… “Soy Tommai dei Cavalieri, un joven señor a quien apasiona el arte. Por hermoso que yo sea, es mi alma, no obstante, más hermosa, de suerte que mi cuerpo pintado en la bóveda de una iglesia, no es sino el signo geométrico de la rectitud y de la fidelidad”. 
M. Yourcenar

En medio de una geografía volcánica, un tapete mineral y un vasto bosque aparece Olot, un pequeño municipio español de la provincia de Gerona, Cataluña. Allí se encuentra el Spai Barberí claro ejemplo de la arquitectura que albergó por años una antigua herrería. 
Ha comenzado el verano. Durante esta estación Olot adquiere un color particular. Su arquitectura, sus calles, sus parques, se transforman en espejos de sol. Todo su cuerpo de ciudad desdobla sobre sí y la geografía urbana cambia rápidamente. El territorio humedecido por el sol se funde con la luz tenue, museográfica, con la que ha sido concebido el Spai Barberí. Desde allí trabaja RCR, Estudio conformado por Los arquitectos Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta. Su esencia radica en combinar bajo la ecuación perfecta: la arquitectura, el arte y la técnica para crear ambientes y espacios que emocionen a todos. 
El espacio matérico y emotivo de su arquitectura es la conjunción de fragmentos acotados y precisos en una comunión íntima con la naturaleza y el rigor racional de su auténtico virtuosismo. A RCR Arquitectos le otorgan el Premio Pritzker porque elevan a la categoría universal los valores locales, y esto los hace respetuosos con la historia, con la arquitectura vernácula propia de su zona de residencia para luego potenciar al máximo los materiales como el hierro, el acero reciclado, el plástico, la madera, el vidrio, la piedra y bañarlos de contemporaneidad. Un proceso creativo que les imprime un sello de unicidad es el tránsito que permanentemente hacen al mundo del arte. Todo inicia con dibujos como ideogramas que encajan perfectamente en la cuadrícula perfecta de noventa grados como dominio de la técnica en la arquitectura, desde estas piezas de arte que son sus dibujos RCR comprende y sabe leer el lugar para luego diseñar con la tactilidad feroz que los caracteriza.
El fuego de las canteras de hierro trema aún en las texturas del material que delinea las formas de sus fustes, la promenade (el acceso a sus casas) y los hilos de piedra que se cuelan como bosques sagrados. La dignidad de su arquitectura armoniza con la nobleza de los paisajes silueteados con precisión. Una arquitectura que incluye una estética del número, una estética de la luz y una estética del símbolo. 
Desde el -Pabellón de los Sueños-, en el Spai Barberí, lugar de aprendizaje y exposición para los becarios, ya nada pasará inadvertido. Cruzar el umbral donde nada se resiste.