En medio de una creciente tensión, el pueblo venezolano enfrenta las más dramáticas adversidades en espera de una solución que no se ve llegar.
Después de una semana a oscuras y casi totalmente paralizadas las actividades productivas y comerciales, Venezuela volvió a la “normalidad”, esa en la que no hay comida, ni medicinas, ni esperanzas. Esa “normalidad” que a diario saca a miles de ciudadanos del país, con maletas y sus pequeños hijos a hombros, caminando sin rumbo fijo.
Fueron siete días del más dramático apagón que ha sufrido el país en toda su historia, el mismo que agravó la crisis social, política y económica que hoy no sólo divide a los venezolanos entre oficialistas y opositores, sino al mundo, entre países que reconocen al diputado Juan Guaidó como presidente interino y los que defienden el régimen chavista liderado por Nicolás Maduro.
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El masivo apagón que inició el pasado 7 de marzo, y que también afecto el suministro de agua en casi la totalidad del territorio venezolano, incluida la capital Caracas, apenas se superó este jueves 14, pero alteró de manera significativa la cotidianidad de los 30 millones de venezolanos porque la falta de esos servicios básicos le sumó otros problemas a los que enfrenta el país producto de la difícil situación económica por la que atraviesa.
Y producto de todo eso se polarizó aún más el ambiente, porque el oficialismo asegura que “el país fue víctima de un ataque criminal a su sistema eléctrico ejecutado desde Estados Unidos, por órdenes de la Casa Blanca”, mientras que la oposición atribuye la emergencia a la “incapacidad y la negligencia de un régimen corrupto que estaba advertido de un colapso por la falta de mantenimiento a un sistema eléctrico obsoleto”.
Maduro aseguró que el supuesto ataque a la hidroeléctrica Guri fue ejecutado desde las ciudades estadounidenses de Houston y Chicago, y dijo tener pruebas, por lo que instaló una comisión para investigar y denunciar el suceso.
Para el establecimiento de la referida comisión, liderada por la vicepresidenta Delcy Rodríguez, pidió apoyo público a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y dijo que solicitará apoyo de expertos a China, Rusia, Irán y Cuba, varios de los países que están de su lado, pero además aseguró estar preparado “para que se haga justicia, porque se le ha hecho un daño al pueblo desde los que piensan que todo se vale”.
Y luego de convocar a sus seguidores a “la marcha del triunfo”, este sábado en Caracas, Maduro ordenó la realización de ejercicios militares para este fin de semana con el objetivo de afinar el resguardo de las instalaciones eléctricas.
Según explicó el ministro de Comunicación de Venezuela, Jorge Rodríguez, entre este sábado y el domingo iniciará una segunda etapa de ejercicios militares “de acción integral para la protección del pueblo y los servicios estratégicos” dirigidos a un proceso de protección del sistema eléctrico nacional y al servicio de agua.
Otra investigación
Por su parte, el presidente interino Juan Guaidó, reconocido por unos 50 países, le aseguró al régimen de Maduro que si ordenara su detención, como lo ha anunciado, será “un último error”, y como muestra de “no temer a que esto suceda”, se reiteró en sus denuncias por el apagón que paralizó al país y del cual el chavismo gobernante le hace responsable.
Durante las manifestaciones que se realizaron en la semana en varias ciudades venezolanas, Guaidó insistió en que el régimen de Maduro es el culpable de agravar la crisis eléctrica del país por incurrir en mal uso de millonarios recursos e ineptitud en la administración del sector eléctrico.
“Venezuela sabe quién saboteó el país, Venezuela sabe que desde hace una década decretaron la emergencia eléctrica, que se robaron 100.000 millones de dólares”, dijo Guaidó en referencia a los dineros que se debieron invertir en el sector eléctrico durante los últimos años y frente al anuncio del fiscal general, Tarek William Saab, de abrirle una nueva investigación “por su presunta implicación en el sabotaje contra el sistema eléctrico nacional”, que se suma al otro expediente que le fue abierto en enero pasado por la supuesta violación de normas constitucionales, luego de que se autoproclamó “presidente encargado”.
El jefe del Ministerio público destacó como hecho “revelador”, que a escasas dos horas de haber ocurrido el masivo apagón, el pasado 7 de marzo, Guaidó publicó en su cuenta de Twitter: “Venezuela tiene claro que la luz llega con el cese de la usurpación”.
El fiscal destacó también una serie de mensajes que se publicaron luego del apagón que llevan “a la exaltación de la violencia e incluso a la instigación del saqueo, que sabemos es un delito tipificado en cualquier país”.
Y como respuesta Guaidó escribió el lunes en Twitter que "no se puede hacer apología de la violación a la propiedad privada, pero tampoco se puede ignorar la desesperación de comunidades que están sin luz ni agua desde hace días y sin poder comprar lo que necesitan con urgencia”.
Aumenta la tensión
Mientras ordenaba el jueves el retiro de todo su personal diplomático de Caracas, exigido por el régimen chavista “en razón a que su presencia entrañaba riesgos para la paz, la integridad y la estabilidad del país”, Estados Unidos aseguró que el apagón “acortará la longevidad” del Gobierno de Maduro en Venezuela.
El pasado martes 12 de marzo, Venezuela informó que decidió poner fin a la permanencia de los diplomáticos estadounidenses y dio 72 horas de plazo para que el personal remanente de la Embajada saliera del país. Una decisión que aleja mucho más la posibilidad de un diálogo, porque aparte de las múltiples sanciones económicas que le ha impuesto al régimen, Washington desconoce a Maduro y reconoce al opositor Juan Guaidó como presidente encargado desde el pasado 23 de enero, por lo que desde Caracas se ha denunciado que desde la Casa Blanca se dirigen acciones contra la paz de Venezuela que tienen como objetivo el derrocamiento del gobierno.
Al tiempo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, acusó a los Gobiernos de Cuba y Rusia de intervencionismo por su clara postura en favor de los intereses del régimen de Maduro, al que consideran usurpador del poder: “Los países que respaldan a Maduro, por la naturaleza de su régimen ilegítimo, están llevando a cabo el mismo intervencionismo extranjero del que acusan a otros", dijo Pompeo.