Los notables de Medellín suscribieron un acta mediante la cual se desconocía el gobierno de Bolívar, se establecía la jefatura militar de Córdova y se invitaba a los demás cantones a adherirse.
Bolívar, dictador. La rebelión de Córdova en su contra
Esos primeros años de la República constituyeron un esfuerzo por construir una nación cohesionada, conformar un Estado y unas instituciones y organizar las finanzas. No fue tarea fácil porque las tensiones y contradicciones políticas tuvieron gran incidencia en la vida republicana. En Antioquia primaban las élites de familias oriundas de Santa Fe de Antioquia y de Rionegro, más que las de Medellín.
La historiadora María Teresa Uribe identifica tres fuentes importantes de conflicto, a saber: Las divergencias entre bolivaristas y santanderistas, originadas por las discrepancias personales que había entre los dos grandes líderes de la emancipación; las diferencias entre los militares, que se sentían merecedores de todo el reconocimiento, y los civiles, que estaban interesados principalmente en sus negocios, y finalmente la resistencia del clero contra medidas concretas del gobierno central, como las reformas educativas.
Bolívar había regresado al país en noviembre de 1826 de la campaña del sur, después de tres años de ausencia, y encontró el país polarizado entre quienes lo apoyaban como presidente, y quienes le hacían oposición y respaldaban al vicepresidente Santander.
La sociedad antioqueña y más específicamente la élite de Medellín, se alineó con el santanderismo y el civilismo, en lo cual influyeron razones ideológicas y políticas, pero también económicas pues los negocios de los antioqueños se movían más con gentes cercanas a Santander. El bolivarismo tuvo aquí menos corriente de adeptos, los cuales se reducían principalmente a las gentes afines a los gobernadores de la provincia de Antioquia nombrados desde la capital.
Para evitar un enfrentamiento de graves consecuencias entre santanderistas y bolivaristas, se instaló el 9 de abril de 1828 la Convención de Ocaña, con el propósito de reformar la Constitución de Cúcuta. La delegación que asistió en representación de Antioquia se destacó por su posición neutral y conciliadora. Los esfuerzos fueron vanos y la Convención terminó disolviéndose sin acuerdo alguno. La consecuencia inmediata fue la decisión del Libertador de declararse dictador, mediante un Decreto Orgánico dictado en junio del mismo año.
La oposición a Bolívar crecía y culminó en el grave atentado contra su vida en Santafé de Bogotá el 25 de septiembre de 1828. Había rumores de que en Medellín existía un partido contra el Libertador, el cual podría haber estado a la cabeza del atentado. Esto causó la huida de miembros de las élites de Medellín y Rionegro. Algunos antioqueños fueron capturados y desterrados.
Un año después, en septiembre de 1829, el general José María Córdova se declaró en rebelión desde Antioquia contra el gobierno dictatorial de Bolívar. En este levantamiento recibió apoyo político y material de la élite de Medellín, mientras que los rionegreros le aconsejaban que fuera prudente y buscara alguna salida política. Los notables de Medellín suscribieron un acta mediante la cual se desconocía el gobierno de Bolívar, se establecía la jefatura militar de Córdova y se invitaba a los demás cantones a adherirse.
Cuando se enteró de la insurrección de Córdova, Bolívar envió en su contra un ejército de 780 hombres al mando del general irlandés Daniel O’Leary. El enfrentamiento con las tropas antioqueñas, muy inferiores en número y en armamento, tuvo lugar en el combate de El Santuario, el 17 de octubre de 1829. Córdova fue derrotado y herido en esta acción, se refugió en una casa que servía como hospital y allí fue asesinado por el coronel irlandés Rupert Hand.
Fuentes de consulta:
Uribe, María Teresa. “La política en Medellín, 1820-1845”, en Jorge Orlando Melo, editor, “Historia de Medellín” dos tomos. Compañía Suramericana de Seguros, Medellín, primera edición 1996, tomo 1, páginas 175 a 187.
Quintero Quintero, Demetrio. “El pasado de Colombia. Lecciones de historia patria”. Demetrio Quintero, editor, segunda edición, Medellín, 2008.
Continuará