Desde la llega de internet la sociedad ha cambiado vertiginosamente. Los llamados Babyboomers (nacidos entre 1946 y 1964) o la Generación X (nacidos entre 1965 y 1976) han tenido que adaptarse a las nuevas tecnologías para simplemente no ser atropellados por éstas.

Lo mismo pasa con la televisión tradicional, que para no quedar relegada o en el olvido, como sucedió en la música con los LP o los cassette,  han tomado la decisión de utilizar los adelantos tecnológicos para adaptarse a las necesidades de los usuarios, sin tener que obligarlos a ver los contenidos en los horarios establecidos de transmisión sino en el momento que las personas quieran y donde quieran.

Alberto Solano, director de la Cámara TIC y TV de Andesco, señaló que “cuando uno analiza el futuro de la televisión tradicional se tiene que concentrar en el televidente”, por que “la tecnología está diseñada para suplir las necesidades de entretenimiento, en este caso, las necesidades sobre temas audiovisuales que tiene el televidente”.

Hoy, los ciudadanos del mundo no sólo están recibiendo sus necesidades de información y entretenimiento a través del televisor, el periódico o la radio, como lo hacían hace 50 años sino que esto se da través de la web y las redes sociales, nuevos canales con los que se sienten actualizados.

“No hace falta prender el televisor para ver la novela. Si te perdiste el horario en que iban a pasar el programa en la TV, simplemente ingresas a la plataforma de internet del canal desde cualquier dispositivo inteligente y ves tu novela”, explicó Solano.

Es el mismo televidente quien ha venido cambiando la forma en que ve televisión. Para Solano “a medida que las posibilidades tecnológicas suplan tus necesidades, ahí es donde va a estar el futuro de la televisión”.

Según los expertos en temas audiovisuales aquí citados, decir que la televisión tiene fecha de caducidad es lo mismo que pasó cuando se insinuó que el cine se iba a acabar porque las películas podían alquilarse en VHS y luego en DVD, lo cual no ocurrió debido a que existe un porcentaje de audiencias que disfrutan de la experiencia de sentarse en un teatro a ver tanto los clásicos como los estrenos de cartelera. 

El pasado noviembre durante una audiencia celebrada en Bogotá, la Asociación Nacional de Televisión (Antv) adjudicó el proceso de licitación para la concesión de espacios de televisión del Canal Uno, el consorcio integrado por CM&, NTC, RTI y Hmtv1, se quedó con toda la programación de este canal nacional e iniciará transmisiones el primero de mayo de 2017, por un un período de 10 años.

Abrir un tercer canal en Colombia refuerza la teoría de que la “televisión está más fuerte que nunca. Aunque el modelo económico de la televisión abierta, la de los cableoperadores o la de las OTT (Over The Top) sea completamente diferente, en la medida en que le apunten a las necesidades de sus consumidores va a haber campo para todos”, enfatizó Alberto Solano.

Omar Rincón, director de posgrados de periodismo de la Universidad de los Andes, expresó que “diariamente le declaran la muerte a la televisión tradicional, pero ésta tiene una regla de oro y es que está orientada a la relajación. No le exige al televidente ningún tipo de actitud reflexiva o de concentración a diferencia de los contenidos a través de las plataformas OTT” que requieren un alto porcentaje de atención.

Él mencionó varios aspectos en pro de la televisión tradicional: los deportes, los eventos en vivo como premios, festivales y fiestas tradicionales o el cubrimiento de una catástrofe. En estos casos, los llamados Millennials (nacidos entre 1977 y 1995) o entrando a este siglo con la Generación Z, optarían en su mayoría por disfrutar de estos eventos a través de transmisiones streaming, pero según Rincón, “más del 50% del continente Americano no cuenta con acceso a internet y sumado a eso es un tema complicado para los adultos mayores” o para aquellos que poco han interactuado con las nuevas tecnologías.

La televisión tradicional “es un ritual que te acompaña en la vida cotidiana, por esto debe dedicarse a cultivar lo popular que todos llevamos dentro”. En cambio los contenidos OTT “están dedicados a la cultura pop, aquellas audiencias con referentes globales y universalistas”, aseguró Rincón.

Por su parte, Luis Fernando Gutiérrez, coordinador de la maestría en Televisón Digital de la Universidad Pontificia Bolivariana, señaló que la televisión tradicional simplemente “está evolucionando y migrando sus contenidos a diferentes pantallas o plataformas”, por lo que “ya no se puede hablar de televidentes sino de usuarios”.

En términos económicos el objetivo es “sumar audiencias”, es por esto que ahora los canales de televisión están consolidando el rating de sus programas juntando a todos los usuarios que consuman sus contenidos sin importar si es a través de sus plataformas OTT o la Televisión. Adicionalmente, fidelizan a sus seguidores creando interacción a través de las redes sociales, dijo  Gutiérrez.

Marcelo Liberini, vicepresidente digital de Caracol Next (Caracol Play), acotó que esta plataforma OTT “tiene la particularidad de combinar contenido en vivo, eventos especiales, sobre todo los deportivos, y todas las producciones de Caracol TV como series, novelas y documentales. Es un producto específico, no competimos con Netflix, de hecho le hemos vendido contenidos a esta plataforma”.

De igual forma, hizo énfasis en que están analizando incluir nuevos productos para ampliar su oferta de servicios, aclarando que la idea no es apartar a la televisión tradicional sino convivir con ella, porque han visto “en hábitos y tendencias de consumo audiovisual que lo positivo es que aún estos productos de consumo o demanda siguen teniendo contenido televisivo”.

Lo que se va a transformar "es el modelo de consumo nunca el contenido", finalizó Liberini.

Reforma tributaria
El artículo 178 de la Reforma Tributaria contempla un modelo para que usuarios de las plataformas tecnológicas como Netflix o de diferentes contenidos OTT (Over The Top) paguen sus respectivos impuestos.

Este artículo contempla un pago adicional a las empresas emisoras de tarjetas de crédito por “suministros de servicios audiovisuales, como música, videos, películas y todo tipo de juegos.

Según señala la Reforma Tributaria, la Dian establecerá a través de una resolución el procedimiento mediante el cual “los prestadores de servicios desde el exterior cumplirán con sus obligaciones, entre ellas la de declarar y pagar, en su calidad de responsables cuando los servicios prestados se encuentren gravados”. La obligación aquí prevista solamente se hará exigible a partir del 1 de julio de 2018.

Desde el punto de vista de Andesco “es importante para los cableoperadores nacionales que su competencia directa (como Netflix) tenga las mismas condiciones cuando prestan un servicio”, aseguró Alberto Solano, director de Cámara TIC y TV de esta entidad. 

Él concluyó que “las plataformas OTT no pagan impuestos, ni parafiscales y no hacen reportes al Ministerio de Hacienda. La idea es desregular las condiciones de los operadores nacionales y que queden en igualdad de condiciones que las internacionales”.