Su presidente encabezó la última sesión del Comité de Garantías Electorales de Antioquia que dejó más dudas que certidumbres. Definitivamente el politizado CNE está mandado a recoger. Fuerte enjuiciamiento del analista Guillermo Mejía.
Durísimas críticas recibió la reciente e inútil presencia en Medellín del presidente del Consejo Nacional Electoral, CNE, más político que magistrado, Heriberto Sanabria Astudillo, para “instalar” el Comité de Garantías Electorales de Antioquia, cuando ya se ha reunido previamente en doce ocasiones durante este año.
Los vehementes cuestionamientos a ese “magistrado” electoral fueron formulados por el analista en esa área y expresidente del CNE a principios de este siglo, el abogado antioqueño, Guillermo Mejía Mejía, quien concluyó que las reuniones de ese Comité promediando la semana dejaron más dudas que certidumbres.
Y los reparos de Mejía Mejía sirvieron nuevamente para insistir en la urgente necesidad de revolcar la elección del CNE, que por su origen exclusivamente político y partidista, no aporta nada a la transparencia del sistema electoral colombiano, al que ingresan políticos que se queman al Congreso de la República.
Precisamente recordó que Heriberto Sanabria Astudillo es un tradicional político que fue concejal y alcalde de Florida, Valle, diputado a la Asamblea y representante a la Cámara por tres periodos por ese departamento y de quien todavía se recuerdan sus insultos en los medios sociales con el exgobernador del Valle, Ubeimar Delgado.
Pues hoy en día, en su calidad de presidente del CNE, “instaló” el pasado miércoles 19 de junio el Comité de Garantías Electorales del departamento de Antioquia, en el salón del Consejo de Gobierno de la Gobernación, con la presencia del mandatario regional y del Alcalde de Medellín.
La rimbombante invitación decía: “En el marco del Gran Pacto de Cooperación y Buenas Prácticas Electorales 2019, “Por unas elecciones en paz, libres, transparentes e incluyentes”, que reunió a diversas entidades y organismos nacionales e internacionales como la Registraduría Nacional del Estado Civil, la Procuraduría General de la Nación, la Contraloría General de la República, el Consejo de Estado, la Gobernación de Antioquia, la Alcaldía de Medellín, el Instituto Nacional Electoral de México, INE, entre otras; el Consejo Nacional Electoral adelanta una ruta por las regiones del país con el fin de prevenir la inscripción irregular de cédulas de ciudadanía o trashumancia de cara a las elecciones territoriales del próximo 27 de octubre del presente año”.
Pero según Mejía Mejía, quien asiste a ese Comité como delegado del Gobernador de Antioquia, nadie de México ni del Consejo de Estado se hizo presente y lo que se llevó a cabo fue la firma de un convenio interadministrativo del CNE, la Gobernación y la Alcaldía cuyo objeto está redactado con generalidades inanes que nada garantizan.
Este Comité Departamental, sin injerencia del CNE, ya había sesionado en doce reuniones anteriores celebradas tanto en la Gobernación como descentralizadas en distintas regiones de Antioquia, en los últimos tres meses, o sea que lo que “instaló” Sanabria no pasó de ser un acto protocolario innecesario, citado por él, en la peor hora del día como fue la del partido entre Colombia y Qatar, para pronunciar un mal discurso que sólo se limitó a recordar que el CNE existe y cuáles son sus funciones.
Pero lo más desafortunado fue reconocer que los grupos significativos de ciudadanos que inscriban candidatos por firmas pueden hacer propaganda política, sin mencionar cuáles son las normas que amparan semejante adefesio, se quejó y protestó Guillermo Mejía.
Improductiva resultó la última sesión del Comité de Garantías Electorales de Antioquia, por culpa del CNE.
Las perlas de Sanabria
Informó también que al día siguiente, el pasado jueves 20 de junio, en el auditorio del Idea, se realizó un “conversatorio” en el que solamente podían hablar él y los invitados, todos funcionarios públicos, para recordar normas electorales conocidas por todo el mundo. Los asistentes solo podían formular preguntas por escrito.
Después de recordar que el CNE existe y de insistir en sus funciones, entre ellas la de la vigilancia de los procesos electorales en condiciones de igualdad, soltó al auditorio esta perla: que por primera vez el organismo que él preside iba a pedir cuentas a los grupos significativos de ciudadanos que participen en elecciones como si los anteriores Consejos, hizo ver Guillermo Mejía, no lo hubieran hecho, después de 19 años de creada la figura de los grupos significativos de ciudadanos, en la Constitución de 1991 y su posterior reglamentación en la ley 130 de 1994 y en la 1475 de 2011 (inciso 5, artículo 25).
En su concepto, Heriberto Sanabria al parecer se dirigía a un auditorio de barrio en una campaña electoral.
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Luego soltó, nuevamente, la perla de la propaganda electoral que según él está permitida para los aspirantes a cargos de elección popular por firmas, pero sin decir cuál es la norma que lo permite. Esta posición fue ratificada después que él se ausentó del recinto por la magistrada que lo acompañaba Doris Ruth Méndez Cubillos.
Luego hizo una exposición sobre los delitos electorales con énfasis en el trasteo de votos para aterrorizar a los asistentes y decir que había sido una medida ejemplarizante la que tomó el CNE de anular cerca de un millón 500.000 firmas en todo el país, en septiembre de 2015, mediante un programa de computador que cruzó datos con el Sisben y las entidades del sistema de seguridad social y concluir, en la peor metida de patas de ese organismo, que esos ciudadanos no vivían donde efectivamente vivían y que por lo tanto no podían votar cerca de su residencia.
“De ese monumental error todavía quedan los rezagos. Cómo se controla la trashumancia electoral en un área conurbada como es Medellín y los municipios asociados en el Área Metropolitana que tiene 4.256.000 habitantes los cuales pueden dormir
en Barbosa y trabajar en Itagüí, por ejemplo, ¿cuál es su residencia? El trasteo de votos es posible controlarlo en municipios aislados unos de otros, pero en zonas unidas geográficamente, como es el Valle de Aburrá, es demasiado difícil y más bien lo que se hace es promover el abstencionismo por la pereza de la gente para desplazarse a puestos de votación lejos de su residencia. O, lo peor, cuando el CNE desconoce su verdadera residencia y tiene la persona que iniciar una serie de trámites ante la Registraduría para poder volver a votar cerca de su residencia”, criticó nuevamente Mejía.
También cuestionó que como una extraordinaria novedad Sanabria dijo que habrá veedurías electorales y ciudadanas para hacer seguimiento a los procesos electorales que se adelanten en el país. Un representante de las veedurías ciudadanas, presente en el recinto, que ha asistido a los doce comités de garantías electorales anteriores, no se aguantó y espontáneamente se paró y le dijo que en Colombia funcionan en estos momentos más de quince que tienen dentro de sus funciones precisamente la de vigilar las elecciones.
El Registrador
Al “conversatorio” se hizo también presente el Registrador, Juan Carlos Galindo, quien habló de la instalación de identificadores biométricos para evitar la suplantación de electores y de jurados por el mecanismo de la huella digital, sistema que ojalá esta vez sí funcione porque mucha gente tiene el problema de unas huellas digitales que los aparatos no leen, principalmente las personas que manipulan productos químicos como jabones de lavaplatos y sustancias utilizadas en minería. Las veces que se ha intentado utilizar esta tecnología, las colas se hacen interminables.
El Registrador habló, además, del problema electoral que se va a presentar en los corregimientos de Belén de Bajirá, municipio de Mutatá, Blanquiset, Nuevo Oriente y Macondo de Turbo, donde las gentes dicen que no quieren votar por autoridades del Chocó, según las palabras del Registrador, pero no dio la solución. Sugirió, según le entendimos, que las distintas autoridades se pusieran de acuerdo para saber por cuáles autoridades electorales iban a votar en esas localidades.
Guillermo Mejía conclusión advirtiendo que estábamos mejor cuando estábamos peor. “Es urgente que una reforma política cambie el sistema de elección de los integrantes del CNE para evitar este tipo de fiascos que no aclaran nada. Que solo sirven para que sus miembros se den vitrina por los medios. Son insultantes a la inteligencia”.