Al completarse dos meses de la ofensiva en Mosul, las fuerzas del Ejército y la Policía iraquíes mostraron su satisfacción por la marcha de las operaciones militares que avanzan lentamente en la zona.
La ofensiva para expulsar al grupo terrorista Estado Islámico (Ei) de la provincia septentrional iraquí de Nínive y su capital, Mosul, cumplió dos meses con avances y victorias de las fuerzas gubernamentales, pero aún se perfila larga la batalla para tomar el control de toda la zona.
Ningún responsable iraquí se atreve a vaticinar la duración de la campaña militar, en la que participan las fuerzas del Ejército y la Policía iraquíes, las tropas kurdas “peshmergas” y las milicias chiíes “Multitud Popular”, además de la aviación gubernamental y de la coalición internacional antiyihadista liderada por EE.UU.
“No se sabe cuándo van a terminar las operaciones, pero lo que publican los medios de comunicación son predicciones irreales”, aseguró el jefe de seguridad de la provincia de Nínive, Mohamed al Bayati.
Según el responsable local, las fuerzas iraquíes no han parado sus operaciones, sino que “han sido suspendidas para reorganizar a las tropas y desplegar más unidades del Ejército y de la Policía” en la zona.
Al Bayati se refirió de esta forma a la suspensión de los combates en los últimos días debido al mal tiempo, así como al lento avance de las fuerzas gubernamentales.
El primer ministro iraquí Haidar al Abadi, quien fue el encargado de anunciar el comienzo de la ofensiva, dijo esta semana que los planes para la liberación de Mosul fueron revisados, pero mostró su satisfacción por la marcha de las operaciones militares.
Al Abadi aseguró que la ofensiva entró en su “fase definitiva”, pero no especificó cuánto está previsto que dure.
En estos dos meses, las tropas han recuperado el control de territorios que estaban en manos del Ei, desde que la organización irrumpió en la zona en junio de 2014 y conquistó vastas áreas ante la impotencia de las fuerzas de seguridad que, en Mosul, salieron despavoridas y abandonaron a los habitantes a su suerte.
Más de dos años y medio después, los residentes que aún permanecen en la urbe esperan su “liberación” a manos de las fuerzas de Bagdad, que irrumpieron en el este de Mosul a finales de octubre y se han hecho con el control de 40 barrios de la mitad oriental de la localidad.
La ciudad está dividida en dos por el río Tigris y la mitad ubicada en la orilla occidental aún está bajo el férreo dominio de los extremistas, mientras que en el este se desarrollan los combates y aún hay 60 distritos que tienen que ser “liberados”.
De acuerdo con la ONU, al inicio de la ofensiva se calculaba que había entre 1,2 y 1,5 millones de personas en la ciudad.