La marca, ese camino para mejorar la percepción sobre la política

Autor: Miguel Jaramillo Luján
14 abril de 2018 - 12:07 AM

Hay personas, empresas, gremios u otro tipo de organizaciones que pueden ser o tener una marca, sin embargo muchos de ellos no responden de manera genuina a su mismidad}

 

En medio de procesos políticos con varios líderes que no logran llegar a la mismidad de su propia marca poder, Latinoamérica sigue viviendo debates públicos con una gran confusión, en medio de la cual los partidos, el Estado, los movimientos sociales, medios de comunicación, analistas y opinadores profesionales; parecen perecer en la búsqueda de un modelo de liderazgo público que sea coherente con las necesidades de los ciudadanos.

El líder político que no se encuentra a sí mismo con sus propias potencialidades, bajo la previa de haber entendido factores claves de su origen y pensamiento; será un juguete de los mercaderes de la imagen y el marketing. Digo mercaderes, cuando menciono a ciertas personas que agotan el tema de la marca en la imagen personal, las apariencias, el botox, la corbata, el vestuario; sin entender que todo eso es accesorio cuando no hay conocimiento científico de la imagen deseada y la imagen movilizada y la relación de ambas con la mismidad del sujeto que se expone al escarnio y la visibilidad pública que supone una campaña política.  

En términos sencillos y prácticos, la política es la búsqueda del poder. Imposible ese logro en un líder que no se ha empoderado primero de sí mismo, de su territorio, de su gente, de su propuesta, del necesario contraste y diferenciación que demanda marcar diferencia entre la oferta y en medio de un entorno tan complejo como el actual para la profesión de la política.

Lea también: La Marca de los presidenciales

Hay personas, empresas, gremios u otro tipo de organizaciones que pueden ser o tener una marca, sin embargo muchos de ellos no responden de manera genuina a su mismidad y desperdician así su enorme potencial y capacidad de avanzar mucho más lejos y con mayor impacto del que vienen logrando con la proyección de esa experiencia sensorial que los haría memorables e incluso consumibles desde la aprobación, respaldo o el voto en un proceso electoral. 

Hoy América Latina tiene en el mercado de la marca política muy pocos expertos reales que entrregan productro tangible y efectivo a sus clientes. Muchos hablan, analizan, diagnostican, incluso dicen tener experiencia, pero muy pocos ofrecen productos tangibles incluso aplicables con éxito en diversas profesiones. Hoy el trabajo de marca y más de marca política no admire populismos ni efectismos de momento, pues en medio de entornos altamente visibles para los ciudadanos hoy con los social media y los auditorios virtuales de alto seguimiento como los tienen hoy los líderes públicos de gobierno o quienes aspiran a serlo. 

El poder surge del empoderamiento y este rasgo solo se consigue desde y hacia el liderazgo. Imposible pensarse desde y hacia una verdadera Marca Poder, sin haberse forjado como líder en algún ámbito de la realidad personal, profesional, deportiva, social, laboral, cultural, económica, religiosa.

Marca es experiencia sensorial que se expresa durante los tiempos según la lectura de los mismos, de acuerdo con los públicos, momentos y objetivos. Vociferar como locos en redes sociales no es gerenciar marca, sino hipervisibilizar y muchas veces exponer al riesgo e incluso al desgaste o a la confusión.

Los tiempos actuales le pertenecen a los líderes que saben diferenciarse, identificando una comunidad, bajo una serie de temas y frentes de trabajo concretos que saben elegir y capitalizar a favor de sus objetivos.

América Latina demanda hoy un trabajo más profesional en todos los aspectos de la cadena emmpresarial relacionada con la política. El ejercicio de esta actividad requiere actuaciones trasparentes, claras y cercanas a la realidad del ciudadano y las personas y empresas que nos dedicamos a roles como la consultoría, la asesoría, el diseño de estrategias, agencias y demás, tenemos que actuar con concordancia con la urgente necesidad de sacar esta actividad del ostracismo actual.

Vea también: ¿Por qué Santos no se queda en el corazón de los colombianos?

Compartir Imprimir

Comentarios:


Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Artículos relacionados

Con huellitas o arbolitos no se derrota la pólvora
Columnistas

Con huellitas o arbolitos no se derrota la pólvora

Algún sub registro en el número de quemados hará que nuevamente el Estado en 2018 siga buscando entre las huellitas y los arbolitos, la fiebre en las sábanas.

Lo más leído

1
Columnistas /

¿Dulcecito o dulcesito?

El elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo… Este sufijo...
2
Columnistas /

Néstor Armando Alzate y su periodismo auténtico

Hablar de la vida y la obra del gran amigo y colega Néstor Armando Alzate, escritor, profesor...
3
Cazamentiras /

¿Puede causar un incendio usar el celular en la cocina?

“No use celular en la cocina”, advierte un mensaje que circula por WhatsApp. En el Cazamentiras le...
4
Religión /

Dos caminos alternativos simbolizados en la sal y la luz 

Hoy Jesús, en el evangelio de Mateo, nos presenta dos caminos alternativos simbolizados en la sal y la luz.
5
Columnistas /

Ingeniería y ética profesional

La ética en la ingeniería empieza por establecer que la responsabilidad primaria del ingeniero es...
6
Columnistas /

¿Glorieta, rompoi o romboi?

@ortografiajuanv explica las interrelaciones de culturas y la formación de nuevas palabras