¿Qué sucede cuando este mesianismo termina por degradarse? Lo que estamos viendo ahora: la incapacidad de vivir en la democracia, de aceptar su fracaso, conduce a la negación del derecho de los otros a discrepar.
¿Cuál es la diferencia entre el fascismo mussoliniano y el nazismo de Hitler? ¿Cuál es la diferencia entre el leninismo y el desviacionismo de Tito? ¿Cuál era la diferencia entre el comunismo de Mao en China y el comunismo de Albania? ¿Por qué el PC italiano de Toglatti se separó de la línea Moscú y derivó hacia un comunismo que bajo la dirigencia de Enrico Berlinguer aceptó la crisis de sus postulados y desapareció? ¿Cuál fue la diferencia entre la Falange de José Antonio Primo de Rivera y el franquismo de los grandes empresarios? ¿Por qué ningún politólogo colombiano recuerda el enfrentamiento entre Stalin y Trotsky y se refiere a los seis millones de personas que Stalin dejó morir de hambre en Ucrania? El titular de un periódico capitalino informó que artistas, intelectuales, profesores de izquierda declarados enemigos de Uribe desfilarían pidiendo la condena de éste ya que lo señalan como el único culpable de la violencia y atraso del país. Curiosamente no aparecieron y no se conoce hasta el momento ninguna declaración respaldada por sus firmas ya que en Colombia las llamadas clases cultas serían simpatizantes de izquierda considerando intimidatoriamente que quien no los respalde –así de simple- es un uribista: negar la existencia necesaria de la “Derecha” nos lleva a pensar lo que hubiera sido de la democracia en Francia sin Maritain, Gide, Mauriac, Malraux, Aron , si en España no hubieran estado presentes Ortega y Gasset, Unamuno, Zubiri, María Zambrano, Aranguren. ¿Cuáles son en Colombia los pensadores marxistas de relieve? Cuando el hombre de acción se impone sobre el pensador(a) no puede haber racionalidad –Marx- sino aventurerismo y nunca prosperará una condena a la violencia. ¿Podemos calificar como pensamiento de izquierda ese desborde de emocionalistas primarios que ni siquiera han leído a Laclau? Como lo está poniendo de presente la presencia de las Farc de Romaña y Gentil Duarte en el Ecuador de Guacho un nuevo modelo de barbarie se ha puesto en marcha utilizando una imagen demagógica del indígena. Explíquenme entonces ilustres politólogos Cualquier colectividad política sufre crisis a través del tiempo tal como ha sucedido con la izquierda europea ¿Por qué en Colombia se niega la difusa, ambigua izquierda a aceptar que las ha sufrido y las sufren? ¿No hubo momentos en que el M19 y las Farc tuvieron sangrientos enfrentamientos por sus diferencias ideológicas? Los llamados Frentes Populares, alianzas entre facciones de la izquierda comunista fueron como en Francia o Italia circunstanciales y ante ese intento despótico y populista siempre se dio la abierta respuesta del pensamiento democrático. Porque la realidad diaria del trabajo político es la que impide que se caiga en el totalitarismo, la que condena cualquier respuesta emocional. Este fanatismo llevó a purgas y fusilamientos de antiguos compañeros, luego de caricaturescos “juicios” del Eln y el Epl, de las Farc. Pero recordemos que es en este punto donde una mentalidad civilizada se opone radicalmente a todo tipo de crueldad. ¿Qué sucede cuando este mesianismo termina por degradarse? Lo que estamos viendo ahora: la incapacidad de vivir en la democracia, de aceptar su fracaso, conduce a la negación del derecho de los otros a discrepar. O sea que al desaparecer los contenidos que justificaron políticamente los conceptos de Derecha o Izquierda como lo analiza Bobbio, estos deben ser replanteados radicalmente: ¿No hemos visto alarmados la muerte del Partido Conservador y del Partido Liberal en manos de ineptos dirigentes? ¿No traicionó la llamada clase política su tarea de defender una democracia en peligro? ¿No es hoy el fundamentalismo del Eln una manifestación de ultraderechas fascistas con su recurso al terrorismo, su odio a la población civil? No voy a preferir por irracional ignorancia a que el embozado izquierdismo que no ha renunciado a ninguna combinación de formas de lucha continúe tratando de desestabilizar la democracia. Acostumbrado a enfrentar desde hace muchos años el atropello de estos bárbaros disfrazados de intelectuales “progresistas” sólo puedo recordar aquel consejo del gran Manuel Azaña: “Con la edad se aprende a dejar en paz a los imbéciles”.