Así lo señala la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (Jife) en su informe anual, publicado este jueves en Viena.
La ONU espera que el proceso de paz en Colombia tenga "efectos positivos" en la lucha contra el narcotráfico y los cultivos ilícitos de arbusto de coca, que en 2016 alcanzaron "un nivel sin precedentes".
Así lo señala la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (Jife) en su informe anual, publicado este jueves en Viena.
El documento resalta que la superficie dedicada al cultivo ilícito de la planta de coca en Colombia se extendió hasta 146.000 hectáreas en 2016, desde las 96.000 hectáreas registradas el año anterior.
No obstante, la Jife considera que tras la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) a finales de ese año, "cabe esperar" que se produzca "un efecto positivo" en la lucha antidrogas, pues el pacto contiene compromisos en esta materia.
Además, en noviembre de 2017 Colombia firmó con la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd), un "histórico proyecto plurianual" por unos 315 millones de dólares, para apoyar la política de reducción de cultivos ilícitos, "como parte esencial de las actividades de consolidación de la paz".
Ese proceso "requerirá inversiones considerables en programas de desarrollo social y económico", resalta la Jife, el órgano de Naciones Unidas encargado de velar por el cumplimiento de los tratados sobre estupefacientes. Ante la situación descrita, la cooperación internacional para "hacer frente con mayor eficacia al problema de drogas en Colombia", país que por otro lado "alberga a un número cada vez mayor de consumidores de droga", tiene "carácter prioritario", afirma el informe.
Aunque en menor medida, también en Bolivia aumentaron en 2016 las plantaciones ilegales del arbusto de coca, hasta las 23.100 hectáreas, que si bien es un 14% más que en 2015, sigue siendo menor a la registrada una década antes.
Por otro lado, la Jife "expresa su preocupación" por la adopción de una nueva ley en Bolivia en 2017, que permite duplicar, hasta 22.000 hectáreas la superficie de los cultivos para fines tradicionales.
Los expertos internacionales estiman que 14.700 hectáreas bastarían para producir las 23.219 toneladas de hojas de coca que en 2012 se consideraban suficientes para cubrir la demanda para usos tradicionales de la planta.
En Perú se eliminaron 30.150 hectáreas de cultivos ilícitos de arbusto de coca en 2016. También en este país va en aumento la adición a la cocaína, así como a la pasta básica, especialmente "a lo largo de las rutas de tráfico de drogas en las ciudades de mediano tamaño al este de los Andes" y en la costa, indica la Junta.