La deriva de la izquierda española

Autor: Darío Ruiz Gómez
20 abril de 2020 - 12:06 AM

Los errores, vacilaciones del gobierno de Sánchez –torpeza burocrática, ignorancia sobre los contenidos específicos- han conducido - por falta de previsión para declarar el Estado de alarma- a este horror que ni Goya hubiera imaginado

Medellín

En un reciente debate en el Congreso de los Diputados en España acerca del problema del coronavirus, el nacionalista catalán Rufián llamó la atención sobre la existencia de numerosos padres o madres de familia que por su pobreza no tienen con quien dejar a sus hijos en estos días de encierro. La respuesta de Pablo Iglesias, el vicepresidente representante de Podemos el movimiento de izquierda supuestamente defensor de las clases populares fue inesperada: “Tengo suerte de tener un jardín para mis hijos”. Se refería a su chalet de Galapagar cuyo costo fue de dos millones de euros en un barrio de la casta social que tanto atacó Iglesias a lo largo de su militancia “proletaria”, chalet con jardines y piscina y que disfruta con su compañera, la ministra Irene Montero, quien igualmente ilustra la presencia en el gobierno Sánchez de un curiosísimo populismo: “Necesitamos –acaba de decir con su fraseología -una vacuna antivirus y antifascista” La Montero ha estado recluida en su chalet pues dio positivo de coronavirus después de la marcha feminista que ella con la esposa del presidente Sánchez encabezó a pesar de que un mes antes se había advertido en España lo peligroso de esta manifestación, ya que se habían conocido los primeros casos de lo que rápidamente en España se convertiría en una pandemia que hasta hoy se prevé podría cobrar la vida de 35.000 personas. Pero lo que la ciudadanía se pregunta es ¿cuánto dinero ganó Iglesias en su colaboración con el régimen chavista cuyas consignas aún hoy defiende? En plena pandemia, la obsesiva y única tarea de Iglesias parece haber consistido en dos claros actos de punible deslealtad en un vicepresidente de Gobierno: convocar a un cacerolazo contra el Rey, y twittear contra éste condenando su presencia ya que su gran pecado consiste según Iglesias, en “aparece vestido de militar” olvidando tal como se lo ha recordado José Antonio Zarzalejos que de militarotes vistieron y visten sus admirados hermanos Castro, Perón, Chávez, Ortega y hoy viste Maduro. Se podría hablar de contradicción entre la lealtad a su militancia personal y la lealtad que debe guardar al Gobierno del cual hace parte, Gobierno presidido por el Rey, pero la contradicción es algo muy diferente al oportunismo de un arribista perteneciente a un grupo que políticamente había desaparecido en las últimas elecciones pero que, sorpresivamente, Pedro Sánchez resucitó, en el momento en que sin escrúpulo alguno y con tal de seguir a toda costa en el poder fue capaz de pactar con Podemos y con los Soberanistas mediante una vulgar estrategia. Los errores, vacilaciones del gobierno de Sánchez –torpeza burocrática, ignorancia sobre los contenidos específicos- han conducido - por falta de previsión para declarar el Estado de alarma- a este horror que ni Goya hubiera imaginado y que ya ha trastornado la vida social y ha derrumbado la vida económica de España sumiéndola en una nueva pobreza. Para Irene Montero era más importante sacar adelante su pija “Ley de libertad sexual” que prevenir lo que, para las mujeres trabajadoras en condición de pobreza, para las jóvenes sin futuro supondría la amenaza ya comprobada de la pandemia.

Lea también: Nueva izquierda

Este libertarismo pequeño burgués alcanzó su más delirante manifestación con aquella frase impactante de Celaá la aristocrática ministra de Educación: “Los hijos no pertenecen a los padres, pertenecen al Estado” que, recordemos, el mismo estalinismo debió rectificar a tiempo. O sea que para los podemitas lo más importante no es enfrentar los horrores de la pandemia y sus miles y miles de muertos sino aprovecharse de la falta de carácter de Sánchez, ir haciendo, solapadamente la “revolución” a base de revanchismo, olvidando el llamado a la solidaridad social, el acompañamiento a los sufridos ciudadanos. Ya la lucidez de Félix Ovejero en su penetrante análisis –al cual he aludido en varias ocasiones- La deriva reaccionaria de la izquierda nos había ilustrado sobre lo que históricamente ha supuesto la degradación de las verdaderas ideas de una izquierda democrática en manos de un populismo reaccionario alejado de la clase obrera y que ha ideologizado y atomizado las reivindicaciones de las mujeres, olvidando a la juventud y a la vejez, a la cultura, propiciando no la emancipación sino el sometimiento, alentando secretamente con Sánchez la censura sobre los medios de comunicación en un intento claramente chavista de eliminar toda voz contraria.

Le puede interesar: La constante totalitarista

P.D. Es necesario salvar las librerías.

 

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Comentarios:

Edgar
Edgar
2020-04-20 18:07:41
Tremendas verdades, difíciles de digerir para cualquier izquierdoso, mamerto o intelectualoide.

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