El modelo más ampliamente aceptado en cosmología establece que la energía oscura es el 70% de lo que existe en el universo. No se comprende bien qué sea y nuevos estudios sugieren que podría no existir.
En el modelo estándar de la cosmología, la energía oscura aporta el 70% de la energía total del universo. La existencia de este tipo de energía, si bien es hipotética, es ampliamente aceptada e incluso se han dado premios Nobel por su causa.
Pero todo el modelo que implica la existencia de la energía oscura podría venirse abajo, ya que un nuevo estudio llamado Evidence for anisotropy of cosmic acceleration, refuta las que son consideradas las principales pruebas de su existencia.
La energía oscura es una forma hipotética de energía presente en todo el universo, que acelera su expansión. Este es el modelo más aceptado para explicar las observaciones de que el universo parece estar en expansión acelerada. Si la energía oscura es real, el universo se va a expandir cada vez más rápido, si no lo es, la expansión debería ralentizarse hasta eventualmente detenerse e incluso contraerse, en cuyo caso el universo colapsaría nuevamente en un punto.
La evidencia más importante de la existencia de la energía oscura viene del desplazamiento al rojo de supernovas. Saul Permutter y Adam Riess ganaron un premio Nobel por esa observación en 2011. Pero este descubrimiento ahora es seriamente cuestionado.
Sabine Hossenfelder, física e investigadora del Instituto de Estudios Avanzados de Frankfurt, explica que los astrofísicos entienden bastante bien cómo se dan ciertas supernovas, lo que permite calcular cuánta luz emite la explosión como una función del tiempo. Pero entre más lejos esté una supernova, más tenue se ve. Se puede entonces, por su brillo, determinar la distancia y el color de la luz. La onda electromagnética emitida por la supernova se va a estirar si el espacio se expande, mientras la luz viaja de la supernova a nosotros, por lo que llega aquí con una frecuencia corrida al rojo.
“Entre más lejos la supernova, más se tarda en llegar la luz a nosotros y hace más tiempo la supernova debió suceder. Significa que, si se miden supernovas a diferentes distancias, en realidad sucedieron en diferentes tiempos y es posible saber cómo la expansión del espacio cambia con el tiempo, de eso se trató el trabajo de Permutter y Riess. Ellos encontraron que lo único que podía explicar los datos encontrados sobre que la expansión del universo se está acelerando, por lo que la energía oscura debería existir”, agrega la experta.
Permutter y Riess hicieron su análisis hace dos décadas y usaron unas muestras de cerca de 110 supernovas de tipo Ia. Para la nueva publicación, los investigadores usaron 740 supernovas del catálogo JLO (Joint Light-curve Analysis), pero también explican que si sólo se usan esos datos se obtienen resultados erróneos, porque esos datos ya han sido previamente corregidos.
Los investigadores utilizaron los datos no corregidos y encontraron que el corrimiento al rojo de las supernovas no es igual en todas las direcciones. “Y esa dirección depende de cómo nos movemos a través del fondo de microondas y no se necesita un corrimiento al rojo más lejano para explicar las observaciones. Si lo que ellos dicen es correcto es innecesario postular la existencia de la energía oscura”, explica Hossenfelder.
G299, remanente de una supernova de tipo Ia, las más potentes de todas, proporcionan la principal prueba directa de la existencia de la energía oscura.
Adicional a este, otro estudio publicado en enero de este año, llamado Early-type Host Galaxies of Type Ia Supernovae. II. Evidence for Luminosity Evolution in Supernova Cosmology, cuestionó el uso de las supernovas como estándar de luminosidad. Esto debido a que las estrellas de diferentes edades podrían tener diferentes índices de luminosidad, y cuando se toman datos de supernovas cuya luz ha viajado por mucho tiempo, se toman datos de estrellas jóvenes que podrían mitificar los efectos de la energía oscura. En ese mismo estudio, el autor también afirma que no es necesaria la energía oscura para lograr explicar las observaciones.
“Hay otras evidencias sobre la energía oscura, pero no son evidencias sobre la energía oscura en particular sino de una cierta combinación de parámetros: la cantidad de materia oscura, la cantidad de materia normal y la Ley de Hubble”, afirma la física.
Hossenfelder señala que debido a estas nuevas pruebas se hace necesario que otros investigadores analicen los datos existentes y se determine si es necesario postular la existencia de la energía oscura para explicar la actual aceleración de la expansión del espacio.
“Este no es un resultado que se pueda tomar a la ligera y merece prestarle atención, más teniendo en cuenta que cuestiona un descubrimiento por el que se otorgó un premio nobel”, concluye.