La producción local de los artículos de consumo liberaría a Medellín y Antioquia de la necesidad de importarlos, y también abriría la posibilidad de exportar, además de productos minerales y agrícolas, bienes manufacturados.
Participación de Medellín en la colonización antioqueña
El gobierno de la república de la Gran Colombia estimuló la colonización de tierras baldías para impulsar la fundación de pueblos, el desarrollo agrícola y ganadero, y la apertura de caminos. La saturación de las tierras aprovechables en torno a los centros poblados, unida a la falta de oportunidades, fue la principal motivación para la movilización de los colonos con sus familias.
El más importante de esos procesos fue la colonización antioqueña del occidente de Colombia, que cubrió el viejo Caldas, el norte del Tolima y el norte del Valle del Cauca, y constituyó uno de los procesos de mayor impacto en el desarrollo económico y en la movilidad social en el país. Se inició desde Sonsón con don Pedro Fermín López, hacia 1825, y se extendió en distintas etapas durante casi todo el siglo diecinueve.
Igualmente, fue importante la colonización del Suroeste de Antioquia. Esta se originó por migración de pobladores de Medellín, Rionegro y Sonsón. Un primer movimiento llevó gentes de Medellín a fundar Amagá (en 1788). En una segunda etapa, con apoyo de los habitantes de Amagá y El Retiro, se fundaron Titiribí (1813) y Fredonia (1830). En una tercera fase, como resultado de la concesión de un amplio territorio a Juan Uribe, Gabriel Echeverri, y Juan y Alejo Santamaría, residentes en Medellín, se fundaron Támesis (1858), Jericó (1840), Caramanta (1836) y Valparaíso (1860). También se movilizaron familias que fundaron Concordia (1830), Betulia, Salgar (1880), Bolívar (1844) y Betania. La fundación de Andes (1852) fue dirigida por Pedro Antonio Restrepo Escobar, nativo de Medellín, con gentes de la capital de la provincia y de la región vecina.
Nacimiento de la industria en Medellín en el siglo diecinueve
La actitud emprendedora de los empresarios antioqueños movió a finales del siglo diecinueve a comerciantes y banqueros a establecer industrias manufactureras para no depender tanto del comercio internacional.
En 1888 funcionaban en Medellín y zonas vecinas pequeñas fábricas como la Ferrería Amagá, la Fundición Girardota, varias cervecerías, telares y destilerías de aguardiente. Se producían mantas, toallas, camisetas, alfombras, costales, sombreros, alpargatas, herramientas, herraduras y utensilios de cobre. En la década siguiente ya había fábricas de medias y camisetas de punto, cigarrillos, hielo. También, tejares, molinos para cacao y trilladoras de café. Si bien este parque industrial no se destacaba por su tamaño ni por su productividad, constituye la semilla de la industria en Antioquia, cuyo auge ocurriría a principios del siglo veinte, al que nos referiremos más adelante.
Los empresarios y el gobierno locales tenían claro que la producción local de los artículos de consumo liberaría a Medellín y Antioquia de la necesidad de importarlos, y también abriría la posibilidad de exportar, además de productos minerales y agrícolas, bienes manufacturados.
Continuaban las actividades artesanales de carpintería, ebanistería, zapatería, fundición, sastrería y modistería, cuyos productos eran adquiridos principalmente por las clases media y baja de la población.
En 1897 empezó operaciones la Compañía Antioqueña de Instalaciones Eléctricas con una central de generación hidroeléctrica de cincuenta kilovatios de capacidad aprovechando la caída y el caudal de la quebrada Santa Elena. Los socios eran el departamento de Antioquia, el municipio de Medellín y algunos inversionistas particulares. La llegada de la electricidad a Medellín y la rápida expansión que tuvo el sistema eléctrico de la ciudad dio impulso al surgimiento de la industria, pues permitió el uso de motores eléctricos en las fábricas. Nos referiremos con mayor detalle a esto más adelante.
Fuentes de Consulta:
Parsons, James. “La Colonización antioqueña en el occidente de Colombia”. Carlos Valencia Editores. Bogotá, tercera edición, 1979.
Molina Londoño, Luis Fernando. “La economía local en el siglo XIX”, en Jorge Orlando Melo, editor, “Historia de Medellín” dos tomos. Compañía Suramericana de Seguros, Medellín, primera edición 1996, tomo 1 páginas 201 a 213.
Continuará