Nacido en el barrio Manrique de Medellín, Jaime Ocampo conoció el rock n roll por su padre y el metal por sus hermanos. Su constancia como músico perdura desde que creó a Athanator en 1989, ejerciendo, además, actividades paralelas en el campo de la educación.
Recuerdo en la versión II de Ancón en 2005, cuando Jaime anuncia un nuevo tema de la banda y tocan un cover de Slayer, por supuesto una burla a los recaudadores de derechos de autor. Es la dedicación, pasión y empuje lo que hace que los sueños de músico perduren, y que junto a grandes amigos cercanos, se forje una carrera de vida que estampa un legado cultural de ciudad y país.
Descubriendo el rock
Mi padre era fan del rock & roll, yo escuchaba de manera paralela los discos de Black Sabbath, Judas Priest, Accept, AC/DC, y de ahí, conocí las primeras bandas nacionales Carbure y Nash. El primer disco que compré fue el primer album de Iron Maiden, mi primer concierto internacional fue Barón Rojo en 1987, y en 1988 mi primer concierto nacional con Ekhymosis, Amén, Ekrion y Darkness en el polideportivo de Envigado.
Enganche con el thrash metal
Cuando empezamos a tocar, no sabíamos exactamente el “género”. Nos gustaban bandas como Onslaught y Celtic Frost. Todo ha sido una exploración sonora, influenciados por bandas extranjeras y amigos que ya tocaban como la gente de Blasfemia, Féretro, Asalmatum y Holocausto. Mi instrumento fue la guitarra, porque yo “zurrunguiaba” con una acústica de mi hermano, hasta que un primo de USA nos regaló una eléctrica.
Nacimiento de Athanator
En noviembre de 1989 la banda inició ensayos en el sótano de mi casa. El nombre nació primero que la banda, pues cursando el grado 11, luego de rayar muchos nombres, un compañero de clase me propuso Athanator Aquí entró a jugar el tema filosófico: leíamos mucho sobre la muerte y el más allá, el nombre era perfecto para los textos que escribíamos.
Influencias y vision del Metal de Medellín en los ochenta
Las influencias para la creación propia fueron los primeros discos de bandas como Celtic Frost, Destruction y Slayer. Las bandas clásicas del metal me hicieron rockero, y no eran parte del catálogo del grupo por su alto nivel musical. El entorno en los ochenta puedo resumirlo como “humilde, pero divertido”. Era mucha la escasez de todo, pero hacía que la escena fuera creativa, unida y dinámica. Era la falencia de muchas cosas para lograr algo profesional.
Otros proyectos musicales
En la banda de hardcore Marimonda, milité por 5 años. Ultra-violence es un grupo que nació con los miembros fundacionales de Athanator, pero con la salida de algunos de ellos, ahora es una banda tributo a Motorhead y Celtic Frost. Magnetica es una banda tributo a Metallica que apenas inició en 2019 con gran éxito, y estoy iniciando un proyecto en solitario llamado Santa Muerte del cual solo he publicado un single.
Residencia, ensayadero y estudio de grabación actual en el barrio Simón Bolívar
Estudios y oficios
Soy técnico en sistemas, técnico de la AES en sonido, administrador de empresas, licenciado en tecnología e informática y tengo una maestría en administración de instituciones educativas. Llevo 20 años en la educación y ahora como rector de la Escuela Normal Superior de Sopetrán, una institución con 14 sedes donde dirijo 90 funcionarios y 1700 estudiantes de estratos 1 al 4. Por otro lado, desde los 90 he grabado decenas de grupos en el ensayadero de Athanator. Mis momentos de ocio los dedico a lectura de comics, video juegos, y con mi esposa Cynthia Rincón, además de rockera y de gran apoyo a mis proyectos, paso consumiendo películas de todos los géneros.
Éxitos y malas pasadas
¿Cómo mides el éxito? Pues la métrica sería los beneficios obtenidos por algo realizado, que podría ser la etapa posterior al álbum Earth of Blood, pues representó mucho para la banda y muchas satisfacciones a nivel personal, Por otro lado, un mal momento fue cuando tuve que cerrar el almacén Extremo & Compacto, derivado de las políticas restrictivas de la Dian.
Jaime Ocampo Olarte, de los precursores del thrash metal en Medellín
Un vistazo en el tiempo
La mejor música que existe es aquella con la que creciste. Para mí lo hecho en los 80 y los 90 es lo mejor. La producción sonora de los 80 es una cosa de locos y a estas alturas con toda la tecnología que hay, nadie en Colombia por ejemplo, la ha podido igualar. Mi género favorito es el Thrash metal, seguido del Heavy Metal y la vieja guardia. Siempre he sido seguidor del Punk clásico. En general, una buena banda, con propuestas interesantes, me gusta sin importar el género.
La cuarentena
No me ha afectado mucho, pero extraño mucho tocar y estar como técnico en los conciertos. Fuimos pioneros participando en un evento de Streaming presentando nuestro último disco Memento Mori. Tenemos que confiar en nosotros mismos y entender que fallar es una parte del aprendizaje. Lo que cuenta es el valor para continuar.
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