La investigación duró un año y cinco meses y vinculó a autoridades e instituciones de cinco países. El informe establece hechos concluyentes y determina causas probables y los factores que llevaron a que se presentara este lamentable suceso.
Luego de un año y cinco meses del accidente del avión Avro de la empresa boliviana LaMia en Cerro Gordo, municipio de La Unión, Antioquia, el Grupo de Investigación de Accidentes de la Aeronáutica Civil de Colombia entregó este viernes el informe final sobre esta lamentable tragedia que dejó seis heridos y 71 fallecidos, la gran mayoría del equipo de fútbol Chapecoense de Brasil.
La investigación, que vinculó a autoridades e instituciones de cinco países (Colombia, Bolivia, Brasil, Estados Unidos e Inglaterra), establece hechos concluyentes, determina causas probables y factores contribuyentes y fija unas recomendaciones, de obligatorio cumplimiento, para evitar que vuelva a ocurrir un accidente aéreo de estas características.
Entre los hechos concluyentes, que fueron determinantes para que se presentara este infortunado suceso, el informe señala que la empresa LaMia, planeó sin escalas este vuelo chárter (transporte no regular de pasajeros) entre Santa Cruz (Bolivia) y Rionegro (Colombia), no cumplió con los requisitos de cantidad mínima de combustible exigidos en las normas internacionales, pues no tuvo en cuenta el combustible requerido para volar a un aeropuerto alterno, el de contingencia, el de reserva, ni el combustible mínimo de aterrizaje.
En esencia, dice el informe, que la aeronave con matrícula LMI 2933, que se accidentó a las 21:59 horas del 28 de noviembre de 2016, tenía un déficit de 2.303 kgs de combustible, ya que para recorrer la ruta Santa Cruz-Rionegro las disposiciones del sector exigían una cantidad mínima de combustible de 11.603 kgs y esta aeronave sólo contaba con 9.300 kgs.
También indica que ni la empresa ni la tripulación, aunque eran conscientes de la escasa cantidad de gasolina para terminar el vuelo en Rionegro, tomaron la decisión de aterrizar en otro aeropuerto en ruta para reabastecer y completar así la cantidad mínima de combustible para proceder con seguridad a su destino final. “La tripulación descartó un aterrizaje en Bogotá, u otro aeropuerto, para reabastecer”, precisa el documento.
Otra de las conclusiones del informe que llama la atención es que determina que la empresa boliviana LaMia tenía deficiencias organizacionales, una difícil situación económica, inconvenientes en la dotación de cargos y problemas en su sistema de gestión de seguridad operacional y en el cumplimiento de las políticas de combustible pues, pese a que estaban establecidas en los manuales, no se cumplían en la práctica.