Juniniar y llegar al Parque de Bolívar volverá a ser un lujo

Autor: Redacción
24 enero de 2019 - 06:03 PM

La EDU intervendrá el tradicional e histórico lugar del Centro de Medellín, para que vuelva a ser el espacio de encuentro y disfrute, como lo fue antes.

 

Medellín, Antioquia

Los ya muy mayores, que lo conocieron y lo disfrutaron en todo su esplendor, prefieren guardar el recuerdo que ver el presente. “Es que era un lujo salir a juniniar y después llegar al Parque de Bolívar, con la novia, la familia o con los amigos, a comer helado, tomarse un tinto conversado o simplemente a disfrutar del paisaje y todo lo que allí se movía, ventas de toda clase y muchas mujeres bonitas”, evoca entre sonrisas don Enrique García Jaramillo, un hijo de El Retiro que llegó a Medellín en los albores de los años 40.

“Era un lugar de encuentro y de disfrute por excelencia. Había de todo, pero de todo bueno, principalmente los fines de semana. Por allí pasaba el tranvía, estaba el vendedor de helados, el mercado San Alejo, la retreta dominical y no faltaban los culebreros”, una raza propia de esta región. “Una maravilla”, rememora el veterano guarceño, próximo a celebrar sus 90 "abriles".

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Sentado en una de las bancas de madera y mirando en lontananza, don Enrique lamenta que hoy son más las cosas desagradables que ve allí a su alrededor, aunque no deja de ir a ese mágico lugar donde creció y vio crecer a Medellín.

Y como él, don Antonio Muñoz, otro nonagenario parroquiano, de pocas palabras, que también se acostumbró a ese lugar, emblema histórico y cultural de la ciudad desde su misma inauguración en 1892, pero que hoy evidencia un gran deterioro físico y social, producto de la inseguridad, la prostitución, la presencia de habitantes de calle y consumidores de drogas, que generan miedo y desconfianza antes que goce y alegría. Eso y mucho más ocurre a plena luz del día, frente a la Catedral Metropolitana como testigo.

“Por eso se fue la gente de aquí. El miedo los echó, incluso los muchachos de ahora no saben siquiera que esto existe, porque a nadie le gusta venir por acá, sólo venimos quienes estuvimos aquí en los mejores días y mantenemos esos buenos recuerdos”, expresa don Antonio.

 

Intervención integral

Pues es precisamente con el fin de recuperar este espacio para la comunidad, para que vuelva a ser el sitio de encuentro y reunión, para que nuevamente la familia y los amigos se congreguen allí a disfrutar de un helado, un café o una comida, que en menos de un mes comenzará la ejecución de una intervención integral del tradicional Parque.

Un proyecto que la EDU comenzó hace casi un año con un proceso social, “para poder entender cómo es que funciona y vive hoy el Parque y sus habitantes, para escuchar qué es lo que dice y lo que quiere la gente, y lógicamente por su connotación histórica y espacial, por lo que representa para la ciudad”, explica Nicolás Rivillas, subsecretario de Diseño e Innovación de la Empresa de Desarrollo Urbano de Medellín.

El proyecto, enmarcado dentro del PIC -Plan Integral del Centro-, comenzará a ejecutarse después de la tercera semana de febrero, en un tiempo de ejecución de siete u ocho meses, y con una inversión de 11.000 millones de pesos.

Eso sí, la intervención no significa una total trasformación física del lugar. El Parque hace parte de un entorno patrimonial, determinado por la Catedral Basílica Metropolitana y otras áreas cercanas, por lo que la premisa del proyecto, atendiendo el aval del Ministerio de Cultura y el visto bueno del Departamento Administrativo de Planeación, “es conservar el trazado y la morfología del Parque en su gran mayoría, además de integrar todos sus elementos al componente patrimonial”, precisa Rivillas.

Eso quiere decir que sus principales referentes, la estatua del Libertador Simón Bolívar, la fuente de agua y especialmente la Catedral, no se van a intervenir, permanecerán tal y como están, en diseño y dimensión, e incluso se respetará el croquis geométrico como está hoy. Sólo se van a recomponer el atrio de la Catedral y los andenes laterales, mientras que en la fuente se hará un trabajo de arreglo, limpieza y decoración.

Lo que sí va a cambiar es el espacio de la retreta, que está al costado oriental del Parque. El lugar donde hace más de un siglo comenzó el encuentro musical de los domingos, y que hoy sigue vigente gracias a la Sinfónica de la UdeA, es muy pequeño, está a la intemperie, no tiene protección solar, ni de lluvia y por situaciones climáticas puede afectar las presentaciones. De tal forma que, tras recoger el sentir de los músicos, se decidió ampliarlo y dotarlo con otras facilidades que proporcionen un lugar más cómodo para los intérpretes.

Igualmente se van a conservar las especies arbóreas que hoy están, porque también el Parque cumple la función de pequeño pulmón que hace percibir una sensación diferente del clima en pleno Centro de Medellín, por la sombra, por la vegetación baja que posee, además de plantar otras especies que completen el paisaje que se desea.

Se mantendrán también las zonas de estancia, donde la gente se sienta a jugar, a conversar o a recordar, como aún hoy lo hacen don Enrique y don Antonio. Simplemente se mejorará el mobiliario, para que esté armonizado con el entorno.

También cambiará toda la superficie del piso del Parque, porque se va a instalar un adoquín, que al estar sobre una cama de arena que es permeable, permite la humedad que ayuda a las especies arbóreas y la vegetación del lugar.

“Las vías laterales que enmarcan el Parque, la calle Caracas y las carreras Ecuador y Venezuela, por donde aún circulan algunas rutas de buses, serán vías lentas, es decir de baja velocidad, de flujo vehicular liviano, para que el peatón tenga continuidad durante su estancia, llegada o salida del lugar”, sostiene el subsecretario.

 

Proyecto de integración

Integrar todas las obras que se han realizado y que están proyectadas a corto y mediano plazo, como el Paseo de La Playa, los Corredores verdes de la Oriental, el Paseo Bolívar, las fachadas y la gran intervención en Junín, es el propósito final de la EDU para que, en un futuro cercano, el Centro de Medellín vuelva a ser el lugar más apetecido y visitado por propios y extraños, donde el comercio,  la seguridad, la movilidad y el espacio público estén en armonía y propicien una mejor convivencia.

El proyecto Parque de Bolívar incluye también otros parques de menor dimensión que están en la parte posterior y laterales de la Catedral, muy deteriorados en espacio público, porque no hay zonas de estancias y están olvidados, pero se integran para que sean complemento de esta propuesta.

“La idea es que toda la intervención hecha en Junín vaya a rematar en el Parque. Es decir, no sólo va a quedar bonita la casa, sino también la entrada, para que vuelvan los visitantes, porque cuando el espacio público entra en desuso es lo peor. El espacio público es para vivirlo, para cuidarlo, y un lugar abandonado en el Centro significa inseguridad, robos, presencia de grupos y actores indebidos”, expone Nicolás Rivillas.

En esa medida, la invitación es a que la gente se apropie de esos lugares recuperados, porque la intervención integral no es sólo el aspecto físico, sino que requiere de un componente social que es el aporte que debe hacer la comunidad, y que en este caso debe estar orientado a la recuperación de sanas costumbres y prácticas que no se pueden olvidar y mucho menos perder.

“Es que no es que el Parque de Bolívar sea peligroso, simplemente está mal habitado. El buen público comprador se ha alejado por todos esos flagelos que se han arraigado en su entorno, pero seguramente lo que viene será mejor para todos”, reconoció Carlos Ernesto Duque, representante de los artesanos y uno de los organizadores del Mercado de San Alejo, otro de los patrimonios culturales que enmarca la centenaria historia del Parque.

“Cada primer sábado de mes estamos ahí, los artesanos de Colombia, porque el Parque de Bolívar es el único que durante 40 años ha ofrecido un mercado artesanal con lo mejor de lo mejor, pero necesitamos más apoyo y que vuelvan los compradores para poder seguir existiendo”, desea Duque.

Así es que prepárense, porque el Centro invita con todas sus intervenciones y recuperación de espacios públicos. Muy pronto, como antes, se podrá juniniar un fin de semana y terminar en el Parque de Bolívar, disfrutando del talento de los artesanos, de un tinto, de una incomparable retreta musical o simplemente de la armonía de un entorno que es patrimonio de todos.

 

La historia del Parque

1892 Se inaugura el Parque de Bolívar, en homenaje al libertador Simón Bolívar, y cuyos trabajos de ejecución habían iniciado en 1888.

1900 se instala una fuente de bronce que llegó de Nueva York y luego trasladada en 1923 al Hospital de San Vicente de Paúl.

1906 se inaugura la primera caseta para las retretas dominicales, que habían iniciado con la inauguración.

1907 se ilumina el Parque con la instalación eléctrica y las primeras bancas de metal y madera.

1923 se coloca la estatua ecuestre del libertador Simón Bolívar, obra del escultor italiano Giovanni Anderlini.

1925 se construye una nueva caseta para las retretas donde hoy está la fuente, frente a la Catedral.

En 1933 se retira la verja de hierro que encerraba el Parque y queda como espacio abierto.

1940 se construye última caseta de retretas, entre la estatua de Bolívar y la Catedral.

1968 se suprime un tramo de la calle 56 (Bolivia), precisamente el que separaba el atrio de la Catedral y el Parque.

1990 se interviene el Parque. Se cambia el pavimento por el piso que tiene actualmente, en ladrillo vitrificado y arenón; se modifica la base de la estatua de Bolívar, que era en escalas y con jardín, pero se mantiene el resto como está en la actualidad.

 

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