El reciente e histórico título del Atlético Huila en la Copa Libertadores femenina, celebrada en Brasil, es una muestra más del talento y potencial que predomina en nuestro país.

Por primera vez en la historia, el fútbol colombiano obtiene el trofeo de campeón del prestigioso certamen continental, que a lo largo de su recorrido ha sido ampliamente dominado por los equipos brasileños, la mayor potencia de la región.

El mejor antecedente en este certamen para el balompié cafetero había sido en 2013, cuando el elenco antioqueño Formas Íntimas cayó en la final ante el brasileño Sao José. El onceno opita dejó escrito su nombre en el libro histórico del torneo, tras vencer en la final, por la vía de los penaltis, a las anfitrionas del Santos.

Otro logro más del balompié femenino de nuestro país, que pese a que no cuenta con una estructura sólida, ni con el masivo apoyo de la empresa privada, sigue sumando conquistas y demostrando jerarquía y sobre todo, potencial.

De la mano del entrenador Albeiro Erazo, Huila selló la mejor actuación de un club colombiano en el plano internacional. Un hito que se une a los logros conseguido por la selección Colombia, en todas las categorías, que ya acumula participaciones en Juegos Olímpicos, Campeonato Mundial, tanto en Mayores como en sub-17 y sub-19, sumado a dos subtítulos de la Copa América y una medalla de plata en los Juegos Panamericanos.

Logros obtenidos con las uñas, con el esfuerzo y la pasión de un puñado de jugadoras que en su momento partieron en silencio hacia las competencias mencionadas y regresaron con la satisfacción de posicionar a Colombia en la élite, con escasa atención del público futbolero.

“Pienso que la falta de apoyo hacia el fútbol femenino es un tema de publicidad. Es un fútbol que apenas está comenzando, apenas se está comenzando a posicionar, en algunas partes del mundo, sobre todo en Sudamérica, es difícil, no hay la afluencia de público como se ve en el fútbol masculino. Tiene que ver más con la parte económica, pero es el fútbol femenino de Colombia es vistoso, agradable, con jugadoras técnicas, de jerarquía, y la prueba está en el crecimiento que ha tenido, tanto a nivel de clubes como de selección”, le dijo a EL MUNDO el orientador desde Brasil.

En 2017 y 2018 se celebraron los primeros torneos de fútbol profesional en Colombia. Y aunque desde el punto de vista deportivo se vio un certamen cargado de emociones, de goles y equipos fuertes, la aceptación no fue la esperada y aunque hasta hace pocos días estuvo en duda la realización de la liga el próximo año, finalmente en la Asamblea de la Dimayor celebrada días atrás quedó consignado que el torneo se jugará.

“La Asamblea decidió realizar la Liga Femenina Águila 2019, de carácter obligatorio para los clubes participantes en campeonatos organizados por Conmebol. La Dimayor dejó abierta la posibilidad para que los clubes restantes manifiesten su voluntad de participar en dicha liga a más tardar el 11 de diciembre de 2018”, consta en el acta de la reunión.

“Si se va a hacer la liga femenina será una oportunidad para todas las chicas que sueñan con una profesión y darle valor a su vida profesional deportiva. La victoria del Atlético Huila en la Copa Libertadores tiene que hacer eco en la cabeza de nuestros dirigentes”, aseguró el profe Erazo.

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“No peleamos por contratos sino por buenos tratos”

Liliana Zapata, presidenta del club Formas Íntimas y doliente del balompié femenino desde hace varios años, especificó que todos y cada uno de los actores de esta actividad deben poner de su parte, en pro de encontrar un punto de equilibrio, que permita la expansión y el crecimiento de la liga profesional femenina: “Todas las partes implicadas tienen razón en cuanto a su descontento por los resultados de la liga de 2017 y la de 2018. Los directivos, porque se trata de una inversión muy grande, sin retorno; las jugadoras, porque no se puede llamar profesional a un torneo que dura apenas tres meses, el 95% de las jugadoras que disputaron el torneo de este año se encuentran desempleadas y sin ningún ingreso; y los patrocinadores también tienen razón, porque quizás quisieran tener una mayor exposición de sus productos. La solución la debemos encontrar entre todos, unidos, por el mismo lado, si cada uno va a pensar desde su punto de vista los resultados serán peores que en 2017 y 2018, porque en realidad muy pocas personas conocen la realidad del fútbol femenino”, aseguró la directiva, cuyo club tiene un convenio con Envigado FC para la liga femenina.

“Hemos hecho cosas muy grandes desde las categorías menores, en los clubes, es hora que nos pongan atención, es necesario que se hagan torneos en todas las categorías, tenemos el baby fútbol como base para que las niñas inicien su proceso deportivo, hay que apoyar, es un momento importante para afianzar nuestro futbol, porque vamos por buen camino y es el momento de soñar en grande. Es un tema de procesos, de costos, de conciliación, de hacer acuerdos entre equipos profesionales y aficionados. Más que buenos contratos, merecemos buenos tratos, por parte de todos”, insistió Liliana Zapata.