Historias contadas en imágenes se conocerán en el Festival Gabo

Autor: Luisa Fernanda Sierra García
24 septiembre de 2017 - 02:00 PM

Con su exposición ‘Transputamierda’, el fotoperiodista manizaleño Federico Ríos será uno de los invitados a la quinta edición del Festival Gabo, el cual se realizará este año del 28 al 30 de septiembre en el Orquideorama del Jardín Botánico de Medellín y tendrá como uno de los ejes centrales las historias por medio de la fotografía.

Medellín

Con una amplia oferta de talleres, conferencias, charlas y encuentros se realizará entre el 28 y 30 de septiembre la quinta versión del Festival Gabo, espacio dispuesto para periodistas y ciudadanos en el que se rendirá homenaje a finalistas y ganadores del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo, con actividades gratuitas que incentivarán a compartir, aprender y celebrar las mejores historias de Iberoamérica.

Para esta edición, el tema protagonista será el fotoperiodismo, el cómo lograr contar historias por medio de imágenes y retratar temas sociales como la migración, las guerras, las dificultades en las diferentes comunidades y la vida cotidiana. 

Por ello, será toda una semana de actividades, entre el 25 y 30 de septiembre, de reporterismo gráfico, que estará guiada por reconocidos invitados de países como Argentina, Cuba, Perú y Colombia, quienes impartirán su conocimiento y técnica a los asistentes al Festival.

Jaime Abello Banfi, director del también llamado Premio GGM, precisó: “Yo creo que el reporterismo gráfico tiene virtudes fundamentales, la primera es que se está convirtiendo en un lenguaje predominante para la comunicación periodística, las imágenes en la actualidad dominan las redes y vemos que la manera en la que se sintetiza la información es con una imagen y un pequeño texto, también sabemos que son quienes están en la primera línea de la noticia”. 

De la misma manera, Abello Banfi explicó que el poder del fotoperiodismo radica ahora en la búsqueda de proyectos y de plasmar realidades, de viajar a sitios recónditos y retratar su cotidianidad. 

Por esto, Federico Ríos, con más 10 años de trayectoria en el fotoperiodismo y quien ha logrado que su trabajo sea publicado en medios internacionales como The New York Times, Stern, El País, El Universal y la revista Time, entre otros, será uno de los platos fuertes del encuentro periodístico. 

Capturar realidades 

Viajes a los lugares más recónditos de Colombia le han permitido a Federico Ríos trabajar con las realidades de las comunidades más alejadas del país. Imágenes que han llegado hasta el exterior para contar historias de personas que se la juegan cada día por subsistir. 

Así lo hizo con su serie ‘Transputamierda’, la cual habla del abandono de la Colombia rural y la travesía que viven a diario sus habitantes para llegar a los centros urbanos. 
Publicado en su cuenta de Instagram, @historiassencillas, el proyecto reúne dos conceptos: “trans”, el sufijo que suele preceder a las grandes empresas de transporte, y “puta mierda”, que en Colombia equivaldría a un lugar remoto.

La exposición, que los visitantes al Jardín Botánico pueden apreciar desde el pasado miércoles 20 de septiembre, será punto de conversación entre Ríos y el curador Germán Rey durante el Festival de Gabo, el próximo jueves 28 de septiembre a las 4:00 p.m., para que posteriormente el público pueda embarcarse en una visita guiada junto al fotógrafo. 

El fotoperiodista habló con EL MUNDO sobre su participación en el Festival, lo que significa y cómo ve en la actualidad el estado de su labor en el país.

¿Qué significa para usted que su proyecto sea expuesto en el Festival de Gabo?

Yo me siento muy honrado y estoy tanto feliz como agradecido con toda la organización del Festival.
Es un espacio increíble en el que han expuesto fotógrafos amigos, pero también maestros como Mauricio Lima, con los que además he tenido la fortuna de trabajar. Para mí es un espacio de reunión del periodismo latinoamericano en diferentes modos de lenguaje: radio, televisión, prensa, fotografía, multimedia e innovación tecnológica. 

¿Cómo surgió ‘Transputamierda’?

Es un proyecto que vengo desarrollando hace algunos años y en el que trabajo acerca de las divisiones en Colombia.
Hablo de cómo recorrer el territorio y cómo ver la cotidianidad de los campesinos que habitan Colombia, sobre cómo tienen que luchar ellos contra un montón de condiciones adversas para llegar a un sitio determinado. 

Es la cotidianidad de una señora que desde Turbo tiene que tomar un bote para llegar a Quibdó y poder registrar a su hijo recién nacido. La cotidianidad de alguien que tiene que tomar el río San Juan en un trayecto de 9 o 10 horas para poder ir a un hospital. Hasta la realidad de una profesora que tiene que tomar una mula tres días para llegar a dar clases o salir de donde da clases a un centro urbano. 

¿Qué lo incentivó a retratar Colombia?

Tenemos un país fragmentado por la geografía, porque no hay vías, fragmentado porque tenemos unas trochas terribles, entonces siento que para poder hablar del país es muy importante romper barreras y esas empiezan justamente por el territorio.

Este en realidad es un país pequeño, pero recorrerlo cuesta un montón de tiempo, esfuerzo y muchas veces también mucho dinero; hay momentos en lo que no importa cuánto dinero tengas, porque hay sitios para los que tienes que tomar una mula dos días y ahí es cuando no importa si eres el más rico o el más pobre, la mula se demorará lo mismo. 

Siento que ‘Transputamierda’ habla justo de eso, de los tránsitos, de los recorridos, de las formas de ir del punto A al punto B y de que Colombia no es Medellín, Calí, Bogotá, Cartagena o Barranquilla, sino que hay mucho más allá con un sinfín de territorios rurales inexplorados y difíciles de alcanzar, que están casi olvidados porque diseñamos un país para lo urbano.

 Es un jalón de orejas al gobierno o un llamado, necesitamos vías, necesitamos comunicarnos, necesitamos fluir, por eso es importante algo de esfuerzo y de mano del Estado, pero también de los ciudadanos para reconocernos entre nosotros y así lograr reconocer estos otros lugares. 

¿Qué le han dejado los viajes a esas zonas rurales?

He tenido la ventaja, la fortuna o la accidental coincidencia de recorrer, de andar, ya sea en canoa, en moto, en jet, en burro a pie, en bicicleta o en parapente, he llegado a sitios a los que nunca pensé llegar, pero el estar en estos lugares me ha abierto los ojos a una cantidad de gente maravillosa, amable, generosa, noble y a una cantidad de experiencias que siempre me invitan a decirle a los demás: “Venga que acá hay un país que lo quiere conocer”, porque hay mucha gente afuera que está esperando por nosotros. 

Lea también: El Premio Gabo anuncia sus doce trabajos finalistas

¿Cuál es el estado actual del fotoperiodismo colombiano?

De repente hay dos niveles diferentes de lectura para la misma situación, por un lado veo que es algo crítico, porque en la mayoría de los medios a los que llamas nunca tienen dinero para pagar, nunca tienen una propuesta que apoyar y esto, bueno, es una pasión, algo que uno disfruta y sufre de la manera más visceral, pero también es un trabajo y hay que comer y conozco fotógrafos increíblemente talentosos que no están teniendo el apoyo necesario. 

Es muy paradójico, porque los fotoperiodistas colombianos son muy respetados afuera. Por ejemplo, este año seis colombianos han publicado su trabajo en el New York Times y eso es muy importante, pero esos mismos trabajos los editores de este país los han rechazado, con esos mismos proyectos los medios nacionales han dicho: “está muy bonito pero no tengo plata”. No podemos convertir el fotoperiodismo en un ejercicio de mendicidad o en un hobby, lo que no es, porque es una profesión real que se sufre y se suda. 

En Colombia está duro ya que los medios no están aportando el dinero suficiente y lo que esos mismos medios no ven es que si dejan de invertir los espacios de semilleros, talleres o debates se van a acabar y los fotoperiodistas cada vez estaremos más llamados a publicar afuera. 

Yo personalmente he tenido temas que me hubiera encantado publicar en Colombia, más que en cualquier lado, no por asunto de dinero sino por responsabilidad periodística, pero me dieron la espalda y de repente medios internacionales estuvieron mucho más interesados en publicarlos. 

¿Para usted qué hay que reconsiderar en los medios?

Las estrategias para mejorar están en los medios, no en los fotógrafos. Hay una cantidad de nuevos fotoperiodistas sumamente talentosos y muchas veces lo que hacen es dejar su trabajo tirado porque no se lo publican y eso no está bien. 

Un medio que no entiende que hay que pagar por la calidad informativa es un medio que perdió, es un medio que mañana no va a poder cobrar por lo que produce y esa es la idea, generar pauta, entonces nos damos cuenta que en el mundo los medios que más o menos están sobreviviendo a toda esta crisis son los que optan publicar material de calidad, son los medios que aún mantienen su cuota de pauta, pero esos son temas internos de cada medio. 

No hay duda que un medio que ofrece reportaje gráfico de calidad es un medio que con certeza va a tener como retorno o pauta o espectadores que compran su proyecto. Pero en el fotoperiodismo colombiano actual o vendes afuera o te mueres de hambre. 

¿Conoce a los otros fotoperiodistas que estarán en el Festival?

Este año el ‘combo’ de fotoperiodistas va a estar bien interesante, viene Rodrigo Abd, quien es un gran maestro, además de un gran amigo; viene Gihan Tubbeh, quien ganó el World Press Photo hace un par de años, y también tendremos a Lisette Poole, quien para mí será el proyecto que más nos va a descrestar el año entrante con su serie de migrantes. 
Es muy relevante porque tendremos una parrilla en la que hay dos hombres y dos mujeres para que se den las cosas niveladas con lo de la problemática de igualdad y equidad en el medio. 
 

Los otros fotoperiodistas invitados 

Los cuatro fotoperiodistas invitados al Festival Gabo han logrado capturar, desde una mirada íntima, realidades de la coyuntura informativa y de la vida cotidiana de algunas comunidades: desde la travesía de la migración cubana hasta la guerra en Medio Oriente.

Gihan Tubbeh (Perú)

Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Lima y Fotografía en el Centro de la Imagen de Lima. 
La serie fotográfica con la que se dio a conocer fue Adrián, un niño autista de 13 años, con la cual ganó  en la categoría Daily Life (Vida diaria) del World Press Photo 2010.
“He tenido siempre una inclinación a los temas de exclusión social por eso me llamó mucho la atención el tema del autismo, y es algo de lo que no se habla mucho en mi país y me vi en la necesidad de retratarlo”, precisó Gihan Tubbeh.

Rodrigo Abd (Argentina)

Empezó su carrera como fotógrafo en los diarios nacionales La Razón (1999-2000) y La Nación (2000-2003). Luego se radicó en Guatemala para unirse al equipo de fotógrafos de The Associated Press (AP). Desde 2012 vive y trabaja en Lima, Perú.
Sus coberturas periodísticas incluyen el posconflicto en Guatemala, el golpe de Estado en Honduras en 2009, el terremoto en Haití en 2010; el proceso bolivariano en Venezuela; la búsqueda de los familiares de desaparecidos en el altiplano peruano; la transición de las Farc hacia la paz en Colombia, entre otras. 
Asimismo, ha retratado historias en Medio Oriente: fotografió la Primavera Árabe en Libia y la guerra civil en Siria, cobertura que le valió en 2013 el Premio Pulitzer junto a otros cuatro colegas de AP. Ha sido galardonado con el María Moors Cabot (2016), World Press Photo (2006 y 2013) y Picture of the Year International.

Lisette Poole (Cuba/Estados Unidos)

Fotoperiodista cubano-americana radicada en La Habana. Su trabajo ha sido publicado en medios como Time, The New York Times, The Atlantic y Espn. Su trabajo en Cuba se enfocó en la resiliencia y la belleza, alejado de la narrativa tradicional de la isla.
Recientemente acompañó a dos mujeres que migraron desde Cuba hacia Estados Unidos atravesando 11 países. Este trabajo ha sido publicado en Estados Unidos y Europa y pronto se convertirá en un libro de la editorial Red Hook.

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