Todos los colombianos tenemos derecho a saber quién vendió armas a los guerrilleros colombianos y cuál fue el costo de esas compras
Es imperdonable que el Gobierno colombiano no haya investigado que algún o algunos países permitan que se fabriquen armas y que les sean vendidas a las guerrillas colombianas en una cantidad colosal, origen de la muerte de miles y miles de personas.
Se dan dos posibilidades: la una es que altos gobiernos de algunos países fabriquen las armas o también que se permita que personas particulares fabriquen armas que terminan en manos de guerrilleros de las Farc o del Eln, entidades que tienen que haber acumulado inmensos capitales con el narcotráfico o con el secuestro.
Las armas pueden ser fabricadas por gobiernos o por particulares que tienen que ser conocidos y controlados por altos gobiernos. Pero ninguna autoridad gobernante debería tolerar que se vendan grandes cantidades de armamentos a grupos guerrilleros. Los gobiernos deberían controlar el destino final de las armas que producen.
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El costo económico de las compras de armas para los guerrilleros colombianos tiene que haber sido colosal, tema que debería haber sido controlado por nuestro Gobierno. Este asunto es gravísimo pues gracias al secuestro y al narcotráfico las guerrillas recogen cantidades de dinero que no tiene ningún control por nuestras altas autoridades.
Nuestra excelente Ministra de Relaciones Exteriores debería haber planteado estos problemas mundialmente para que ningún país permita vender armas a grupos irregulares que consiguen el dinero con el narcotráfico o con los secuestros. En resumen, todos los colombianos tenemos derecho a saber quién vendió armas a los guerrilleros colombianos y cuál fue el costo de esas compras y cómo obtuvieron los guerrilleros el dinero. Todo lo anterior debe ser investigado por el Gobierno para que ni en Colombia ni en el mundo entero ocurran asuntos espantosos como lo que ha ocurrido en nuestra patria.