La difícil realidad en que vive gran parte de la niñez en territorio antioqueño, donde muchos menores de edad han sido víctimas o están expuestos a episodios de violencia intrafamiliar, violencia de género o violencia sexual, reclutamiento y/o utilización por parte de grupos armados, desplazamiento forzado junto a sus familias, inestabilidad alimentaria y, en muchos casos, dificultad para acceder a los procesos de educación, hace que hoy la atención colectiva se enfoque en los Planes de Desarrollo Municipal y Departamental y, concretamente, en los capítulos de infancia y adolescencia y en los procedimientos diseñados allí no sólo para enfrentar y corregir la compleja problemática que afecta a este importante grupo poblacional, sino para atender esas necesidades que les permitan a Niñas, Niños y Adolescentes (NNA) mejores oportunidades hacia el futuro.

Jorge Mejía Martínez, director del Departamento Administrativo de Planeación de Medellín, destacó que “el tema niñez tiene unos avances significativos en el PDT” que ya fue aprobado por el Concejo Municipal, pero aceptó que este esfuerzo “no pretende solucionar en cuatro años problemas que son estructurales, que durante décadas se han incubado en nuestra sociedad, y que, por múltiples circunstancias, no se han podido destrabar”.

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Contexto en el que NiñezYA, la coalición de organizaciones de la sociedad civil que reúne a más de 100 entidades expertas en niñez, catorce de ellas de Antioquia, expresa sus preocupaciones porque observa que esos Planes de Desarrollo se han enfocado muchísimo en temas que, innegablemente, son muy importantes, como reactivar la economía y generar empleo tras la emergencia que vive hoy el país y todo el mundo, pero disminuyendo algunos presupuestos para la atención de NNA, lo que, reflexiona, crea dudas frente al compromiso de garantizar esa atención integral que requiere este segmento de la población.

Recomendaciones

Según NiñezYa, las cifras entregadas recientemente por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) son la mejor prueba de la urgente necesidad de reforzar la inversión social en favor de NNA.

El informe al que se hace referencia indica que durante las tres primeras semanas de la cuarentena, que se inició el 25 de marzo debido a la covid-19, el país registró el 69% de los casos de violencia contra NNA reportados en los dos primeros meses de este año. Mientras que entre enero y febrero entraron a restablecimiento de derechos un total de 1.796 menores de edad (la mayoría entre 12 y 17 años), entre el 12 de marzo y el 4 de abril lo hicieron 1.250 (NNA).

También se han reportado 90 casos de muertes de niños menores de 5 años asociados a desnutrición, al igual que el aumento del reclutamiento forzado de menores de edad por parte de las disidencias y de otros grupos al margen de la ley, que los llevan a sus filas para el tráfico de drogas, el porte ilegal de armas y la extorsión, entre otros delitos. Algo que ocurre tanto en las zonas rurales como en las zonas marginadas de las ciudades, y Antioquia y Medellín no escapan a esta realidad.

La Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia (Coalico) reportó que en los primeros cinco meses del año (con corte al 13 de mayo) habían sido reclutados 128 NNA; mientras que de enero a junio de 2019, fueron 60. Eso significa un incremento de 113% del delito.

Amenazas y vulneraciones que, según NiñezYa, “demandan de los PDT, tanto de la Alcaldía de Medellín como de la Gobernación de Antioquia, estrategias, metas y presupuestos suficientes para garantizar los derechos de NNA, porque de lo contrario, el departamento y el municipio retrocederán décadas de lo ganado en cumplimiento de derechos para esta población”.

Y en esa dirección, NiñezYa le planteó al Concejo de Medellín y a la Asamblea de Antioquia una serie de recomendaciones de acuerdo con el grado de inclusión de los asuntos inaplazables para garantizar los derechos de la niñez que ven en los Planes de Desarrollo.

Primero la familia

El tema niñez tiene una gran importancia en el Plan de Desarrollo, destacó Mejía Martínez, haciendo énfasis en el diagnóstico situacional de NNA para Medellín Futuro 2020-2023, que desarrollará y vigilará la Unidad de Niñez de la Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos, en el marco de la política social que esta Administración centra en la familia, como la célula básica de la sociedad y el entorno protector y cuidador que debe ser no sólo para NNA, sino también para la mujer.

Pero también en programas como Buen Comienzo, que hace parte de la estrategia de transformación de la educación y la cultura, y que está hecho para atender la problemática y las necesidades de NNA, incluidas las mujeres gestantes, con el fin de que niñas y niños nazcan en condiciones propicias y puedan tener un adecuado desarrollo cognitivo, intelectual y físico. Es decir, no sólo se enfoca en una educación de calidad, sino que para lograrlo debe garantizar el acceso a la alimentación, la protección y el cuidado que todos los NNA deben tener.

Buen Comienzo, que tiene una participación presupuestal de 824.334 millones de pesos, tiene tres líneas: Buen comienzo 1.000 días para mejores familias, es decir la atención integral a la primera infancia ($114.000 millones); Buen comienzo para una Escuela Pertinente y Oportuna ($620.000 millones); y Buen Comienzo para la nutrición ($90.000 millones).

Según el director de Planeación, el PD municipal acoge plenamente los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS- y “pone el foco en el segundo tema, Hambre cero, es decir ataca esta anormalidad para evitar que entre nosotros mueran niños por hambre o desnutrición, igualmente las distintas manifestaciones de la desnutrición, crónica, global o aguda, así también como la obesidad que es otra forma de malnutrición”.

Además, dice, de la inclusión de una serie de indicadores que permitirán medir el avance de las políticas que deben garantizar las mejores condiciones de desarrollo para NNA.

Enmiendas incluidas

Como concejal de la niñez y gran defensora de los derechos de los menores de edad, la edil Nataly Vélez presentó en el marco de la discusión del PDT municipal 63 propuestas de enmienda para el segundo debate, de las cuales 42 fueron aceptadas e incluidas en el proyecto aprobado.

Correcciones encauzadas a fortalecer las garantías para la atención de los NNA más vulnerables en la ciudad de Medellín. Entre ellas, establecer un indicador del tránsito efectivo en el programa Buen Comienzo hacia la educación regular, es decir que los niños de la primera infancia terminen su ciclo educativo, transición, primaria y educación superior, lo que amerita hacerle seguimiento y control.

Igualmente, el anteproyecto hablaba de atención a 674 niños con discapacidad en el programa Buen Comienzo, cobertura que se amplió al 100% para aquellos niños, de 0 a 5 años, que incluso serán atendidos con un enfoque diferencial, de acuerdo a su discapacidad.

Otro de los temas objeto de enmienda fue la ampliación del horario de atención en el programa Buen Comienzo de algunas zonas de la ciudad, donde se hace necesario fortalecer el cuidado de aquellos niños cuyos padres son venteros, madres en situación de prostitución y otras actividades que les impiden acompañar de mejor manera el desarrollo de sus hijos, por lo que muchas veces tienen que dejarlos con otras personas o en otros lugares, y es ahí cuando se incrementan los índices de violencia, maltrato y abuso sexual.

Otra novedad en el PDT, esboza la concejal, es haber incluido una línea de denuncia específica con enfoque de niñez vulnerada, a través de la cual un equipo interdisciplinario estará disponible para asumir de inmediato cualquier situación, no sólo desde la atención y la prevención, sino la judicialización de los responsables de cualquier violencia contra NNA.

Y en esa línea, recalca, también se incluyeron aspectos de inclusión en el acceso a la educación para personas en situación de discapacidad, indicadores de explotación sexual y comercial de NNA, indicadores de uso, vinculación, instrumentalización o reclutamiento; nuevos indicadores en la lucha contra el embarazo adolescente; en la disminución de edad del primer consumo, que es un tema de gran preocupación, por cuanto cada vez hay niños consumiendo sustancias psicoactivas a menor edad.

Sin embargo, Nataly Vélez también dejó constancia de los retos que quedan pendientes en materia de pornografía infantil y delitos sexuales, que, advierte, se incrementan en la ciudad, y relaciona los 1.758 casos que se registraron en 2019, de ellos 394 contra niños entre 0-5 años; en temas de violencia intrafamiliar, también en incremento; la lucha contra la desnutrición crónica y aguda, que hoy en Medellín registra una tasa de 7,6 en primera infancia, en tanto que el riesgo de los que pueden llegar a ese estado se sitúa en 24,5, por lo que queda el compromiso de sacar a quienes ya hacen parte de ese grupo y evitar que los demás lleguen; al mismo tiempo enfrentar el tema de sobrepeso, otra muestra de malnutrición.

Pero lo más importante hoy, asegura, “es que haya voluntad política y que se cumpla, por lo menos, lo que está escrito en el PDT. Eso garantizaría la protección de los derechos de la gran mayoría de los NNA que hoy están expuestos a vulneraciones dentro y fuera de su hogar.

Enfoque de curso de vida

En el ámbito departamental, la Gerencia de Infancia, Adolescencia y Juventud adelanta todos los procesos de selección que busquen desarrollar los proyectos misionales a cargo de esta dependencia, específicamente aquellos relacionados con la ejecución de la Estrategia Departamental de Atención Integral a la Primera Infancia “Buen Comienzo Antioquia” y los programas Antioquia Joven, Familias en Convivencia y Prevención de las Vulneraciones para la construcción de paz.

La visión de la gerente de Infancia, Adolescencia y Juventud, Adriana Suárez Vásquez, es brindar atención integral, mediante un enfoque de curso de vida, el cual permite comprender las experiencias, dinámicas y oportunidades presentes en cada etapa del desarrollo vital desde un proceso acumulativo, en donde las primeras etapas repercuten directamente en las siguientes, es decir, una atención integral en la primera infancia, generará un mayor beneficio para las personas en las etapas posteriores de su vida, como también una mayor tasa de retorno, aspectos que impactan tanto el desarrollo humano, como el social y el económico.

Explica la funcionaria que “este enfoque de curso de vida, se evidencia de manera general en las orientaciones bajo las cuales se elaboró el Plan de Desarrollo Departamental “Unidos por la Vida” 2020 - 2023 y de manera específica, en la Línea 1: Nuestra Gente, en el Componente 5: Antioquia un hogar para el desarrollo integral, en el que se refleja el enfoque de curso de vida, a través de la estructura de los programas, la transversalidad de las acciones y el orden en el que se establecen.

En esa línea, los principales retos a enfrentar son:

- Atender de manera integral a las 10.000 familias con mayor condición de vulnerabilidad en el departamento.

- Crear el Observatorio de Curso de Vida y Familia.

- Atender integralmente a 53.152 niños y niñas entre los 0 y 5 años de edad.

- Atender integralmente a 6.029 madres gestante en el departamento.

- Implementar la Estrategia de Entornos Protectores en el ámbito Departamental

- Actualizar las Políticas Públicas de Infancia y Adolescencia y la de Juventud.

Y eso, afirma Suárez Vásquez, implica llevar a cabo acciones de promoción y garantía de derechos a la infancia y adolescencia del departamento, con el fin de intervenir y reducir problemáticas como: el reclutamiento, uso y utilización de niños, niñas y adolescentes por parte de grupos armados, el embarazo a temprana edad, la violencia intrafamiliar, el abuso sexual, explotación sexual comercial, el trabajo infantil y el consumo de sustancias psicoactivas”.