Dos volcanes (y un laberinto) es el homenaje del bailarín y coreógrafo Álvaro Restrepo a dos escritores que admira: Álvaro Mutis y Gabriel García Márquez, un montaje que El Colegio del Cuerpo presentó en el Festival Gabo de Medellín.
Artistas del cuerpo, quienes con sus danzas ilustran momentos y situaciones que hacen parte de la historia colombiana, a su alrededor una mezcla de objetos y figuras llenas de representación, las cuales permiten el diseño del escenario como un laberinto, en el cual transcurre la dramaturgia, la danza, el teatro, la acción.
Se trató del preestreno, en el Festival Gabo 2019, de la nueva obra del repertorio de El Colegio del Cuerpo, Dos volcanes (y un laberinto), interpretado por los artistas que integran el núcleo profesional de Cuerpo de Indias, compañía de danza y teatro cartagenera.
Las funciones, que se realizaron en el teatro Mamm (Museo de Arte Moderno), los días 1 y 2 de octubre, fueron llamadas por Álvaro Restrepo, su director, como “el preestreno del preestreno”, haciendo referencia a que Medellín sirvió de laboratorio para medir las impresiones del público ante esta nueva producción artística de la compañía.
Cabe contar, el estreno ocurrirá este viernes, 4 de octubre, a las 7:00 p.m., en el Centro de Formación de la Cooperación Española, Centro Histórico de Cartagena de Indias. Luego emprenderá una gira de exhibición por diferentes lugares del país.
En el desglose conceptual, Dos volcanes (y un laberinto) es un homenaje al arte escrito por Gabriel García Márquez y Álvaro Mutis, un par de amigos, ambos decían ser hermanos, dos ilustres personajes desde quienes se permite conocer de la historia colombiana, precisamente en este 2019, el año del Bicentenario de la Independencia nacional.
El director, bailarín y coreógrafo, hizo énfasis en que al escribir la obra no realizó adaptaciones literales de los textos de Gabo y Mutis, “sólo tomé nueve momentos de ambas creaciones para ponerlos en escena”, dijo.
“Desde hace muchos años le quería rendir un homenaje a mis dos admirados escritores de los libros”, confesó, luego, Álvaro Restrepo.
En este acto artístico, desde el significado exacto de las palabras, la literatura se hace movimiento. Al comienzo, tras una secuencia de imágenes, la narración indica que los genios Gabo y Mutis representan los volcanes; a partir de sus logros, cada uno en su campo de acción específica, se muestra la patria que hicieron suya. El director precisó: “Los performances se alejan, a kilómetros, de la pretensión de ser una adaptación inocua de las hazañas de cada uno; más bien, son homenajes a ese genio creador de estas míticas leyendas”.
No obstante, desde la concepción de la misma, Álvaro Restrepo también defendió que se trata, más bien, de una “conferencia-performance”, dándole sentido al corte académico de la narración y para destacar la exhibición de las artes que posee: danza, teatro, música y letras.
Esta, también es una obra que celebra el trigésimo aniversario de la publicación de la novela El general en su laberinto, de Gabriel García Márquez, y los 41 años de El último rostro, de Álvaro Mutis.
Para crear a Dos volcanes (y un laberinto), el director se releyó tanto la obra de Gabo como la de Mutis, y narró: “Simón Bolívar salta como un héroe desilusionado, derrotado, su figura conmueve a los ‘dos volcanes’ y los conduce al laberinto”.
Para destacar, en la obra se oyen las voces de Santiago Mutis Durán, hijo de Álvaro Mutis, y de Gonzalo García Barcha, el hijo de Gabo.
“Yo veo a El rostro (según abrevió el director el nombre de la obra de Mutis) como el punto maestro de partida y al Laberinto (refiriéndose a la producción de Gabo), como un punto maestro de llegada”.
En las tablas, Álvaro Restrepo, director de eCdC (El Colegio del Cuerpo), interactúa con nueve bailarines de la Compañía.
Primero, él hace una charla introductoria; luego, da paso a sus bailarines. En su orden de aparición, Christian Mogollón, interpreta a José Palacios, quien representa la devoción; Ana María Bermúdez, una viuda, actuación ilustrada de la orfandad; Alex Patrón, con su danza interpreta tanto a la lealtad de Sucre como a la traición de Santander; Piter Velázquez, danza entre el laberinto de la soledad; Juana Galindo, entre el saber y el poder de Humboldt; Johan Gutiérrez danza como un guerrero; Gina Carrasquilla, interpreta a Manuela, una amable loca; Erick Pérez, actúa como un amante y como un bailarín, y Mauricio Suárez, con su interpretación retrata el fin del cuerpo, el cuerpo estragado.
Cada acto, ilustra a Simón Bolívar como guerrero, como amante de la soledad, como el doliente de su enfermedad o como el ilustre de un final. Igualmente, está en escena el hombre libertador y el enamorado de Manuelita.
Para El Colegio del Cuerpo, esta obra es importante para su carrera, ya que Gabo y Mutis fueron influencia para su conformación, ambos apoyaron la concepción de su arte, según palabras de su director.
El Colegio del Cuerpo (eCdC) fue fundado en 1997, en Cartagena de Indias, por los bailarines, coreógrafos y pedagogos Álvaro Restrepo (Colombia) y Marie France Delieuvin (Francia).
Es un espacio creado para niños, jóvenes y público en general donde encuentran la oportunidad de acercarse a la dimensión expresiva y artística del cuerpo humano, a través de la danza contemporánea.
eCdC es un espacio cultural y educativo que ofrece la oportunidad de construir una nueva ética del cuerpo humano, conectada a una búsqueda estética y artística; simultáneamente asociado con cuestiones culturales, sociales, políticas y económicas contemporáneas.
En su historia, aproximadamente 8.100 niños y jóvenes han participado en los programas de la institución, la gran mayoría de ellos reciben una formación libre, debido a sus escasos recursos en condiciones de vida.