Una reflexión sobre la mujer y los relatos de ella en el tango, a propósito de un poema de Evaristo Carriego y de las resistencias de ellas.
A la artista Florencia Quimbay.
Bandoneón, hoy estamos abriendo de nuevo una página de La canción del barrio de Evaristo Carriego, para leer La costurerita que dio aquel mal paso, poema que ha sido considerado como uno de los mitos del poeta y también como su carta de presentación.
El nombre La costurerita que dio aquel mal paso, da título a un capítulo de 11 poemas que hacen referencia al mismo tema, la joven que abrumada carga la culpa de una aventura de amor y que prefiere seguir al hombre que la sedujo, o ir al centro.
Me propongo antes de examinar el poema, hablar de la costura como un acto de resistencia de las mujeres, porque a ellas les dieron hilo, aguja y tela, para que se quedaran cosiendo en la casa y marginarlas de la vida pública y así del poder.
Por otra parte es bien interesante el siguiente texto de Mi historia de las mujeres de Michelle Perrot, bajo el título de La invisibilidad. “En principio porque a las mujeres se les ve menos en el espacio público, el único que durante mucho tiempo mereció interés y relato. Ellas trabajaban en la familia, confinadas en casa (o en lo que hace las veces de casa). Son invisibles.
Para muchas sociedades la invisibilidad y el silencio de las mujeres forman parte del orden natural de las cosas. Son la garantía de una polis pacífica. Su aparición en grupo da miedo. Para los griegos significa la stasis, el desorden”.
Retomando el tema de la mujer costurera, hay que ver la riqueza de su historia en la literatura, la mitología y la pintura, por eso quiero invitarlos a mirar de nuevo el cuadro Las hilanderas del pintor Diego de Velázquez: en el fondo de la pintura está El rapto de Europa que hace alusión al mito de Aracne, de Las metamorfosis de Ovidio.
Aracne la mejor tejedora de Grecia, dice que es mejor en el oficio que la diosa Palas Atenea, esta la reta a un concurso y el tema escogido por Aracne muestra los pecados de los dioses, entre ellos el rapto de Europa efectuado por Zeus. Palas se enfurece, Aracne de miedo intenta colgarse de una viga y la diosa para salvarla del suicidio la convierte en araña y la condena a tejer en el aire eternamente.
Recordar también a esas tres mujeres hilanderas, Clothos, Lákesis y Átropos, una sostiene el hilo de la vida, otra lo mide y otra lo corta, las tres parcas, figuras mitológicas llevadas a la literatura, como representación definitiva en el destino del hombre.
Ahora leamos el poema:
“La costurerita que dio aquel mal paso…
-y lo peor de todo, sin necesidad-
con el sinvergüenza que no la hizo caso
después… según dicen en la vecindad-
se fue hace dos días. Ya no era posible
fingir por más tiempo. Daba compasión
verla aguantar esa maldad insufrible
de las compañeras, ¡tan sin corazón! (…)”
Si examinamos el poema, diríamos como el verso: “daba compasión”, pero de este sentimiento nos despierta Nicolás Olivari, cuando dice: “¡Pobre la costurerita que dio el paso malvado!/ Pobre si no lo daba…aún estaría/si no tísica del todo, poco le faltaría. (…)”
Estos tres renglones han dado aliento a las feministas para defender a las mujeres que un día decidieron irse al centro y vender su cuerpo, para desprenderse de la opresión de la familia o del grupo y es bien importante además la separación de la fábrica viendo en ello la independencia económica, es a su manera una búsqueda de la libertad. Este pensamiento no cobija la trata de mujeres.
Creo que el argumento nos ha instalado en los temas de la mujer referidos al cuerpo, al trabajo y la libertad.
Siendo esta columna destinada al tango, es preciso decir que Carriego, quien no logró que ninguno de sus poemas fuera llevado al tango, se convirtió en una generosa veta de donde salieron composiciones de gran arraigo.
En La costurerita que dio aquel mal paso, anidan las milonguitas: (1) Milonguita (Estercita), tango que funda el género de Las milonguitas, Flor de Fango, Margoth, La pobre paica, canciones que instalan al lector o al oyente en una apuesta a jugarse la vida que hicieron estas mujeres.
Invito el fragmento de un soneto que hace parte de los 11 temas del capítulo de La costurerita:
La caperucita roja que se nos fue.
¡Ah, si volvieras! ¡Cómo te extrañan mis hermanos!
La casa es un desquicio: ya no está la hacendosa
muchacha de otros tiempos. ¡Eras la habilidosa
que todo lo sabías hacer con esas manos! (…)”
Para despedir la columna retorno a Las metamorfosis de Ovidio con el Mito de Filomela, que fue violada por Tereo, quien luego le cortó la lengua para que no se supiera, Tereo era el esposo de su hermana Procne. Sin embargo el atropello se conoció, porque la verdad la bordó Filomela en una tela. La esposa del violador, hermana de Filomela, se enteró del hecho y entre las dos iniciaron una serie de venganzas que los dioses quisieron frenar, y entonces, las transformaron en aves, a Procne en golondrina y a Filomela en ruiseñor.