A partir de la propuesta atrevida -pero muy atractiva- de UniverCiudad, lanzada por el señor Gobernador y cuyo propósito es integrar la universidad a la ciudad para lograr una ciudadanía activa que se apropie libremente de ella, es necesario analizar todos los aspectos -no menores- de orden administrativo, logístico, de seguridad y de convivencia que se generan.

El concejal Daniel Calvalho propone una solución intermedia que la hace más realista con las condiciones actuales de la zona: “hacer un tratamiento urbanístico perimetral y una estrategia de “permeabilidad” (no física sino de gestión) que invite al público no universitario a entrar a la U de manera segura para todos”.  Esta idea sugiere una serie de intervenciones urbanísticas alrededor del campus -tanto al interior como al exterior- e incluso en las porterías de ingreso.  A lo propuesto por el concejal le podríamos agregar que se requiere también concertar una serie de normas de convivencia al interior del campus y de mecanismos de control para su cumplimiento, así como un mejor control al ingreso: regular las ventas ambulantes, mecanismos para controlar la venta de alucinógenos, mayor vigilancia en los bloques para resguardar los bienes de la universidad, etc. 

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Me atrevo a enumerar algunas propuestas sueltas pero que pueden configurar la iniciativa: “martes de UniverCiudad” con actividades culturales, académicas y artísticas en el teatro al aire libre y con entrada gratuita con boleta para todo público, lo que requiere por supuesto de una remodelación y recuperación de un espacio poco usado en los últimos años. Adecuar el perímetro -Las vallas del campus- para habilitar en ellas exposiciones al interior y al exterior de la producción académica, cultural y artística de la ciudad y de la universidad. Periódicamente desarrollar actividades de orden estrictamente cultural en el teatro Camilo Torres, con ingreso gratuito para todo público y financiación de la municipalidad, pero con boleta. En las instalaciones deportivas celebrar eventos los fines de semana, igualmente gratuitos, pero con ingreso mediante boleta a las instalaciones. Estas son solo algunos de los ejemplos de las actividades de ciudad por venir.

Toda esta dinámica requiere -sin duda- de unas adecuaciones perimetrales, internas y de gestión. La exigencia de la cédula al ingresar y con chequeo electrónico, en lugar de la fácilmente falsificable TIP. Habilitar puertas exclusivamente peatonales al frente del bloque 19 y al frente de RutaN; estas puertas deben ser de mayor tamaño que las existentes para soportar mayor volumen de ingresos, eliminando las poco funcionales que hoy existen cerca a la estación del Metro y en la esquina de barranquilla. Ampliar las puertas existentes en la calle barranquilla, el ferrocarril y la regional para uso exclusivamente vehicular y verificación electrónica de la placa; lo que exige que todos los miembros de la comunidad universitaria hagamos registro previo de nuestros vehículos.  Igualmente, se requiere reforzar la vigilancia al interior de la universidad y en algunos casos adecuaciones en los bloques para mayor protección de laboratorios y sitios sensibles al vandalismo o robos.

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El propósito de todas estas iniciativas es el mismo que el concepto que ha promovido el arquitecto Luis Fernando Arbeláez, “Queremos una ciudadanía activa que se apropie libremente de las universidades” y “académicos partícipes de la cotidianidad que ofrece la ciudad y que el ciudadano de a pie pueda penetrar los espacios académicos y disfrutar de las actividades de toda índole que se desarrollan en el campus”.

Comentarios:

Edgar
2020-02-29 11:08:17

En síntesis, lo que el articulista propone es muy sano: que los ciudadanos, en general, nos apropiemos de la Universidad, contando con la optimización de asuntos clave como es el de la seguridad.

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