Estaremos evaluando los resultados y qué tan acertados resultaron los pronósticos de opinadores y encuestadores.
Hoy deciden, municipios y departamentos, las personas que han de dirigir localidades y regiones en los próximos cuatro años. Son pues decisiones trascendentales para las personas, pues se trata de las autoridades más cercanas.
En la ciudad de Medellín nos espera una votación muy cerrada, aparentemente y, según las encuestas, entre los doctores Alfredo Ramos y Daniel Quintero. Todo hace concluir que el candidato que se vendió como la continuidad de la actual Administración, no logrará su objetivo. Medellín ha sido de resultados imprevistos en los últimos años. Las encuestas, casi todas, han fallado. La Ciudad vota atendiendo programas y no por maquinarias o preferencias políticas. El pronóstico pues, en esta capital, es de difícil predicción.
La campaña negra desatada contra Daniel Quintero le ha generado mucha solidaridad y simpatía en varios sectores de la sociedad, especialmente en la juventud y en la población de clase media. Imposible predecir qué tanto servirá esa actitud ciudadana de rechazo a tan ruines actuaciones para lograr, finalmente, el triunfo. La inversión en esa campaña de desprestigio contra Quintero debió de ser costosa y seguramente resultará inoficiosa. Los equipos o los dirigentes políticos que acuden a estas prácticas tienen que entender que tarde que temprano los ciudadanos comprenderán que, así como hacen campaña seguramente gobernarán, lo que los convertirá en poco confiables para el votante.
En la Gobernación de Antioquia el nombre de Aníbal Gaviria siempre ha figurado en los primeros lugares de las encuestas, bien se traten de encuestas realizadas para Gobernación en Medellín, Valle de Aburrá o todo el departamento. En algunas figuraba un buen número de indecisos o votantes en blanco. La verdad se percibe en el ambiente la seguridad del triunfo de Gaviria. Una opción que no se puede descartar es la de Andrés Guerra, quien igualmente ha figurado en todas las mediciones de opinión en el segundo lugar. Un repunte de última hora del doctor Guerra Hoyos, se ve difícil, más cuando no se han presentado circunstancias que hagan cambiar la intención de los ciudadanos. Los demás candidatos a la Gobernación son más promesas serias que realidades.
Diría que algunas de esas promesas del futuro, durante esta campaña, dedicaron más esfuerzos en atacar a Aníbal Gaviria que en exponer y defender sus propuestas de gobierno. Todo indica que esa estrategia no les dio resultado y que más bien produjeron un efecto contrario, crecer a quien atacaban. En medio de los debates, se notó el esfuerzo de varios candidatos por acomodar una pulla contra Gaviria, en vez de redondear una idea para venderle a la televidente. Creo que fueron desafortunados en sus propósitos.
Mañana estaremos evaluando los resultados y qué tan acertados resultaron los pronósticos de opinadores y encuestadores.