La Nueva Historia Económica de Colombia como disciplina científica nace a mediados del siglo pasado con Luis Eduardo Nieto Arteta y Luis Ospina Vásquez. En los años setenta y ochenta se profesionalizan los estudios sobre la economía nacional, como parte de la Nueva Historia de Colombia.
En pasada columna me referí a la Nueva Historia de Colombia (NHC), que bajo el liderazgo de Jaime Jaramillo Uribe y Álvaro Tirado Mejía empezó a estudiarse en el país a partir de los años setenta del Siglo XX, como una verdadera ciencia sometida a los rigores que exige toda investigación científica. Ahora veamos cómo se ha desarrollado la parte correspondiente a la historia de las ciencias económicas, la que se ha denominado la Nueva Histórica Económica de Colombia (NHE).
Luis Eduardo Nieta Arteta fue el primer historiador en estudiar a profundidad nuestra historia económica con su imprescindible libro “Economía y cultura en la historia de Colombia”, publicado en 1941, al que en 1958 le siguió “El Café en la sociedad colombiana”. Ese mismo año de 1958, Luis Ospina Vásquez publicó “Industria y protección en Colombia” y en 1969 Mario Arrubla dio a luz el “Estudio sobre el subdesarrollo colombiano”, uno de las más serias investigaciones que en materia económica haya hecho la izquierda de este país, producto de la compilación de varios artículos suyos que desde 1962 venían apareciendo en la Revista Estrategia. En 1968 Álvaro Tirado, para obtener su título de abogado en la Universidad de Antioquia presentó su tesis “Apuntes sobre la historia económica de Colombia”, texto que se editó en 1971 bajo el título “Introducción a la historia económica de Colombia”, el mayor éxito editorial, veintitrés ediciones hasta el momento, que un libro de su género haya tenido en nuestro medio.
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Jesús Antonio Bejarano en la introducción al Tomo V (Economía, Café, Industria) de la NHC señaló que sólo en el decenio 1880, con el surgimiento de la economía cafetera empezaron a darse las condiciones para un desarrollo económico sostenido del país. En los inicios del Siglo XX, con ciclos de auge y depresión, de manera lenta se fue dando el tránsito hacia una economía moderna y a partir de la década del veinte, propiciado por causas externas, empieza un periodo de acelerado crecimiento económico, impulso que se frenó con la crisis mundial de los años treinta y la siguiente segunda guerra, situaciones estas que, ante la escasez de manufacturas importadas, a la postre sirvieron para estimular la incipiente industria nacional, así como para la creación de una serie de instituciones que permitieran la intervención del Estado en el desarrollo nacional. En la posguerra emerge también una agricultura con visos de modernidad y una nueva aceleración de la economía nacional, ya con una industria algo diversificada y la consecuente urbanización del país.
La expansión de la caficultura desde la región oriental del país, donde se originó, hacia el occidente colombiano, a partir de las primeras décadas del Siglo XX dio lugar a la creación de una floreciente industria asentada en Antioquia. La modernización de la caficultura, la industrialización antioqueña y el surgimiento de la agroindustria vallecaucana originaron el gran acontecimiento geopolítico que marcó la primera mitad del Siglo XX en Colombia: el desplazamiento del meridiano económico desde Cundinamarca y los santanderes hacia nuestro departamento y las zonas de la colonización antioqueña, así como hacia el valle el Cauca, región esta última donde empezó a surgir la agroindustria. La dependencia del sector minero energético en que cayó Colombia a partir de la década de los ochenta y la ruptura del Pacto Mundial de Café en 1989, frenaron la industrialización en que estaba empeñado el país y alteraron los ciclos de bonaza y depresión de la economía colombiana, los cuales, en gran parte, gravitaban con los precios del café en el mercado internacional.
La tesis doctoral del economista colombiano Edgard Moncayo titulada “Cambio estructural, crecimiento e industrialización en América Latina 1950-2005” ofrece un acertado diagnóstico de las causas del deterioro económico de la región a partir de los años 70, cuando se cambió el modelo de desarrollo basado en la producción de manufacturas para atender el mercado interno con remanentes significativos para exportación, por un sistema centrado en la explotación de los recursos naturales para satisfacer las demandas de las grandes potencias mundiales.
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Antes de entrar a lo que técnicamente se ha llamado la Nueva Historia Económica de Colombia, que nace con la publicación en el año 2010 del libro con este mismo nombre del economista Salomón Kalmanovitz, es mi obligación rendir un reconocimiento al gran ingeniero antioqueño y dirigente empresarial, gran investigador de la historia económica, social y política de Colombia y profesor de muchas generaciones, que ha sido el maestro Gabriel Povea Ramos, a quien, por razones inexplicables, casi ha olvidado la historiografía bogotana.
De la muy extensa obra publicada por Povea, de la cual en materia de historia económica nacional se destacan: Historia económica de Antioquia, 1988; Vapores fluviales en Colombia, 1998; Historia económica de Colombia en el Siglo XX, 2005; Carrileras y locomotoras: historia de los ferrocarriles en Colombia, 2010; Población y censos de Colombia: desde la Conquista hasta el Siglo XXI, 2013 y Minería en Colombia: una aproximación histórica, 2015. Para este columnista el profesor Povea ha sido sabia guía, en especial para nuestro común empeño en impulsar la industrialización de los carbones colombianos, no sólo como fuente energética mediante modernas técnicas de gasificación, un proyecto de investigación sobre combustión limpia que adelanta la Facultad de Minas de la Universidad Nacional-Sede Medellín, sino también como materia prima para la industria carboquímica, proyecto éste del cual Povea ha sido pionero y decidido divulgador. Hoy cuando las reservas de petróleo decaen, el país está en mora de oír a quien ha sido el adalid del gran proyecto para el aprovechamiento integral de la gran riqueza carbonífera con que nos dotó la naturaleza.