El Club Cosmos 100 de Washington DC realiza la exposición Cerámica popular americana: desde la recesión hasta los años de la posguerra, con obras de la colección de Félix Ángel, un recorrido por la creación de piezas utilitarias en Estados Unidos de América.
En el siglo XVII, la cerámica elaborada por los colonos en Norteamérica tuvo exclusivamente uso utilitario y careció de decoración, como se deduce de los ejemplos encontrados hasta ahora. Esta tradición se mantuvo hasta la mitad del siglo XVIII cuando inmigrantes alemanes en Pensilvania introdujeron relieves y decoraciones en Sgraffito (incisiones), y una paleta de color limitada al azul, verde y rosado, que contrastaba con el color de la arcilla crema, roja o café.
La producción de objetos de cerámica pronto se extendió a Connecticut y Massachussets. Fue en el tercer cuarto del siglo XVIII en el que los ingleses, entrenados profesionalmente introdujeron la manufactura de cerámica cuya buena calidad animó a los colonos a mejorar su práctica. Fue así como se creó en Benington, Vermont (donde abundaba el caolín) la primera fábrica de cerámica que alcanzó su apogeo en la mitad del siglo XIX.
Roseville – Jarrón de cuello alto con nenúfares - 31 cm. 1940
La primera fábrica de cerámica que se considera propiamente estadounidense se estableció en Jersey City, estado de New Jersey, a comienzos del siglo XIX. Simultáneamente se abrió otra fábrica en Filadelfia (Pensilvania). McCoy, por ejemplo, se estableció en 1848. La producción durante estos años refleja la influencia inglesa y en menor grado la francesa. La mayoría de los diseños imitan modelos ya existentes, aunque en forma cruda. Para 1900 la clase adinerada que prefería importar cerámica y porcelana de Europa contribuyó a una disminución del interés por los productos nacionales que continuaron siendo adquiridos por las clases populares. Para entonces, había fábricas en Baltimore, Maryland; Kaolin, South Carolina; East Liverpool, Ohio; Trenton y South Amboy -both in New Jersey, entre otras ciudades.
Algunas de las fabricas más influyentes en el gusto popular fueron Stangl (originalmente llamada Fulper, en Trenton, New Jersey); Abingdon (Illinois, originalmente una fábrica de productos sanitarios que cambio su producción a objetos utilitarios y decorativos durante la Depresión, dado que la demanda por los primeros disminuyó notablemente en esos años); McCoy y Roseville (ambas en Roseville, Ohio).
La exposición se centra en la producción de estas cuatro fábricas durante los años 1929-1950.
Roseville - Jarrón con Girasoles - 1941
La historia de una colección, una colección de la historia
- Usted tiene una amplia colección de objetos de cerámica, ¿cómo nace este interés?
Para ser franco no es tan amplia como quisiera y está enfocada principalmente en objetos utilitarios y decorativos producidos en los Estados Unidos entre 1929, año en que ocurre la quiebra económica conocida como la Gran Depresión y los años de posguerra, hasta 1950. Hay varias razones para mi interés. La primera proviene de mi curiosidad por la investigación. A pesar de las dificultades económicas y sociales que caracterizaron esos años y luego la Segunda Guerra, la creatividad artística y el ingenio comercial estimularon la producción de cerámica (entre otras cosas) en el país, con características bastante particulares. Recordemos que el encogimiento del sistema bancario, la falta de crédito, la circulación restringida del dinero efectivo por la baja en el consumo, la aplicación de tarifas elevadas para los productos de importación, y las dificultades para la agricultura afectaron la calidad de vida del ciudadano corriente y realineó las prioridades de la clase media y media alta, un enorme grupo de consumidores urbanos, relativamente bien educados, que en cierta forma garantizaban la estabilidad del sistema económico. Al restringirse las importaciones de objetos utilitarios y decorativos, y de paso muchos objetos de carácter domestico como vajillas, por ejemplo, la producción de dichos objetos, y el mercado, debieron adaptarse a la nueva realidad económica. Y aquí hay una segunda razón que imagino deriva de mi carácter como arquitecto, diseñador y artista. La nueva realidad incluyó un giro en el manejo de la forma, y otras respuestas a la necesidad. El momento no estaba para celebrar excesos. Las ideas planteadas por la Bauhaus adquirieron una nueva dimensión. En algunos casos, sin embargo, estilos como el Art Nouveau y el Deco sirvieron como base para otros diseños que conservaron parte de la estética adaptados a un sistema de vida más simple. Hay por supuesto otras razones, pero las dos que he citado fueron la base de la curaduría que hizo el Comité de Arte del Cosmos Club, en Washington DC., y el titulo lo refleja.
Stangl vase - 1936-1939
- En la colección y en la muestra en Cosmos Club se revelan diferentes facturas: de objetos sencillos, sin pretensiones escultóricas o en el manejo de color a obras elaboradas, ¿cómo ocurre esta transformación y quiénes influyen en ella?
La transformación ocurre como resultado del reajuste del sistema de vida, a su vez determinado por la situación económica. El ser humano, sin embargo, aprecia la creatividad y tiende a crear alrededor de si un hábitat amable. Privados del acceso a porcelana y cristal (este último es otro inmenso campo en donde ocurre algo similar), producidos en Europa, los norteamericanos sin pensarlo mucho rato decidieron ser autosuficientes. Ello no implicó ser excluyentes. Muchas empresas dieron trabajo a diseñadores extranjeros (no fue inusual pues Estados Unidos es un país de inmigrantes) familiarizados con tradiciones, técnicas y estilos no necesariamente nativos, y dicha interacción dio gran versatilidad a la producción, y originó una serie de ‘estilos” muy singulares, como puede verse en la exposición.
- Es posible identificar en la tradición estadounidense unos períodos de diseño de obras utilitarias en cerámica, que expresen diferencias en los diseños, usos de color o técnicas de elaboración?
Definitivamente. La cerámica utilitaria en los Estados Unidos de América estuvo por mucho tiempo ligada a la tradición colonial inglesa, como es de suponer. Con la industrialización y el surgimiento de una clase empresarial muy adinerada, al final del siglo XIX, el gusto se pliega a tradiciones europeas (Francia, Italia, España y Alemania en particular). Es el momento en que comienzan las grandes colecciones, no solo de pintura y escultura occidental, sino, por ejemplo, de porcelana oriental como lo atestigua la colección Freer, en Washington DC, y el Peabody Essex Museum en Salem, Massachussetts.
- ¿Han logrado los principales productores de cerámica tener estilo propio que permita identificar una tradición?
Algo increíble de la cultura estadounidense es su capacidad de absorber y sincretizar influencias de otras culturas. Esa es una característica que, esperemos, no se va a perder, considerando las circunstancias actuales. Ello ocurre tanto a nivel individual, como a nivel de producción en masa. Al mismo tiempo existe una dinámica de innovación que es histórica, y se traduce en una evolución constante, en todos los campos y temas. No olvidemos que los Estados Unidos es una sociedad democrática y capitalista, aunque parezca una contracción.
- En la exposición se referencian los objetos exhibidos como “arte popular”, ¿hablamos entonces de un arte menor?
De ninguna manera. El termino se refiere a la categoría que dichos objetos ocupan en la multidimensionalidad del arte, y de la vida. Son objetos que se fabricaron para utilizarse en el diario vivir.
Abingdon Vase con influencia Deco - 1934-1950
- ¿Puede ser posible que obras en cerámica sean piezas escultóricas?
Por supuesto. Hay un campo dentro de la cerámica que se denomina así: Cerámica escultórica. A propósito de ello, en estos momentos hay en Washington, en la Renwick Gallery una retrospectiva estupenda de Michael Sherrill que ilustra muy bien esa manifestación artística.
- ¿Qué sabe usted del estado de la cerámica en Antioquia y Medellín?
En el siglo XX tuvo mucho auge en los años sesenta y comienzos de los setenta, y luego, lentamente, fue desapareciendo del ámbito público, asumiendo que, como atestiguan algunos individuos y talleres, todavía se practica, lamentable sin mayores incentivos (al respecto hace un par de años escribí un artículo sobre el tema para EDL MUNDO.
Abindgdon Vase 1934-1950
- ¿Sería posible encontrar una colección de cerámica tan completa como la suya en Antioquia o Medellín?
No me atrevería a asegurarlo, pues son muchas las cosas que pasan en la ciudad y el departamento sin que nadie se entere. Pero el enfoque de la colección, la proveniencia, naturaleza y carácter de los objetos permite suponer que es probable que no.