todo se complicó por la pandemia, en la primera quincena de marzo, ¿qué se había cumplido del cronograma de construcción del proyecto de plan de desarrollo?
La aparición del coronavirus o del covid-19 con su contundencia como pandemia coincidió con la radicación del anteproyecto de plan de desarrollo ente el Consejo Territorial de Planeación, CTP, en el último día de febrero y comenzando marzo.
Ese anteproyecto se había construido previamente por la administración municipal con el acompañamiento de dos prestigiosas universidades públicas de la ciudad y se le entregó al CTP para que lo estudiara y remitiera un concepto, para el cual tuvo todo marzo y dicho concepto ya lo recibimos.
Este anteproyecto siguió curso en el CTP, pero dentro de la Administración y por fuera de la misma se escucharon observaciones y cuestionamientos, que indujeron a su revisión y a su perfección, y en eso hemos venido avanzando en eras, que cuando tengamos que radicar el plan de desarrollo como proyecto de acuerdo ante el Concejo Municipal, sea la mejor iniciativa o el mejor plan de desarrollo.
¿Cómo fue la construcción del anteproyecto con la participación ciudadana y Recordemos sus ejes básicos y qué pretenden?
Fue un anteproyecto que tuvo una amplia participación ciudadana, que fue histórica. En el gobierno de Federico Gutiérrez y en las distintas reuniones y los encuentros por toda la ciudad, se congregaron cerca de 7.000 personas.
Este año, antes de febrero, en el ejercicio de escuchar a las comunidades, para la construcción del anteproyecto, se escucharon a más de 12.000 personas, o sea, una cifra récord en la historia de Medellín, lo que da cuenta del interés existente en las comunidades por participar y de aportar al plan de desarrollo e igualmente el afán de la Administración de escuchar a la ciudadanía.
¿Y recordemos los ejes centrales del anteproyecto del plan de desarrollo en la era del alcalde Daniel Quintero?
Su estructura general es la de tener cinco líneas estratégicas. Valle del Software y recuperación económica, recuperación de lo social, ecociudad, transformar la educación y gobernanza y participación.
La recuperación económica es el eje transversal del plan de desarrollo, mucho más ahora con ocasión de los impactos sociales, económicos, culturales y ambientales que hemos percibido con ocasión de la pandemia y de allí es que hayamos decidido que el eje central del plan de desarrollo va a girar alrededor de la recuperación social y económica, en función de generar empleo y teniendo como soporte fundamental el Valle del Software, la innovación, la tecnología y el conocimiento.
Ecociudad procura hacer de Medellín un territorio sostenible y amable, en el que se utilicen en movilidad las distintas energías limpias y particularmente llamar la atención sobre el problema de la contaminación del aire, que sabemos es una dificultad que tiene muchas raíces, muchas implicaciones y que consideramos que tiene que ver con el tipo de combustibles que utilizamos acá en la ciudad.
Transformar la educación tiene que ver con la necesidad de apuntalar las coberturas, mejorar la calidad y la pertinencia, esta última en función de propiciar un talento humano cualificado para aprovechar las posibilidades que la tecnología y el conocimiento nos brinda, de allí que el Alcalde se propone revisar los pensum educativos buscando particularmente que los bachilleres salgan con formación y un roce de tipo tecnológico que posibilite su acceso a la Universidad.
Y la línea de gobernanza es hacer una estructura moderna de la administración municipal, a la cual se tenga acceso por parte de la comunidad en busca de información, para conocer los procesos, los contratos, etc., de tal manera que esa información facilite el control social y ciudadanos que consideramos indispensable.
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Se han escuchado muchas observaciones y críticas de Cómo va Medellín, de concejales, columnistas y gremios al anteproyecto. Hablan que es muy débil, que falta coherencia entre el diagnóstico y las acciones, que requiere de mucho más debate, cambios y perfeccionamiento. ¿Qué dice la Administración?
Respecto a las críticas que hemos conocido dentro de la misma Administración y afuera desde la academia, gremios y de parte de los concejales en muchas de ellas tienen razón y muchas de ellas fueron formuladas con fundamentos.
Cuando llegamos a la Administración a asumir la dirección del Departamento Administrativo de Planeación coincidimos con el señor alcalde y con estos otros sectores en que era necesario darle una revisión profunda al anteproyecto que se le entregó al CTP de Medellín.
Una revisión profunda fundamentalmente es en tres campos o ángulos. En primer lugar buscar una mayor relación del Plan de Desarrollo o el anteproyecto con el programa de gobierno, porque encontramos que había un vínculo muy débil entre lo que se presentó al CTP y lo que había planteado Daniel Quintero como candidato y luego como alcalde ante la ciudadanía en su plataforma de gobierno.
Entonces fortalecer esa relación, entendiendo que el corazón, el eje, el núcleo del plan de desarrollo debe ser el programa de gobierno.
En segundo lugar encontramos problemas de articulación entre el diagnóstico y los programas que se formulaban en el anteproyecto. Así como había diagnósticos que no tenían expresión en los programas, también encontramos programas que no tenían expresión en el diagnóstico. Entonces había cierta desarticulación que era necesario atender.
Y en tercer lugar definir un eje estratégico, definir una orientación, un horizonte estratégico del cual carecía el anteproyecto y encontramos que ese eje estratégico la pandemia nos lo precisó claramente en el sentido que el plan de desarrollo debe ser ante todo una herramienta de reactivación social y económica de la ciudad de Medellín
¿Por todo lo que está ocurriendo con la emergencia mundial viral y sus graves consecuencias sociales, económicas y culturales obligarán a aplazar los términos del plan de desarrollo, replantear sus metas y como garantizar una amplia participación en el debate del proyecto ante la imposibilidad de reuniones masivas?
Esta coyuntura nadie la tenía en su agenda, nadie la había previsto, ha sido demasiado fuerte, lo del confinamiento ha sido una medida que afecta a la actividad social, la económica, ambiental, también la política y la institucional, y lo estamos viviendo con ocasión de este gran compromiso de construir y elaborar el plan de desarrollo 2020 – 2023.
Estamos a la expectativa respecto a las decisiones que pueda tomar el Gobierno Nacional sobre si modifica o no la fecha de radicación de los proyectos de acuerdo para el caso de los municipios o los proyectos de ordenanza para el caso de los departamentos.
Hay conceptos entregados por parte de los abogados, hay unos que consideran que ese cronograma fue expedido por una ley macro, la 152 de 1994, que tiene casi carácter constitucional y que es muy difícil de replantear mediante un decreto ley por parte del Gobierno, pero estamos a la expectativa.
El nuevo escenario que se nos presenta si no es posible mover esas fechas, es el de la virtualidad, lo que se convierte en una gran dificultad para la participación ciudadana, que nosotros desearíamos fuera más viva, más al día, más al instante.
Sin embargo, en el Concejo de Medellín están trabajando en aras de facilitar por distintos medios que la tecnología nos pueda ofrecer esa participación, no sin antes reconocer que no es lo mismo la presencialidad que la virtualidad en el caso nuestro, mucho más ahora que con ocasión de la pandemia se presentan graves problemas de conectividad en la ciudad de Medellín, toda vez que la calidad y la cobertura del Internet son muy precarias y por eso en medio de esas dificultades nos tocará afrontar en mayo esa discusión y esa aprobación por parte del Concejo de Medellín.