El Cabildo Indígena Nutabe Vereda la Auroa dice que la empresa nunca habló con ellos para hacer el traslado de los restos del cementerio del corregimiento Orobajo, en Sabanalarga, Antioquia. La empresa asegura que contó con el apoyo de la comunidad y las autoridades.
El Cabildo Indígena Nutabe Vereda la Aurora denunció que EPM, mediante el traslado del cementerio indígena del corregimiento Orobajo, en Sabanalarga, profanó las tumbas de sus ancestros y seres queridos.
Las obras, que iniciaron a finales de 2017, reubicaron a las familias de la vereda Orobajo (municipio de Sabanalarga), el corregimiento de Barbacoas (municipio de Peque) y un sector del poblado La Fortuna (municipio de Buriticá), y con ello los campos santos de estos sitios para cumplir con las obras que requiere el proyecto Hidroeléctrico Ituango.
EPM expresó que para realizar la exhumación y el traslado de los cuerpos sepultados en los cementerios de estas localidades se tuvo una concertación previa con los habitantes y que se procedió con respeto, rigor científico y técnico durante la exhumación y el traslado de los cuerpos hallados.
“La comunidad ha sido consultada desde el principio. Todo lo que se ha hecho ha sido compartido, socializado y consensuado. El propio traslado de los cementerios fue una solicitud de la comunidad”, comentó Luis Javier Vélez Duque, vicepresidente de Proyectos de Generación de Energía de EPM.
Sin embargo, Víctor Manuel Rodríguez Sánchez, gobernador Mayor de la Comunidad Nutabe, manifestó que la empresa nunca habló con el Cabildo Indígena de la Vereda la Aurora, a quien desde el 2 de diciembre de 2017 le corresponde la jurisdicción del corregimiento Orobajo.
“Ellos no socializaron con la comunidad indígena, que era con quienes debieron haber hablado al ser el territorio y el cementerio parte indígena y lo que realizaron no fue una exhumación sino que se trató de una profanación de las tumbas de nuestros seres queridos”, aseveró Rodríguez.
El Cabildo le reclama a EPM la forma en que se realizaron los procedimientos del traslado, pues de acuerdo con las creencias y cosmogonías propias del pueblo indígena se debió haber hecho una reunión con todos los familiares de las personas enterradas en estos sitios para luego efectuar un ritual mediante medicinas sagradas como el Yagé y el Mambeo, así como tener la presencia de algunos Jaibaná, que para la tradición aborigen son quienes tienen la capacidad de hablar con los espíritus.
De acuerdo con Timisay Monsalve Vargas, antropóloga investigadora de la Universidad de Antioquia, fruto de los trabajos de exhumación se han hallado cerca de 324 restos óseos, superando el estimado de 210 que se tenía presupuestado.
La investigadora comentó que el proceso que se realiza en estos cementerios es diferente a los de los campos santos convencionales debido a la forma en que se encontraban enterrados los restos, unos incluso separados por menos de un metro de otros dentro de la misma fosa. "Tienen un proceso de inhumación distintos y procesos de entierro distintos", explicó Monsalve.
“EPM no tuvo en cuenta nada y pasó por encima de esta cosmogonía, de esta cosmología. De manera directa han vulnerado los derechos de la comunidad indígena Nutabe tanto en lo material como en lo espiritual”, recalcó Rodríguez, quien considera el hecho como una humillación para su comunidad y creencias.
La empresa confirmó no obstante este lunes que el traslado de los cementerios y la disposición de los restos se dio de acuerdo con la voluntad de las familias y tras contar con el visto bueno de las autoridades locales, la Fiscalía General de la Nación y la Diócesis de Santa Rosa de Osos.
Por su parte, la comunidad indígena ha instaurado en el último tiempo derechos de petición ante las autoridades para que se les respete los derechos como territorio indígena, pero sostienen que no han recibido respuestas al respecto.
Tanto la empresa como los investigadores de la Universidad Nacional y la Universidad de Antioquia indicaron que luego del proceso de exhumación se harán estudios para determinar edad e indentidad de los restos, para luego ser devueltos a sus familias y enterrados en los lugares donde ellos pidan, donde posteriormente tendrán una ceremonia religiosa.