Colombia perfila su economía hacia la sociedad del conocimiento en donde se privilegian tres tipos de creatividades que son la artística, la científica y de negocios.
“En el futuro los imperios van a ser imperios de la mente”, es una frase del visionario británico Winston Churchill, quien abrió campo para la economía naranja.
Esto relacionado con que los negocios que están alrededor de la economía creativa y cultural, brindan un aporte vital para la calidad de vida de los ciudadanos. De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la economía naranja en 2011 representó a nivel mundial US$4,3 billones.
¿Pero qué significa? Es la riqueza basada en talento, en la herencia cultural, en la propiedad intelectual y en la conectividad y a su vez, impacta a sectores como las artes visuales, las artes escénicas, los videojuegos, el entretenimiento, el diseño, la arquitectura, el marketing, entre otros.
Por esa razón, el concejal de Medellín, Daniel Carvalho Mejía, divisa como una gran oportunidad la posibilidad de apostarle a una industria que está basada en el talento de las personas y no en la explotación de una materia prima o en la importación de productos terminados, sino en el propio talento de los creativos.
“Hoy no podemos concebir el desarrollo de una sociedad sin el desarrollo de la cultura y de la creatividad”, así lo señaló Iván Rendón Vélez, profesional de Ruta N, debido a que en términos de ingresos, la economía naranja hoy está generando 144 millones de empleos a nivel mundial y a nivel país impacta con $3,5 billones, creando en promedio 2.000 empleos.
Por lo que repensar la industria cultural es una oportunidad que se debe aprovechar. La contribución de Colombia a la economía naranja latinoamericana representa un 3,3% y un 5,8% equivale al empleo, según datos del libro “La Economía Naranja: una oportunidad infinita”, escrito por el presidente electo, Iván Duque Márquez y Felipe Buitrago Restrepo, cuando eran funcionarios del BID.
Estas industrias no solamente demuestran un crecimiento sino la importancia que tienen para los territorios. En ese sentido, representan el aumento en empleabilidad y por otro lado este sector “le aporta a la sociedad el poder consolidar un territorio más feliz y más desarrollado”, indicó Rendón Vélez.
El impacto que está teniendo en Europa desde hace más de una década es fundamental, porque ha significado “la valoración del capital inteligente en las compañías y ha permitido una agremiación distinta a la escena jerárquica que representa una industria”, expuso Lucrecia Piedrahíta Borrego, arquitecta, curadora de arte y docente universitaria.
Aunque también genera un plus y es que las personas se pueden asociar con pares que los complementen, ya que ese tipo de sociedades están permitiendo mayor movilidad en el mundo. “No solamente de los objetos producidos o del capital inteligente producido, sino que significa también una liberación de las cargas que históricamente ha sido el tener empleados”, puntualizó la arquitecta.
Cabe recordar que el antes senador y ahora presidente de la República, Duque Márquez, fue quien promovió en el Congreso la Ley Naranja o Ley 1834 que el 23 de mayo de 2017 fue sancionada en el país por Juan Manuel Santos.
Esta legislación tiene como objetivo desarrollar, fomentar, incentivar y proteger las industrias creativas. “Estas serán entendidas como aquellas industrias que generan valor en razón de sus bienes y servicios, los cuales se fundamentan en la propiedad intelectual”, recordó Yan Camilo Vergara Gallo, director de Estrategia e Innovación de Jiuman: economía creativa.
Con la existencia de esa Ley, el sector de la economía naranja trascenderá a otro nivel, esta apuesta que se está haciendo es muy importante debido a que “antes la economía estaba fundamentada y basada en otros aspectos. Los dirigentes de Colombia, ya se están dando cuenta que el sector cultural viene creciendo de una manera importante y se están consolidando grandes negocios”, expresó Juan Sebastián Arias Flórez, director de la Facultad de Diseño de la Universidad de Medellín (UdeM).
Sin embargo, este sector aún tiene muchos desafíos por delante, a pesar de que se haya aprobado la Ley Naranja; eso no significa que se hayan creado empresas de la mano de esta legislación porque bajo el desarrollo y fomento “se estructuran mecanismos de apoyo a los emprendimientos creativos y culturales”, agregó el experto de Jiuman.
“En Antioquia históricamente ha habido una buena proporción de creativos”, así lo subrayó Carvalho Mejía, refiriéndose a que las actividades inmersas en la economía naranja ya existen. Para su concepto, se trata de fortalecerlas, fomentarlas e incentivarlas de una manera organizada para que se conviertan en un motor de desarrollo.
La secretaria de Desarrollo Económico de la Alcaldía de Medellín, María Fernanda Galeano Rojo, expuso que la economía naranja "desde nuestra política pública de desarrollo económico está definida como un área de oportunidad en esta ciudad y es muy importante porque tiene la capacidad de crecer". Reconoce además que diversas actividades asociadas a esta industria están alineadas con la juventud.
Actualmente Ruta N y Comfama tienen una alianza de gran nivel al haber diseñado una plataforma que acompaña en un proceso a los emprendimientos creativos y culturales. “Si un creativo, cantante o diseñador que no tiene un negocio, pero que ha pensado que quiere crearlo, lo acompañamos para que consolide un proyecto”, indicó Rendón Vélez.
El experto explicó además que, también aplica para los emprendimientos que están en una fase muy inicial con el fin de fortalecerlos y de igual forma cuentan con ofertas para empresas que ya están constituidas pero le apuestan a seguir creciendo y a trasnacionalizarse.
Esta estrategia busca entregarle un menú a cada uno de los emprendimientos, independientemente de la madurez que tengan, ya que finalmente es la sociedad la que se verá beneficiada.
Según datos de 2015 en donde el Producto Interno Bruto (PIB) de Medellín equivalió a $54,83 billones, el director de Estrategia e Innovación de Jiuman: economía creativa, estima que “la contribución de estas industrias sería de alrededor de $1,87 billones para la capital antioqueña”.
Medellín es pionera en la economía naranja con la creación de la plataforma para emprendimientos creativos y culturales, considerándose una “apuesta por generar una oferta de servicios y conexiones entre creadores, emprendedores e instituciones que hacen parte o quieren consolidar negocios del sector creativo y cultural en Antioquia, y que respondan de manera sostenible a las oportunidades del mercado con alto impacto social”, agregó.
El proceso de convocatoria ya terminó, sin embargo, se destaca que está compuesta por espacios de participación, inspiración, conexión, formación, creación, encuentro y acompañamiento para creadores, mediadores y emprendedores, con el objetivo de intercambiar experiencias y fortalecer capacidades a través del trabajo conjunto.
Este proyecto busca impactar 2.000 ciudadanos creativos, acompañar 120 emprendimientos del sector creativo y cultural para que se conviertan en empresas que impacten al mundo y acelerar aproximadamente doce empresas del sector para que trasciendan a América Latina.
La economía naranja tiene infinidades de retos, entre ellos se destacan los siguientes.
Para Vergara Gallo, están relacionados más que todo con los niveles de credibilidad y oportunidad que la gran empresa evidencie en estos sectores con el propósito de dinamizar la demanda de las invenciones de los artistas, creadores, científicos y negociadores que hoy se la juegan por enfrentar la incertidumbre de emprender a toda costa.
A su vez, otro factor es que la institucionalidad pública y privada logre crear un ambiente propicio para que las mentes de los creadores confíen en las apuestas de desarrollo de capacidades empresariales, de acceso a mercados nacionales e internacionales, explicó.
Es necesario conocer muy bien el potencial de la economía naranja, “inventariar, datearse muy bien, le apostamos a un Observatorio de las Industrias Creativas para el Valle de Aburrá y así entender, cuál es el peso que tiene este sector en la economía local”, subrayó el concejal Carvalho Mejía, dando a conocer que con la Alcaldía de Medellín, se busca construir una política pública para que tenga un norte.
El profesional de Ruta N señaló que los principales retos son la formalización porque muchos de los emprendimientos son de supervivencia, entonces es necesario lograr su sostenibilidad y, además, su fortalecimiento con el fin de que generen más empleos de calidad. “Algunos son muy buenos, pero no han tenido el acceso necesario para que puedan ser un Juanes o un Circo del Sol”.
A propósito de la Semana del Diseño en Medellín, evento internacional mejor conocido como Medellín Design Week, que irá del 20 al 24 de junio, Arias Flórez expuso la necesidad de formar un gremio, que las universidades identifiquen la importancia de tener carreras artísticas y culturales en sus planteles educativos y recordó que Colciencias ya está también ahondando en la investigación en este sector.
El director de la Facultad de Diseño de la Universidad de Medellín (UdeM) concluyó que el gran reto es hacer que Colombia entienda que la economía naranja es potencia y si se potencia, se podrán obtener enormes beneficios.
Murarte le apuesta a la economía naranja