Para que de verdad las mujeres y los hombres sientan que ningún ámbito les está vetado por su condición de mujer o de hombre, hay que “hacer campaña” en determinadas áreas, para que quede bien claro que quien quiere puede.
1. Los cambios expresivos
Se cree que el idioma cambia la sociedad. La verdad es que son los cambios en nuestro idioma los que modificarán la realidad que este designa.
Ferdinand de Saussure en su libro Curso de lingüística general, nos advirtió que todo signo lingüístico consta de dos partes: un significante que es la palabra en sí, y un significado que es el concepto asociado al término. Esta relación es la que hace posible la comunicación y la que efectúa los cambios, la que une a los seres humanos o la que los separa y divide.
2. Palabra y realidad.
Dice la RAE: “Pronunciamos la palabra perro: quien escucha, puede pensar en una raza de perros, o visualizar su propio perro, u otro cualquiera…. Para que la comunicación sea exitosa, es necesario que todos imaginemos un perro. Pero, en definitiva, la imagen mental, el significado que asociamos a las palabras, depende de nosotros, de nuestro tiempo, de la época en que vivimos y de nuestras propias vivencias”.
Se ha dicho que el estudio de circunstancias como el conocimiento del mundo y el contexto social y cultural, afecta la comunicación; la llamada pragmática, analiza la construcción de las expresiones y los significados y la importancia que tienen en la comunicación real y cotidiana; cuando pronunciamos vocablos como: albañil, piloto, enfermera, camarera, etc., podemos visualizar hombres y mujeres, y para ello no hace falta una terminación especial del vocablo para cada género; lo más necesario es un contexto real en el que efectivamente existan mujeres y hombres ejerciendo esas profesiones. Lo que se necesita es un referente activo.
Y, agregan las autoridades lingüísticas que para que ese referente llegue a ser realidad, es decir, para que de verdad las mujeres y los hombres sientan que ningún ámbito les está vetado por su condición de mujer o de hombre, hay que “hacer campaña” en determinadas áreas, para que quede bien claro que quien quiere puede.
Darles difusión a estas iniciativas, apoyarlas con nuestro uso de la lengua es necesario, ya que el lenguaje ayuda a construir nuestro pensamiento y a entender y a compartir el mundo.
3. Ausencia e invisibilidad
Ausencia no equivale a invisibilidad: la ausencia, por ejemplo, de un vocablo o de una forma plenamente femenina no conlleva necesariamente la invisibilidad de la mujer. Para que la realidad sea más inclusiva, el lenguaje es una de las herramientas más eficaces para ello, porque “nombrar es siempre uno de los primeros pasos, y lo es precisamente porque posibilita el reconocimiento que está en la base misma de la existencia”.
Pero, un lenguaje para lo masculino y otro para lo femenino empobrece el idioma.
4. El español pertenece a los hablantes (Fundéu)
Los lenguajes pertenecen a quienes los hablan. La lengua es también un espacio simbólico de poder. En este presente existen numerosos ejemplos en los que algunas ideologías o tendencias de moda, han querido apropiarse de algunos vocablos y expresiones para que solo nombren lo que ellas pretenden, y tengamos que aceptar que son la única y acertada manera inamovible de llamar las cosas.
Las mismas lenguas que sirven para entendernos, sirven para ofendernos. No permitamos que ese poder, beneficiado con las disputas entre los grupos, los colectivos, nos convierta en extraños. Nuestra lengua no debe ser instrumento de polarización y, menos aún, un arma de combate y de separación entre hombres y mujeres; de distanciamientos, rivalidades, competiciones malsanas, discordias y envidias.
5. Corrijamos las faltas lingüísticas y de lógica.
Algunos de los desaciertos expresivos, recogidos de revistas, periódicos, propagandas, etc. son los siguientes. ¿Cómo expresaría las ideas, usted, amigo lector?
1. “No es la contaminación la que está dañando el ambiente. Son las impurezas que hay en nuestro aire y en nuestra agua las que lo están haciendo”.
2. “Fumar mata, y si te mueres, pierdes una parte importante de tu vida”.
3 “La tranquilidad es el mayor atractivo para vivir tranquilamente en este barrio”.
4. “Invitamos a la rumba que estará amenizada por una banda de mujeres, es decir, femenina”.
5. “Tarea: realizar un juego lúdico”.
6. Digamos:
--Parquin en lugar del incorrecto “parking”.
--Nobel, con acento en la última sílaba, en lugar de Nobel con acento en la primera sílaba. No se le marca tilde por ser un vocablo agudo que NO termina ni ENE, ni en ESE, ni en VOCAL.
--Iniquidad para expresar también, injusticia y maldad.
--Inequidad para expresar desigualdad (falta de igualdad).
(Solo una letra separa los dos vocablos: inIquidad, inEquidad).