Los habitantes aborígenes ocupaban la región central de Antioquia desde unos nueve mil años antes del presente, y habían pasado por dos etapas sucesivas de desarrollo.
Los aborígenes del valle de Aburrá
El origen del hombre en Colombia.
El hombre llegó a América a través del estrecho de Bering, por Alaska, hace aproximadamente treinta mil años, aprovechando el puente natural que se produjo con Asia gracias a la glaciación Wisconsin. Los hombres asiáticos que poblaron nuestro continente eran muy lejanos en el espacio y en el tiempo de los primeros representantes del Homo Sapiens en Europa, y tardaron aproximadamente entre diez mil y veinte mil años en cruzar el continente de norte a sur antes de llegar, por tierra y por mar, a territorio colombiano.
Antes de formarse las culturas de los chibchas, taironas, sinús, quimbayas y demás grupos que encontraron los conquistadores españoles a su llegada, el hombre primitivo había evolucionado en el actual territorio colombiano durante al menos doce mil años en cinco etapas de desarrollo, que son: cazadores-recolectores nómadas, agricultores-ceramistas sedentarios, aldeas tribales, cacicazgos y federaciones de aldeas.
Los estudios antropológicos, etnológicos y arqueológicos de nuestros pueblos prehispánicos aún son incompletos, por varias razones. En primer lugar, esas comunidades han sido miradas como sitios aislados y muy poco como contextos. En segundo lugar, los españoles destruyeron en la conquista casi la totalidad de los documentos y registros de los pueblos aborígenes. La pérdida de esos vestigios culturales se debió no solamente a la destrucción directa, sino también a la distorsión de sus contenidos por parte de los cronistas españoles que registraron la conquista sin preocuparse por rescatar y registrar fielmente las tradiciones, culturas y conocimientos, sino por interpretarlos a la luz de las categorías del pensamiento europeo en que ellos venían formados. Escribieron lo que creyeron o quisieron ver, más que lo que vieron.
Los aborígenes en el valle de Aburrá a la llegada de los españoles
Los españoles que descubrieron el valle de Aburrá, en 1541, encontraron en él los aborígenes llamados aburrás, que habitaban en bohíos y pequeños caseríos dispersos por el territorio. El tamaño de la población podemos inferirlo de la información que dejó el cronista Juan Bautista Sardella, quien cuenta que para enfrentar a los invasores blancos “los naturales se tornaron a rehacer e se juntó un escuadrón de hasta tres mil indios”. Si suponemos que este grupo lo constituían los varones hábiles, que corrieron a juntarse para repeler al invasor, y que a cada uno le correspondía un grupo familiar de al menos tres personas en promedio, tendríamos que la población sería de unos doce mil habitantes. Posiblemente más.
Tenían un nivel de desarrollo tecnológico y comercial relativamente bueno: Vestían “mucha ropa de algodón, muy pintada e galana” consistente en largas piezas que se envolvían en el cuerpo. Fabricaban cerámica. Explotaban aguas salinas provenientes de fuentes subterráneas, que secaban en vasijas de barro para formar panes de sal, para su consumo y para intercambios comerciales. Conocían el oro, que obtenían de aluviones del río y de las quebradas. Poseían artículos de oro, aunque no existen evidencia de que fuesen orfebres. Cultivaban fríjol, maíz, alverja y otras verduras. Criaban curíes y perros mudos. Hilaban algodón y fabricaban telas. Utilizaban con habilidad armas para la cacería y la defensa, que el cronista describe así: “Eran dardos de palma e ondas e estólicas, que es una arma de las más peligrosas que tira la vara encajada en un palo de dos palmos, que va más recia que con la flecha”.
Los habitantes aborígenes ocupaban la región central de Antioquia desde unos nueve mil años antes del presente, y habían pasado por dos etapas sucesivas de desarrollo, que podemos resumir como: cazadores-recolectores nómadas, y luego agricultores-ceramistas sedentarios. Si se compara con lo que dijimos atrás, se observa que los aburrás se encontraban en etapas formativas tempranas, comparados con los aborígenes de otras regiones del actual territorio colombiano, pues no tenían aldeas grandes, cacicazgos ni federaciones.
En la próxima entrega se analizará la evolución del hombre antioqueño primitivo para llegar a estos aburrás y sus contemporáneos.
Continuará.