La ciudad de Medellín fue golpeada por epidemias de viruela, sarampión, tosferina, disentería y gripe, entre otras. Se generaban principalmente por las deficientes condiciones sanitarias de la ciudad y los malos hábitos de higiene de la población.
La salud y la medicina en Medellín y Antioquia
En 1801 la orden religiosa hospitalaria de San Juan de Dios abrió el primer hospital en la villa de Medellín.
Poco después de 1810 empezaron a llegar a Antioquia los primeros médicos profesionales, formados en París, y en el Colegio del Rosario y en la Escuela de Medicina de la Universidad Central de Santafé de Bogotá. Sus teorías y técnicas médicas eran de origen francés. París era el centro más avanzado en medicina en esa época.
Las primeras clases de medicina en Antioquia se dictaron en el Colegio del Estado, en 1851. La apertura en 1871 de la facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia hizo realidad los intentos de varios años de la comunidad médica por crear una escuela de medicina en el estado soberano de Antioquia.
Una figura destacada en la medicina antioqueña del siglo diecinueve fue el doctor Manuel Uribe Ángel, profesor de la facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia y fundador de la Academia de Medicina de Medellín. Dejó una honda huella por su labor académica y por sus servicios a la comunidad.
Durante el siglo diecinueve y buena parte de la primera mitad del siglo veinte, la ciudad de Medellín fue golpeada por epidemias de viruela, sarampión, tosferina, disentería y gripe, entre otras. Se generaban principalmente por las deficientes condiciones sanitarias de la ciudad y los malos hábitos de higiene de la población. Por la misma razón, su control resultaba lento y difícil.
La epidemia más dura que sufrió la ciudad fue una de viruela que se extendió desde 1916 hasta 1921. La Junta Central de Higiene prohibió que los enfermos se quedaran en casa y ordenó su aislamiento en hospitales especialmente acondicionados para manejar la enfermedad. También ordenó campañas masivas de vacunación. Ambas medidas tuvieron rechazo en algunos sectores de la población.
La falta de un sistema de alcantarillado hacía que las aguas servidas corrieran por la superficie de las vías públicas, constituyendo una fuente masiva de contagio de las infecciones. Este servicio sanitario apenas empezó a construirse en 1924 y sólo en la segunda mitad del siglo veinte alcanzó un desarrollo adecuado.
El paludismo golpeó las familias que participaron en la colonización antioqueña del sur del país y los trabajadores de la construcción del ferrocarril de Antioquia. Todavía constituye un problema grave.
A principios del siglo veinte, apareció en Medellín la tuberculosis, asociada con los procesos de urbanización y de industrialización de la ciudad. Llegó a convertirse en uno de los problemas de salud más graves de Antioquia. A comienzos de la década del veinte se funda el Hospital La María para el tratamiento de los pacientes tuberculosos.
Después de la Primera Guerra Mundial, los Estados Unidos de América empezaron a tener un papel más importante en la medicina de América Latina, gracias a su enorme desarrollo en ciencia y tecnología asociadas con esa disciplina. Después de muchos debates acerca de las ventajas de la tradicional escuela francesa y la norteamericana emergente, la medicina antioqueña empezó a girar hacia la segunda en los años setenta.
Medellín cuenta con una red hospitalaria de muy alto nivel, producto de la visión y emprendimiento de su clase dirigente. Se destacan el Hospital Universitario San Vicente de Paúl, el Hospital Pablo Tobón Uribe, las clínicas Cardio Vid (anterior Clínica Cardiovascular Santa María), León XIII, Soma, Las Américas, Medellín, Las Vegas, CES, Universitaria Bolivariana, entre otras.
La Escuela Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia y la medicina social constituyen uno de los más importantes aportes de la medicina antioqueña a la medicina nacional y latinoamericana. El médico y humanista Héctor Abad Gómez jugó un papel decisivo en este logro.
El desarrollo de los trasplantes de órganos, corazón, hígado, pulmón, riñones, córnea y demás es otro logro enorme de la medicina en Medellín.
La medicina antioqueña ha alcanzado niveles científicos y humanistas reconocidos internacionalmente.
Fuentes de consulta
Miranda, Néstor. “Aspectos destacados de la medicina”. En Jorge Orlando Melo, director general. “Historia de Antioquia”. Suramericana de Seguros, Medellín, primera edición, 1988, páginas 409 a 415.
Continuará