Si bien al Frente Nacional se le reconoce haber amortiguado las pasiones partidistas, se le atribuye también la pérdida de identidad ideológica de los partidos políticos liberal y conservador
Continuamos con los procesos sociales y económicos de los siglos veinte y veintiuno.
Presidentes de la República de Colombia en los siglos veinte y veintiuno (continuación).
Nuevos gobiernos conservadores y una dictadura, desde 1946 hasta 1958. Fue un tiempo muy convulso, en él inició la violencia social y partidista que se ha extendido hasta nuestros días.
Mariano Ospina Pérez (1946-1950), trató sin éxito de hacer un gobierno bipartidista. Creó el Instituto Colombiano de los Seguros Sociales, Acerías Paz del Río y Telecom. Fomentó la construcción de centrales hidroeléctricas y de carreteras. Enfrentó con serenidad y valentía la violencia desatada en todo el país por el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán.
Laureano Gómez Castro (1950-1951) en su breve mandato alcanzó a impulsar la industria petrolera nacional y crear Ecopetrol. Por motivos de salud entregó la Presidencia al designado Rafael Urdaneta Arbeláez (1951-1953) quien enfrentó difíciles condiciones por la violencia rural y el deterioro del orden público.
General Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957), dio un golpe contra el gobierno de Gómez-Urdaneta, se declaró presidente de facto, se dedicó a la pacificación del país mediante concertación con los guerrilleros, fomentó la educación, los ferrocarriles, las vías de comunicación, las centrales hidroeléctricas y las comunicaciones. Propició una reforma constitucional en 1954 que lo nombró presidente en propiedad, modernizó el régimen político, y otorgó a las mujeres los derechos de elegir y ser elegidas. Su gobierno devino en dictadura y fue derrocado.
Junta Militar de Gobierno, presidida por el mayor general Gabriel París Gordillo, ministro de Defensa, y compuesta además por el director de la Policía, mayor general Deogracias Fonseca Espinosa, el ministro de obras públicas, contralmirante Rubén Piedrahita Arango, el comandante del Ejército, brigadier general Rafael Navas Pardo, y el director del Servicio de Inteligencia Colombiano, brigadier general Luis Ernesto Ordóñez Castillo, (1957-1958). Asumió el poder cuando fue derrocado Rojas Pinilla, permitió el retorno a la democracia mediante un plebiscito que aprobó la creación del Frente Nacional.
Frente Nacional, que se convino mediante un pacto entre el liberal Alberto Lleras Camargo y el conservador Laureano Gómez y se aprobó en 1957 mediante plebiscito, para alternar la presidencia entre los dos partidos durante cuatro períodos presidenciales, dieciséis años en total, con el fin de mitigar las pugnas políticas. Fue la primera votación en la cual pudo participar la mujer colombiana.
Alberto Lleras Camargo liberal (1958-1962). Trabajó por la concordia y la reconciliación del país, conformando un gobierno bipartidista. Intentó la amnistía para los grupos armados, pero no tuvo éxito porque las guerrillas incrementaron su accionar.
Guillermo León Valencia, conservador (1962-1966). Buscó el desarrollo de la infraestructura y la estabilidad política. En su gobierno nacieron las Farc (1964) y el ELN (1965) y se recrudeció la violencia en el país, a lo cual el gobierno respondió con mano dura. Restructuró las finanzas del Estado, pero no consiguió estabilizar la economía. Enfrentó la crisis social del país con medidas asistencialistas.
Carlos Lleras Restrepo, liberal (1966-1970). Hizo uno de los mejores gobiernos de la historia, bajo el lema de Transformación Nacional. Estabilizó la economía nacional y las finanzas públicas. Modernizó las instituciones del Estado, creando el ICBF, el Inderena, Proexport, Colciencias, Colcultura, el Icfes, entre otros. Dictó una reforma agraria. Promovió la reforma constitucional de 1968 que afianzó estos cambios.
Misael Pastrana Borrero, conservador (1970-1974). Orientó su gobierno al desarrollo económico y social con énfasis en construcción de vivienda urbana, fomento de las exportaciones, reforma agraria y redistribución del ingreso.
Si bien al Frente Nacional se le reconoce haber amortiguado las pasiones partidistas, se le atribuye también la pérdida de identidad ideológica de los partidos políticos liberal y conservador ante sus seguidores y ante el pueblo en general, lo cual se ha reflejado en la preeminencia de los caudillos, en detrimento de las ideologías de partido.
Continuará.