La gestión de la seguridad y presencia institucional debe ser más ambiciosa de cara a los problemas que enfrenta esta comuna, que ha sido valorada por varios años como la que concentra la mayor cantidad de crímenes y homicidios de la ciudad.
San Benito es uno de los sectores más complejos del Centro de Medellín. Junto a la Plaza Botero, Candelaria, Parque Berrío, Barrio Colón, Carabobo, Avenida de Greiff y el Parque Bolívar son los lugares con las cifras más altas de inseguridad.
Nada más el jueves pasado, en la calle 57A con carrera 59, San Benito, fue asesinado un hombre de unos 32 años. Ocurrió al caer la tarde. Las autoridades investigan los móviles y buscan a los autores, como corresponde.
El caso dejó en 55 la cifra de homicidios cometidos este año en el Centro. Es la comuna más violenta de Medellín. Le sigue Robledo, comuna 7, con 41 hechos de sangre en este 2017.
Pero el deterioro es generalizado en esa comuna, la 10, llamada Candelaria, por la que pasan en un día de semana más de 1.200.000 personas.
Los hurtos y la extorsión no se detienen, lo aseguran quienes los padecen y se atreven a denunciarlo ante la Fiscalía. Entre 10.000 y 400.000 pesos pagan comerciantes formales e informales por extorsión. A algunos les hacen el cobro diario, y a otros, semanal, todo “para evitar tragedias”.
La Policía asegura que las denominadas Convivir “vacunan” en el corazón de Medellín a más de 7.000 personas, entre empresarios, profesionales, vendedores, payasos, trabajadoras sexuales...Expertos en seguridad y líderes del centro consultados por EL MUNDO manifestaron que la gestión de la seguridad y presencia institucional debe ser más ambiciosa.
Las últimas alcaldías han puesto la intervención integral y la renovación del Centro de Medellín como una de sus prioridades. El desarrollo urbanístico, económico y de movilidad, la peatonalización, la renovación del transporte público, la creación de distritos culturales y el control institucional son clave, definitivos, para darle un nuevo rostro al Centro; es en lo que se han centrado las administraciones municipales de los últimos 10 años: cambiarle la cara de angustia a Candelaria.
Pero los criminales también tienen sus prioridades. Y las imponen.
Síndrome de Adán
El “Plan Especial del Centro” se creó con la Política Pública de Seguridad y Convivencia del municipio, puesta en marcha en la Alcaldía de Anibal Gaviria. El Plan de Gestión de la Intervención Integral del Centro hace parte de ese proyecto, que tenía como objetivos “la creación y operatividad del Cuerpo Élite (OAV) y el Gaula Metropolitano; duplicar el número de cuadrantes de la Policía Nacional, disminuir tiempos de respuesta de las patrullas de vigilancia, controlar el porte de armas y una infraestructura para la Seguridad y la Convivencia”, entre otras estrategias.
La Administración actual, según documentos entregados por la Secretaría de Seguridad a EL MUNDO, optó por otra cosa, por un proyecto que promueve “una unidad analítica e investigativa para el análisis de datos de seguridad y delitos en esta zona; otro nivel se encarga del control y supervisión y se interviene las rentas criminales, el control de establecimientos públicos, venteros no regulados y toda variable que afecte la seguridad y convivencia; por otro lado, en otro componente se articulan todas las acciones preventivas y participativas con la Comunidad”.
Problemáticas acumuladas
“Hay una Política Pública de Seguridad y Convivencia que dejamos a la administración de Federico Gutiérrez, aprobada por el Concejo, que hoy no se aplica en nada”, aseguró Luis Fernando Suárez, quien fue vicealcalde de Gobernabilidad, Seguridad y Servicio a la Ciudadanía de Medellín.
“Las problemáticas acumuladas por años en el sector del Centro, no van a resolverse en una administración o en dos. Se necesitan unos planes de trabajo de mediano y largo plazo para cambiar la realidad que nosotros encontramos”, agregó Suárez.
El exvicealcalde recomendó que las estrategias que se apliquen deben ser integrales, articuladas y con búsqueda de alianzas con asociaciones históricas del territorio como Corpocentro, Asoguayaquil, Cámara de Comercio, etc. “Teníamos una mesa de trabajo en la que hacíamos seguimiento”, recordó.
En la administración Gaviria, según Suárez, se pasó de 13 cuadrantes a más de 30 en el Centro, se instaló un equipo robusto de cámaras de vigilancia, se consolidaron actividades con el Gaula y se recuperó el espacio público, en el que la informalidad genera focos de ilegalidad.
“Tuvimos muchos avances, pero yo que recorro todos los días el Centro, veo con mucha preocupación que ese control de la seguridad y el espacio público se perdió y retrocedió varios años; hay mucha informalidad en este momento, hay lugares por los que no se puede caminar”, señaló.
Agregó que atendieron de manera prioritaria la rehabilitación de los habitantes de la calle adictos a los estupefacientes y se les creó oportunidades, lo cual ahora ve constrastado por la “gran presencia” de personas en condición de calle en las vías.
La Administración actual, a través de la Secretaría de Seguridad, destacó su gestión en la lucha contra la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, su trabajo con la prevención de la trata de personas y los avances operativos contra estructuras criminales del centro y recuperación de los parques.
Esta dependencia resaltó que el barrio de la comuna 10 con más intervención es Estación Villa, “donde existe una conglomeración de problemáticas de seguridad, ya que es el barrio de Medellín donde más se presentan homicidios desde hace 5 años”.
Además de esto, junto al “Área Investigativa Delitos Contra el Patrimonio Económico de la Sijin, se realizan intervenciones periódicas en los Centros Comerciales y locales en general, donde se sospeche la venta de celulares hurtados”.
Además, la implementación del Código de Policía permitió hacer un mayor control a las infracciones cometidas en este territorio y se continúa con la estrategia del uso de polígonos en lugares con grandes problemáticas para garantizar el ataque a la manifestación del delito.
Dentro de los logros resaltados por la Secretaría de Seguridad, revelados a EL MUNDO, se distinguen los golpes a las estructuras criminales; por ejemplo, la de los cocuelos, en la que fueron capturados 28 individuos de los 34 integrantes, que se dedican al hurto a personas en la comuna 10.
Otro de estos fue el ataque a las “mal llamadas convivir. Acciones operativas permitieron la captura de siete personas en el Centro de la ciudad por el hurto de celulares. Más de 30 locales dedicados a la venta de celulares fueron intervenidos y 10 establecimientos comerciales fueron sellados”.
Sergio Ignacio Soto, director ejecutivo de Fenalco Antioquia, aseguró que pese a que el “Centro de la ciudad presenta severos deterioros y muchísimos problemas de alta gravedad, la propuesta del alcalde Gutiérrez la valoramos bastante, porque va acompañada de una serie de reformas estructurales, urbanísticas del espacio público que se relacionan con la seguridad, con una partida presupuestal fundamental, que es la cuota inicial porque se necesitan más recursos para que sea un plan de largo aliento”, acotó.
Por su parte, Fernando Quijano, director de Corpades, argumentó que “las alcaldías no le han prestado la atención suficiente al tema del Centro. Pareciera que hoy Federico Gutiérrez está empeñado en meterle la mano a esto, pero este sector ha estado muy abandonado en temas de estrategias de seguridad”.
“Realmente ha habido un abandono desde un tiempo atrás. A muchos no les interesa el tema: tener 35 agrupaciones convivir en un lugar donde hay más de 100 cuadrantes, estaciones de Policía grandes, donde está la inteligencia y la Administración municipal, una comuna llena de cámaras. A pesar de eso, estas estructuras andan tranquilamente y el contrabando pasa de lunes a domingo sin problemas; esto quiere decir que la institucionalidad está en jaque ante el crimen urbano en este territorio”, criticó Quijano.
María del Rosario Escobar, directora del Museo de Antioquia y exsecretaria de Cultura, manifestó que más allá de ver evoluciones y retrocesos, deben “hacerse unos ejercicios de acumulación del conocimiento con relación a lo que cada plan logró hacer, lo que no fue posible y lo que es necesario dentro del Centro. Solo así se pueden lograr avances”.
“Hay varias condiciones que han hecho que se sienta que lo más importante aquí es persistir y traer nuevos programas e iniciativas para dar una respuesta social a los problemas de la comuna 10. Se deben aplicar iniciativas para el trabajo con respecto a niñez, habitantes de la calle, drogadicción, comportamiento ciudadano y que apunten al acatamiento de las normas”, agregó la líder cultural.
Añadió que entre los problemas de la zona están el empobrecimiento del espacio público, la calidad de vida, los elementos medioambientales y la convivencia. “Es un tema muy complejo y que ha traído una disminución de los indicadores de bienestar de los habitantes y visitantes del centro“, dijo.
Soto, por su parte, quien frecuentemente recibe quejas de los comerciantes, aseguró que “la radiografía es de alta preocupación. Se destaca un alto índice de homicidio, acompañado de cifras preocupantes de robos de carros y motos, al igual que la extorsión, el robo armado, el hurto a celulares y el robo hormiga a los establecimientos comerciales”.
¿Quién tiene el control del Centro?
La lucha contra la criminalidad se ha convertido para las administraciones municipales en el principal requisito para consolidar los proyectos de infraestructura y la creación de espacios culturales y de movilidad peatonal, por lo cual se ha generado históricamente un combate entre la institucionalidad y las bandas criminales que pretenden tener el control de los territorios.
El exvicealcalde Suárez recordó que en el cuatrienio pasado siempre se habló del “control de las mal llamadas Convivir, quienes se beneficiaban de las rentas criminales. Antes se evidenciaban las luchas entre las estructuras criminales por tener el control territorial en el Centro y Barrio Triste. Hoy no es tan notoria esa pugna entre estructuras”.
Frente a esto, Escobar comentó que “no hay duda de que existen fuerzas en lucha, por lo cual es necesario crear pactos de cooperación ciudadana para llevar a cabo los objetivos que una zona como esta necesita”.
En este sentido, Soto expresó que “nuestro mensaje es que necesitamos más presencia de la Fuerza Pública” y criticó que “hay mucha impunidad, ya que ni con capturas en flagrancia se logra judicializar a los criminales como lo establece el marco normativo colombiano”.
“Es muy grave que el Centro, que es el corazón y el alma de toda el Área Metropolitana, donde tenemos una estructura empresarial de 20.000 sociedades registradas en la Cámara de Comercio, tenemos el distrito cultural y educativo más grande, ocurra este tipo de problemáticas y no haya una solución eficaz”, argumentó.
Según Quijano, “hay que establecer niveles. Las Convivir están bajo la coordinación de la aún existente “oficina”. Hay líderes de diferentes modalidades de crimen, pero hay dos líneas muy fuertes de la “oficina”; una es la llamada línea “douglas” y la línea “chamizo”, las cuales han dividido el control y el mercado ilegal de la comuna 10”.
“Aquí hay un sector de la institucionalidad que trabaja para la mafia y el crimen urbano, y mientras esto suceda habrá protección al crimen. No se debe olvidar el componente social, el cual siento que no ha habido el suficiente en ninguna de las administraciones”, concluyó el analista de Corpades.