En 1786, poco más de un siglo después de erigirse en villa, la población de Medellín urbana casi se había triplicado, alcanzando 2.229 habitantes, pero su casco urbano apenas había crecido en una tercera parte-
La educación en la Colonia
Durante la Colonia, la instrucción para el grueso de la población se reducía a la enseñanza de la fe católica por parte de los religiosos y de los encomenderos. En las últimas dos décadas del siglo diecisiete y en la primera del dieciocho se fundaron en Medellín cuatro escuelas de primeras letras, dirigidas por algunos presbíteros y seglares, pero fueron de corta duración. La enseñanza en los hogares algo suplía las deficiencias educativas.
Por gestiones de la iglesia y de los vecinos de Santa Fe de Antioquia y de Medellín, en 1720 llegaron algunos padres jesuitas para abrir un colegio en la primera, que era la capital de la provincia de Antioquia. Esto facilitó la educación local. Funcionaron hasta 1767, cuando la Compañía de Jesús fue expulsada de todo su territorio por la Corona, que quería establecer una educación más secular.
En 1786 el visitador Juan Antonio Mon y Velarde autoriza la apertura de dos escuelas públicas en Medellín, lideradas por el Cabildo y por un grupo de ciudadanos, entre ellos José Félix de Restrepo.
Un hito fundamental fue la llegada a Medellín de los padres franciscanos en 1801, dirigidos por fray Rafael Serna, quienes dos años después abrieron una escuela de primeras letras e iniciaron la creación de un colegio para enseñar filosofía y teología. Estas facilidades educativas estaban dirigidas al pueblo en general, a los ricos y a los pobres. Este colegio tuvo gran importancia, no sólo por su influencia inmediata sino porque después de la Independencia se transformó en Colegio del Estado de Antioquia, antecesor de la Universidad de Antioquia.
La villa de Medellín al final de la Colonia
En 1786, poco más de un siglo después de erigirse en villa, la población de Medellín urbana casi se había triplicado, alcanzando 2.229 habitantes, pero su casco urbano apenas había crecido en una tercera parte, ocupando unas veinte hectáreas. La lentitud del crecimiento urbano la causó el Cabildo al permitir su expansión
Esta situación empezó a cambiar en el período 1760 a 1780 cuando varios españoles llegados de la península con ánimo emprendedor compraron algunos oficios municipales y consiguieron dominar las elecciones anuales en el Cabildo. Igualmente, fueron importantes las ejecutorias de los gobernadores de Antioquia Francisco Silvestre (1782-1785) y Juan Antonio Mon y Velarde (1785-1788), quienes impulsaron el progreso de la provincia.
En estos años el Cabildo de Medellín invirtió en obras necesarias, tales como la apertura de nuevas calles, la construcción del primer acueducto en tubería de barro, la pila para agua en la plaza Mayor, la fundación de la primera escuela pública, la organización del mercado dominical, y la restauración de la iglesia y del edificio del Cabildo.
En 1800 el casco urbano ya alcanzaba treinta hectáreas, gracias a que se ocuparon todos los terrenos al oriente de la plaza Mayor hasta las actuales carrera 44, Niquitao, y calle 46, Maturín, y al occidente hasta las actuales carrera 55, Tenerife, y calle 49, Ayacucho. Hacia el norte todo el casco urbano ya llegaba hasta la quebrada Aná, hoy Santa Elena, sobre la cual se había construido el primer puente en la actual carrera 51, Bolívar.
A finales del siglo dieciocho se realizó un nuevo censo de población en Medellín, ordenado entre 1786 y 1787 pot el gobernador Juan Antonio Mon y Velarde. Este empadronamiento dio como resultado una población total de 16.750 habitantes, repartidos en 3.515 blancos, 9.679 libres “de varios colores”, 3.070 negros esclavos y apenas 444 indios. De esta población, 2.229 ocupaban el casco urbano de Medellín, repartidos en 1.072 hombres y 1.157 mujeres. La composición étnica de esta población urbana era de 383 blancos, 823 libres, 1.023 negros esclavos y ningún indio.
Fuentes de consulta:
Silva, Renán “La educación en Medellín durante el siglo XVIII”, en “Historia de Medellín” dos tomos. Compañía Suramericana de Seguros, Medellín, primera edición 1996, tomo 1 páginas 166 a 172.
Patiño M., Beatriz “Medellín en el siglo XVIII, en “Historia de Medellín” dos tomos. Compañía Suramericana de Seguros, Medellín, primera edición 1996, tomo 1, páginas 137 a 175.
Planos de Medellín de 1770 y 1800, reconstruidos por H. M. Rodríguez.
Continuará.