El Titiritón de la Corporación La Fanfarria tendrá programación hasta el domingo 29 de marzo. Las familias podrán disfrutar de siete obras del repertorio del grupo.
Para un colectivo teatral es de vital importancia que sus obras no se mueran, se queden olvidadas por su público y seguidores. Precisamente para que eso no les suceda, hace 7 años la Corporación La Fanfarria creó El Titiritón, temporada cuyo propósito es que “sus creaciones no se acaben, porque nuestro público cambia constantemente, y no podemos dejar de presentarlas, desde la más vieja hasta la más nueva, cada año hacemos una selección para que estén en la programación a principio del año y así quienes no las conozcan disfruten con ellas, y aquellos que ya las han visto recuerden y pasen momentos lindos”, narró Jorge Luis Pérez Valencia, director del grupo.
De las doce obras creadas por La Fanfarria en su trayectoria, esta vez se presentarán “siete hijitos”, como Ana María Ochoa Rojas, productora ejecutiva de este colectivo titiritero, prefiere llamarlas.
El Titiritón sirve, además, como antesala del Festival Internacional de Títeres, que el grupo realiza en abril.
Igualmente, la temporada es la ocasión cada año para renovar las obras, primero, en cuanto al mantenimiento de los elementos escenográficos, se sacan los títeres, se hacen reparaciones y se vuelven a crear los que ya no sirvan para el montaje. Segundo, se aprovecha para incluir recursos nuevos que faciliten cada una de las escenas, y tercero, con este mantenimiento, las obras quedan listas para seguirse presentando durante todo el año, en festivales o eventos privados.
Los siete “hijitos” de La Fanfarria hacen entre sí un viaje por un carrusel de valores humanos y la significación de los derechos universales del hombre.
Huevo de picaflor, la obra con la que se estrenó la temporada el pasado fin de semana (15 y 16 de febrero) recrea las costumbres indígenas, “revive el día a día de comunidades primitivas o que aún viven en la selva, y que no han tenido todavía una apertura hacia el mundo exterior. Es un relato que no juzga el que no sean ‘civilizados’, más bien resalta que son culturas que tienen sus costumbres propias, sus lenguas, su sabiduría, su medicina”, relató el director.
Es una historia que puede pasar en cualquier comunidad tribal del mundo, aunque, anecdóticamente, el público de Medellín siempre la ha asociado con el Amazonas.
La obra también explora la figura del padre como formador de costumbres y su deber de formar a los niños.
Se recrea en una selva y el músico que creó las pistas es Luis Fernando Franco. Los personajes fueron hechos en poliuretano.
Continuará en la programación La niña de mis ojos, este sábado 22 y domingo 23 de febrero. Se trata una propuesta escénica que habla de los derechos de los niños, al juego, a la alimentación, a tener un nombre, una familia, a ser educados.
“Los niños personajes de esta obra trabajan en la calle y encuentran la reivindicación de sus derechos a través de un circo que es manejado por un mago adulto, quien los acoge y les ofrece una nueva perspectiva de vida”, contó Ana María Ochoa Rojas.
El lugar donde se recrea es urbano, en una selva, pero de cemento, la música es autoría del director Pérez Valencia y se interpreta en vivo con tiple.
Para el sábado 29 y el domingo 1 de marzo la obra en cartelera será El gran comilón don Pantagruel, un espectáculo que narra el conflicto en una panadería causada por este personaje y solucionada por Panzuelo y una Hada Madrina.
Esta obra infantil también tiene la música en vivo y explora los desafíos que enfrenta el ser humano cuando debe reconocer que se equivocó. En escena los personajes se combinan entre actor y títere.
Igualmente, una de las obras universales que la Corporación La Fanfarria ha recreado es El Rey Midas, que se presentará el sábado 7 y domingo 8 de marzo. “Es la obra más nueva del grupo, un montaje acerca de las dualidades del egoísmo, del poder, con una invitación a disfrutar de las pequeñas cosas y a encontrar la esencia de lo menos vistoso”, añadió la productora.
Los imanes son el elemento diferenciador en la técnica teatral de esta obra.
Seguirá en la programación, la historia del río Magdalena, Yuma, río amigo, con presentaciones el sábado 14 y el domingo 15 de marzo. Una creación que también da puntadas en datos históricos de Colombia misma, las guerras que se libraron y cómo el Magdalena transportó armamento y personal para ese fin, en un juego de relatos que además muestran las transformaciones que el transporte fluvial ha sufrido a lo largo de la historia.
Esta obra tiene muñecos mixtos, unos articulados, otros manejados por varillas, y la música también es creación de Luis Fernando Franco.
La sexta obra de El Titiritón es Cuartico azul, que cumplió 30 años. Se presentará el 21 y 22 de marzo.
“Se trata de un relato en el que el mundo se explora a través de los ojos de un bebé. Permite que los asistentes entren a la habitación de ese niño de brazos y vea las cosas como las ve él, un teléfono gigante y a su mamá y hermanita sólo se le perciben los pies”, describió Jorge Luis Pérez Valencia.
Es una obra de mucha ternura, que entrega un mensaje para la protección de los mismos.
Finalmente, con Gulliver el hombre montaña se acabará esta temporada, el sábado 28 y domingo 29 de marzo.
Esta es una obra que cambia mucho de espacios y requiere de gran despliegue escenográfico. Utiliza muñecos de varilla hechos con madera, que con humor retrata los males del ser humano.
Todas las funciones serán los sábados a las 5:00 p.m. y domingos a las 11:30 a.m. Para más información usted se puede comunicar con la Corporación La Fanfarria en el número telefónico: 2509230.