Al haber cumplido el tiempo máximo de detención preventiva sin que se haya resuelto su situación jurídica, el juez penal especializado Jaime Herrera Niño sustituyó la medida de aseguramiento por la de libertad provisional al ganadero Santiago Uribe Vélez, quien está acusado de concierto para delinquir por la conformación y financiación del grupo paramilitar conocido como los doce apóstoles, y de homicidio en la persona de Carlos Barrientos Durán.

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El efecto práctico de esta decisión es que el hermano menor del expresidente Álvaro Uribe Vélez afrontará en libertad las siguientes etapas del juicio, cuya próxima audiencia se realizará en el mes de abril, y en el que, según el abogado defensor del ganadero, Jaime Granados, hace falta la presentación de quince testigos, de los cuales catorce pertenecen a la defensa, y la práctica de más de una veintena de pruebas, también a favor del acusado, puesto que las ya ejecutadas correspondían a las que la Fiscalía General de la Nación tenía para adelantar su resolución de acusación.

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En EL MUNDO hemos hecho el correspondiente seguimiento informativo al desarrollo de este tortuoso proceso, pero nos hemos abstenido de comentarlo en estas líneas precisamente porque hemos defendido la tesis de la independencia de la justicia y de las graves consecuencias que tienen la especulación, los prejuicios y las pre-condenas que con ligereza, o vaya uno a saber si con agendas ocultas, hacen otros medios de comunicación y que terminan por incidir en las actuaciones de la justicia más por razones políticas que por razones fácticas o jurídicas.

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Sin embargo, ante la decisión del juez de sustituir la medida cautelar, sí tenemos que decir que sentimos mayor confianza en el curso de este proceso que la que podíamos haber sentido en el pasado cuando, muy especialmente bajo la fiscalía del señor Eduardo Montealegre y a pesar de las sucesivas demostraciones de la presencia de testigos falsos en este proceso, la persecución -que es natural en un órgano como la Fiscalía- parecía más una obsesión motivada por intenciones no jurídicas.

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Nos solidarizamos con el Sr. Santiago Uribe Vélez y con su familia por la situación que han debido afrontar desde que fuera detenido en febrero de 2016 y esperamos que, finalmente y dadas las garantías de un debido proceso, logre demostrar su inocencia y la rama judicial salga fortalecida en su independencia en la búsqueda de hacer justicia.