Artes plásticas en Medellín

El auge económico que tuvo Medellín en los siglos diecinueve y veinte se reflejó también en el desarrollo de las artes en la ciudad.

En la segunda mitad del siglo diecinueve, la familia Palomino conformó un taller colectivo de pintura en Medellín y una escuela para pintores, dedicados a retratos y pintura religiosa, que eran los temas preferidos por la sociedad de la época. Los miembros más destacados fueron Buenaventura Palomino, el padre, y los hijos Leopoldo, Ángel María y Jesús María Palomino.

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En 1892, 1893 y 1903 se celebraron en Medellín las primeras exposiciones de pintura y escultura, en las cuales los artistas locales expusieron sus trabajos. En esas muestras se destacaron Francisco Antonio Cano, Marco Tobón Mejía, Samuel Velásquez, Horacio Rodríguez, Inés Jaramillo, entre otros.

Francisco Antonio Cano, nacido en Yarumal, se estableció en Medellín y luego en Bogotá, donde abrió sendos talleres y escuelas de arte. Gracias a una beca del Congreso y al apoyo de la sociedad medellinense, residió en Europa durante tres años, donde profundizó sus estudios y conoció las tendencias del arte de la época. La obra de Francisco Antonio Cano y de sus alumnos (y la Andrés de Santa María en Bogotá) constituyó el nacimiento de la pintura moderna en Colombia, por los nuevos temas a que se dedicaron, tales como la vida diaria, las costumbres y los paisajes, más allá de los retratos y las figuras religiosas. También fueron innovadores en las formas expresivas que utilizaron.

En la primera mitad del siglo veinte un grupo de pintores antioqueños, entre ellos Pedro Nel Gómez, Eladio Vélez, Débora Arango y Carlos Correa, dejó en su obra un legado analítico y crítico de la realidad social y política del país.

El más importante de ellos es Pedro Nel Gómez, gran pintor, escultor, muralista e ingeniero. Nació en Anorí, pueblo minero de Antioquia. Allí captó las vivencias de los barequeros y mineros, los paisajes de montañas y valles, y los mitos populares, todo lo cual sería tema importante de su obra. Se formó en la Escuela de Bellas Artes de Medellín. Durante cinco años vivió en Europa, donde se nutrió de la cultura y del arte de todos los tiempos, desde el clasicismo hasta lo contemporáneo. A su regreso se dedicó a producir una vasta obra compuesta por pinturas, esculturas y, principalmente, murales al fresco, técnica desconocida entonces en el medio. También realizó obras de urbanismo y arquitectura. Su casa de habitación en el barrio Aranjuez se convirtió en un museo que conserva y expone su obra.

A finales de la década del 60 un grupo de críticos de arte y ciudadanos de Medellín impulsaron la idea de hacer en la ciudad una exposición iberoamericana de pintura para agitar el medio artístico local, entonces muy cerrado en sus conceptos, y enfrentarlo a las nuevas tendencias. La idea tuvo eco en la principal empresa textil de la ciudad y así nació la Bienal de Arte Coltejer, que alcanzó a celebrarse en tres ocasiones, 1968, 1970 y 1972, con resultados muy positivos.

Fernando Botero, pintor y escultor nacido en Medellín, es reconocido internacionalmente por su manejo de la forma y del color, que ha concretado en su estilo personal exuberante e inconfundible. Su obra, abundante y valiosa, se ha desarrollado principalmente en México, Nueva York y varias ciudades europeas. El Museo de Antioquia en Medellín posee una importante colección de sus pinturas y esculturas, donadas por él a la ciudad.

El escultor Rodrigo Arenas Betancur, escultor nacido en Fredonia, desarrolló en Medellín, en Colombia y en el exterior, una obra escultórica monumental, rica en termas de la cultura y la historia nacionales.

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A lo largo del siglo veinte, otros artistas han enriquecido la vida cultural de Medellín, tales como: Horacio Longas, Jorge Cárdenas, Gregorio Ramírez Martínez, Francisco Claver Ramírez, Camilo Isaza, León Posada, Humberto Chaves, Alejo Santamaría, Ramón Vásquez, Francisco Madrid, Bernardo Vieco, Luis Eduardo Vieco y Germán Vieco, entre muchos otros.

Fuentes de consulta:

Londoño Vélez, Santiago. “Historia de la pintura y el grabado en Antioquia”. Editorial Universidad de Antioquia. Medellín, primera edición, septiembre de 1995.

Continuará.