Rafael Núñez declaró caducada la Constitución de 1863, hizo expedir la Constitución de 1886 que restableció el régimen centralista en el país, devolvió a la iglesia católica sus privilegios y conformó un gobierno nacionalista netamente conservador.
Política en Medellín durante la república de Colombia, 1886-1899
El régimen federal establecido en Colombia entre 1863 y principios de la década del ochenta de ese siglo, liderado por el liberalismo radical, empezó a decaer por falta de resultados en su política económica y de desarrollo. Esto abrió el camino para la llegada de Rafael Núñez, antiguo liberal y colaborador de Mosquera, a la Presidencia de la República con el apoyo del partido Conservador. Rafael Núñez declaró caducada la Constitución de 1863, hizo expedir la Constitución de 1886 que restableció el régimen centralista en el país, devolvió a la iglesia Católica sus privilegios y conformó un gobierno nacionalista netamente conservador.
La nueva Constitución Política de Colombia constituyó en su momento un cuerpo normativo muy bien estructurado. Las normas que la componen están orientadas a poner orden en la Nación y a procurar su desarrollo económico y social.
En Medellín y Antioquia el poder lo asumieron los llamados conservadores históricos, movimiento moderado disidente del nacionalismo central, que permitió la participación de los liberales en algunos cargos públicos.
En este nuevo período la prensa tuvo gran importancia. En Medellín surgieron varios periódicos, dedicados principalmente a la discusión y difusión de las ideologías políticas. Se fundaron periódicos conservadores como El Índice, La Regeneración, La Patria, La Voz de Antioquia, de Juan José Molina, y Vida Nueva, de Carlos E. Restrepo. También periódicos liberales, como El Espectador, de Fidel Cano, El Trabajo, de Rafael Uribe Uribe, y La Organización, de Libardo López.
En las dos décadas finales del siglo diecinueve el Cabildo de Medellín fue nuevamente protagonista del impulso al desarrollo de la ciudad, que empezaba a crecer más aceleradamente, tanto por el aumento normal de población como por inmigración de campesinos. Se le pone atención al suministro de agua potable y el manejo de las aguas servidas; a la apertura, prolongación y mejoramiento de las calles urbanas; a la construcción del cementerio, el matadero público, la plaza de ferias y las plazas de mercado; a la educación; a la introducción de los servicios de electricidad, alumbrado público y teléfonos, y a la asistencia social, con la creación de la Sociedad San Vicente de Paúl, el Manicomio, el Hospital San Juan de Dios y la Casa de Mendigos.
En este período republicano fue importante la gestión del abogado y militar envigadeño Marceliano Vélez Barreneche (1832-1923) quien fue gobernador de Antioquia en cinco oportunidades, en representación del partido Conservador. Se destacó como hombre cívico, demócrata y gran impulsor del desarrollo de Antioquia en obras públicas (el camino a Urabá y el puente de Occidente, entre otras), la salud y la educación.
A pesar de que la Constitución de 1886 procuraba el desarrollo y la convivencia en todo el país, en la práctica los gobiernos del régimen regenerador no consiguieron buenos resultados en esos campos. El partido Liberal solicitó reformas a la política nacional, en procura de corregir esas deficiencias. En Medellín tanto los liberales como algunos conservadores muy prestantes conformaron comités para presentar al gobierno nacional propuestas concretas. Desafortunadamente, esas voces no fueron escuchadas, lo cual condujo a las guerras civiles de 1895, en la cual Antioquia no participó, y de 1899, conocida como la Guerra de los Mil Días, en la cual este departamento apoyó las acciones militares del gobierno central, las cuales ocurrieron prácticamente por fuera de su territorio.
Fuente de consulta:
Ortiz Mesa, Luis Javier. “Política, cabildo y ciudad, 1850-1910”, en Jorge Orlando Melo, editor, “Historia de Medellín” dos tomos. Compañía Suramericana de Seguros, Medellín, primera edición 1996, tomo 1, páginas 188 a 200.
Continuará